Capítulo 4

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"Don't take my sunshine away"

Clare tenía la mente llena de preguntas, preguntas que quería hacer sobre todo: los gemelos, la mansión, Nébula, Van Liddell, las desapariciones.

Los fragmentos que tenía para crear una hipótesis eran bastante dispersos, sin embargo presentía que no sería fácil preguntar directamente a los gemelos sobre lo que sucedía, especialmente porque uno de ellos no era un humano.

Los gemelos habían subido a la última habitación de la enorme morada, al parecer era un salón de música, pues a los pocos minutos de haber entrado en él una dulce y profunda melodía como ninguna otra llegó a todos los rincones de la mansión.

-Sé que tienes un mar de dudas al respecto, Clare- Dijo Nébula sujetando una taza de porcelana entre sus manos.

La intriga creció en Clare, estaba nerviosa, ya era medio día, ya estaba bien, debía haber vuelto a casa no quedado en una vieja mansión de "muertos vivientes".

El silencio de la joven y la desesperación en su mirada ámbar avisaron a Nébula de la importancia de hablarle a Clare con la verdad.

-Sé que quieres volver a tu hogar, incluso Jency y Maxine lo han deseado, pese a que llevan 5 años aquí conmigo...- Comenzó a hablar la vampiro.

-¿De qué estás hablando?- Clare se puso nerviosa al escuchar las palabras de la joven de apariencia etérea.

-No es seguro que vuelvas a casa, ese cazador, Van Liddell no dejará estas tierras con las manos vacías, creo que durante estos 5 años ha estado buscando una presa nueva, y te encontró, no quiero que logre su cometido de llevarte.

-¿Porqué te importa tanto lo que pase conmigo?- la pelirroja se exaltó, sus dulces ojos lucían más bien como si un gélido hechizo le hubiera robado el alma, tan desconfiada, asustada, como era de esperarse.

-Porque yo salvé a Jency y Maxine, éramos niños, pero ese hombre quiso hacerles daño sin importarle eso, tuve que evitar que se los llevara, ese día logré expulsarlo usando la fuerza de los espíritus que custodian este bosque.

-Pero...¿Cómo?, ¿Qué tenían los gemelos que le sirviera a él, más allá del extraño color de sus ojos?

-No eran solo sus ojos la razón por la que los quería-Respondió Nébula con seriedad, ellos son especiales, y si te quiere a ti es porque también lo eres.

-¡Ah!, Yo...no sé cómo puede hacerme especial algo que me arruinó por completo.

-¿Por qué dices eso? No veo en ti más que una chica amable que merece ser libre- Nébula comprendía el temor de Clare y su confusión, no obstante aún no comprendía porque la chica se sentía tan miserable con ella misma.

De pronto un golpe sonó contra la entrada de la mansión, alguien quería entrar.

-Disculpa- Nébula dejó a un lado la taza de té y se levantó para abrir la puerta, acción que coincidió con el detenimiento de la música de piano.

Frente a Nébula se encontraban dos hermosas aves, una blanca lechuza adornada con algunas plumas negras y doradas; Y un delgado cuervo de plumaje tan oscuro que se veía azulado.

-Isabel, Jack- Habló la pálida joven a los visitantes- Bienvenidos.

Ambas aves revolotearon un poco hasta ser cubuertos por una nube vaporosa que los desenvolvió revelándolos con forma humana.

-Alteza- Dijeron al unísono e hicieron una reverencia- Lamentamos decirle que hoy no se podrá hacer entrega de ninguna carta a Livius Village, hay demasiada movilización y sería riesgoso, incluso lo fue el solo hecho de ir a revisar- Explicó Isabel educadamente.

SECRET PARADISE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora