Capítulo 20.

2 0 0
                                    


Chaos & feelings.

-Adoro las jugadas inesperadas, querida, pero creo que no podrán acabarme tan fácilmente- Sonrió con aire cínico y su mirada era de misterio, sus palabras llegaron a Lizzy como a todos los presentes, sus ojos se entrecerraron con disgusto. ¡Oh profunda tensión!..


Afuera, entre las carpas Jean se encontró frente a frente con el conocido hombre, su corazón apenas toleraba la situación.

-Así que todo este tiempo estuviste con Van Liddell- La decepción podía percibirse tan solo con el sonido de su voz quebrándose...

- Mi intención no era otra más que protegerte- La voz dolida de Donatien resonaba en la mente de Jean.

-¡¿Protegiéndome?!- Preguntó al borde del llanto- ¡¡Trabajas para el cazador que intentó sobornarme y secuestrarme!!- Donatien lo miraba en silencio con ojos de tristeza.

-¡Me traicionaste padre!- Espetó Jean con el corazón roto.

-Hijo...- Comenzó Chandler, buscando las palabras, mas nada justificaba la mentira que durante tanto hizo creer a su hijo- No se suponía que vinieras aquí, me alejé para mantenerte a salvo...protegerte.

_¡¿Protegerme?!, ¿Porqué?- Espetó con el corazón en la garganta, Sí, era válido que desease desde lo más profundo de su ser cuidar de su único hijo, mas todo ese tiempo esperando fue una sensación de abandono que cargaba consigo.

-¡PORQUE VAN LIDDELL SE LLEVÓ A TU MADRE!- Confesó brusco, dejando únicamente la sensación de su respiración pesada al borde del llanto. Jean abrió los ojos de par en par, incrédulo: algo en el se rompía, cierto...entonces Van Liddell llevaba más tiempo cazando seres extravagantes de lo que él creía.

-Ella... está viva...- Dijo Jean sorprendido en un hilo de voz, lágrimas cristalinas se asomaban a través de su mirada.

-Tenía que pretender que estaba del lado de Vincent para poder sacar a tu madre de aquí- Argumentó el hombre, por completo abatido; Y jean, él se rompía sin poder contenerse, no era importante si sus primeras lágrimas habían salido silenciosas, había ocultado ese sentir por tanto tiempo que pensó haberse resignado.

-Ahora estoy aquí, porque Van Liddell logró llevarse a alguien importante para mí- Jean sentía sus cálidas lágrimas recorrerle el rostro, estaba hablando entre sollozos.

-Es la niña del cabello rojo...

Jean se cubrió la cara mientras lloraba, asentía como le era posible y sabía que su padre sabía porqué lo hacía.

-Sé que sientes algo por ella, porqué yo hice lo mismo por tu madre. Donatien se aproximó a Jean y lo envolvió con sus brazos, lo acogió de la manera en la que había necesitado mucho tiempo.


Con premura Jency y Nébula entraron a dónde Clare y los demás, tenían la fortuna de no haber hallado obstáculo alguno para llegar, de la manera que fuere salvarían a su amiga; Envueltos en una niebla brillante, sus cuerpos recuperaron su forma normal.

-Jency, ¿Te encuentras bien?- El agotamiento, por suerte no lo había desvanecido, posiblemente en el momento que exploró su verdadera naturaleza, todas sus habilidades habían despertado.

Al escuchar la dulce voz de Nébula, Clare alzó la mirada  encontrándose con sus amigos, ¡En realidad estaban ahí! Habían ido a buscarla.

-Jency, Nébula...

Miró a las sirenas un momento y se volvió a los vampiros.
_Deben ayudarlas, por favor- Esa última frase avisaba de su cansancio, después de todo lo ocurrido había perdido la energía.

La Princesa se acercó a ella de forma comprensiva.
-Lo haremos...pero vendrás con nosotros- Todo lo que Van liddell había construido esa noche estaba acabando y ellos lo sabían.

-Estoy bien- Aseguró Clare - Van Liddell está inconsciente, deben ayudar a las sirenas o morirán...

Nébula y Jency contemplaron a las sirenas, tomándolas como les fue posible; Jency sujetó a la chica medusa de las manos tenían que llevarlas a dónde pudieran, Siren tenía piernas de nuevo, estaban completamente secas, sin embargo no le respondían.

Roman había tomando el control, cuando los canes de Van Liddell no obedecieron más, Roman tenía a la especie de su lado, era un líder nato y nada podría cambiarlo. Ojalá Lizzy pudiera mantenerse tan serena como su amigo, era asaltada por la necesidad de sacar el arma, ahí estaba el villano que estuvieron buscando, debía disparar de inmediato.

-¡Elizabeth!- Roman alzó la voz cuando la chica le apuntó con la pistola de pirotecnia.

-Esto no lo matará, Roman, solo lo herirá- Tiró del gatillo inmediatamente sin perder detalle de los brillantes destellos que de su arma emanaron. Van Liddell se movía muy poco, apenas consiguió abrir su ojo y describir que Roman estaba domando a los canes.

-Eres tú- Su gélida voz se dirigió al chico licántropo sin dejar de observarlo.

-No...fue usted el culpable de todo- Lo miraba desde arriba acusándolo.

-Esos monstruos de tu clase...me atacaron, perdí el ojo derecho, no podía caminar correctamente, ¡Nadie quiso ayudarme!

Lizzy miraba a Roman estupefacta, no entendía que acontecía, permanecía en silencio.

-Hace años ellos se fueron contra mí en un bosque no muy lejos de aquí...yo estaba fuera de casa por un viaje, cuando volví todos mis conocidos notaron las heridas en mi rostro, se alarmaron, me preguntaron porqué estaba lastimado. Pero cuando les conté, no me creyeron, me llamaron loco, se burlaron... mi esposa se fue llevándose a mi hija, poco después, mi hermano lucía decepcionado, en ese momento juré que demostraría que quienes me atacaron y cualquier otra criatura que pudiera parecerseles eran tan reales como yo...

¡Mi espectáculo haría que todos los vieran con sus propios ojos, no volverían a dudar de mí jamás!

La mirada de Roman era melancólica- Lo lamento- se disculpó- Pero ellos solo querían proteger sus tierras y a su familia, no son unos monstruos.

-Y esa no es razón para privar a otros de su libertad- Refutó Lizzy apuntando de nuevo a Van Liddell con su arma.

Un agudo estruendo se hizo escuchar entonces, Clare abrió los ojos impresionada, un disparo... Supuso que ya no debía preocuparse por Van Liddell, sin embargo aún estaba lastimada por los fragmentos de cristal que se habían clavando en su cuerpo. Se levantó usando sus habilidades, ¿De que servía entonces ser extraordinaria si se lo negaba todo el tiempo?

Al salir de ahí vió a Van Liddell tendido en el piso, al borde del colapso, Roman y Lizzy no se apartaron de él, especialmente ella que estaba deseosa de seguir disparando.

-¡Clare! - una voz grave y juvenil llamó a su nombre para correr a su lado- Aquí estás...Tenemos que irnos, estás herida.

-Jean- Ella lo abrazó fuerte, sus latidos se sincronizaron como si fueran a fusionarse- Viniste...

-Tenía que venir por ti, todos lo hicimos, y también hay tantas personas que deben salir de aquí- Los padres de Jean estaban observando, mientras Lizzy y Roman enfrentaban a Vincent, los otros chicos del circo sacaron a la esposa de Donatien de su prisión. Era un hada enjaulada.

Stella y Nathan, los dos chicos araña del show de fenómenos, también salieron a la luz.

_Creo que todo el caos se terminó- Clare recargó su cabeza en el hombro de Jean, mientras este la observaba con alivio.

-¿Y que pasará con Van Liddell? - Lizzy intentaba contenerse, se limitó a mirarlo con desprecio y finalmente guardó su pistola.

-Conozco algunas personas que se encargarán de él- Habló Nébula, había vuelto, acompañada de Jency quien se encontraba cargando a su hermana inconsciente. Aura se había quedado con las sirenas en un lago de la pradera, tenía esperanzas de que la ayuda para todos estuviera en camino.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 13, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

SECRET PARADISE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora