Cap 11: Nuestro secreto

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Ya habían pasado por lo menos unas tres semanas de lo de su cita, Hana solo pensaba en crear su historia de amor perfecta. Kyota y Sora se esforzaban día a día en pulir sus habilidades para hacer triunfar el equipo. Mientras Ayase se distanció más de sus amigos huía de Sora y no hablaba con nadie, llegaba a su casa lanzaba la mochila se acurrucaba en su colcha, abrazaba fuertemente su oso de peluche mientras estaba en su tortura mental. Sora no llegó a percatarse en los más mínimo, estaba enfocado en su meta.

Kyota iba todos los días para su casa acompañado de Hana, muchas veces la peliroja intento tomar su mano, pero no era tan fácil. El tiempo pasaba mientras en un lado, la balanza del amor se fortalecía y en otro abría heridas cada vez más grandes. Se mantuvieron las rutinas de entrenamiento después de clases partidos de práctica.

– !!Kyota acuérdate, mañana hay entrenamiento!!!–. Gritaba el rubio.

– Acaso te olvidaste que la próxima semana comienzan los exámenes–. Dijo Kyota suspirando.

– !!Qué!!!!!–. Se sintió el escándalo de Sora por toda la escuela.

– Si no sabías, si suspendes una asignatura el entrenador te suspenderá del equipo–. Añadió Kyota .

– Mierda, es el final–. Murmuraba Sora tirado en el piso, escribiendo en el suelo la palabra injusticia. Al lado de Sora repitiendo el mismo acto estaba Hana que acaba de enterarse.

– Por favor Kyota ayudanos–. Suplicaron Sora y Hana.

– ¿Por qué debería hacerlo?–. Contestó el peliblanco.

– Pues por ayudar a tu amigo del alma–. Añadió el rubio.

– ¿Por qué soy tu novia?–. Respondió Hana llevándose el dedo a la boca.

– ¿ Qué ustedes?. .¿No puede ser?, ¿están?–. Añadió Sora confundido.

– Dile Kyota, le cuentas o le cuento yo–. Añadió Hana tomando la mano de Kyota.

– Es......v...ve...ver....dad–. Dijo Kyota todo colorado.

– Pero sí tú, que magia usaste Hana-san–. Añadió Sora desorientado.

– Cállense los dos, le daré clases todas las tarde–. Gritó Kyota enojado.

– Bueno Sora, hasta luego –. Dijo Hana tomándole la mano a Kyota.

Sora quedó en una especie de parálisis temporal.

– ¿Qué coño está pasando?–. Se pregunto el rubio.

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Después de unos minutos Kyota llegó a su casa, era el momento decisivo para Hana debía ganarse el apreció de la familia de su novio, era el único obstáculo que le quedaba.

– Ya estoy en casa–. Gritó Kyota entrando.

– Ma, tengo algo que decirte puedes venir a la sala–. Volvió a gritar Kyota.

– Ahora voy cariño–. Añadió la señora Tora.

La mujer llegó y vió a su hijo parado en la puerta.

– Quiero que conozcas a mi novia–. Dijo el chico seriamente mientras hacía pasar a la chica.

– Hola, mucho gusto soy Hana Haruno–. Gritó la peliroja nerviosa.

– Madre, quiero que vengas a ver esto dile a papá que se asomé también–. Dijo la señora Tora impactada por la escena.

Toda la familia salió a la sala, con la gran incógnita:

– ¿Quién era la jovencita que tenían en frente?–.

La abuela de Kyota, miro a la madre y le hizo una seña. La señora Tora movió su cabeza expresando un sí. La peliroja se puso más nerviosa aún y no sabía que decir.

– Hana, preséntate nuevamente–. Añadió el peliblanco poniendo una mano en su hombro.

– !Si!!!–. Gritó asustada la peliroja.

– Hola soy Hana Haruno, la novia de Kyota, es un placer conocer a su familia–. Replicó la peliroja agachando nuevamente la cabeza.

– Mierda, mierda seguro que no les caí bien–. Se torturaba la chica con el pensamiento.

Todos los presentes se lanzaron sobre Hana y comenzaron a abrazarla.

– Por dios, pensé que moriría antes de ver esto–. Dijo la abuela de Kyota con algunas lágrimas.

– Eres todo un hombre–. Le dió una palmada el abuelo en la espalda y se seco las lágrimas.

Luego llevaron a la chica arrastro a los muebles, trajeron galletas chocolate y fotos. Hana se encontraba aliviada sabiendo que la reacción era positiva. Lo que no pudo evitar sangrar al ver una foto de Kyota de niño.

– Mira Hana-chan este es Kyota en la primaria–. Decía la madre enseñando una foto de Kyota, Sora y Ayase.

– Esperen es demasiado para mí en un día–. Pensaba la chica pero las imágenes eran demasiado hermosa para no verlas.

– Mamá que haces–. Gritó Kyota enojado.

Luego llegaron el abuelo y la abuela con otro álbum, pero está vez desde bebé hasta la preparatoria. Hana estaba sangrando por la nariz pero, por dios, era ver cómo crecía el príncipe de tus sueños.

– Llámenme pervertida, pero es lo más lindo que he visto–. Pensó la chica.

Kyota subió a su cuarto enojado sabía que pasaría esto, menos mal que no estaba Sora sino sería peor. Pasaron la tarde completa entre risas en la sala compartiendo cuentos sobre Kyota, Sora y Ayase en sus travesuras cuando pequeños. Hana miraba aquella armonía en esa familia y le dió un poco de dolor.

– Ojalá, mí familia fuera así también–. Pensó la chica que nunca se había divertido tanto.

Entre toda las personas vió unos pelos oscuros que se asomaba por detrás de uno de los muebles.

– Hola –. Dijo la chica dulcemente.

– Hola – Agregó  la voz misteriosa.

– Como te llamas –. Agregó la peliroja con una sonrisa.

– Sota, y tú –. Añadió el pequeño asomando un ojo.

– Hana, un gusto, podría verte–. Dijo la  chica amablemente.

– Ok–.  Salió el pequeño detrás de mueble.

– Wao, es muy parecido a Kyota lo que su pelo es negro–. Pensó la chica.

– Eres el hermano pequeño de Kyota-kun, verdad–.pregunto la peliroja sonriendo.

– Si–. Añadió el pequeño

– Sota ayúdame a preparar la mesa para cenar–. Gritó la señora Tora.

En ese momento Kyota bajaba las escaleras, miro a Hana y se acercó a dónde estaba, se dejó caer justo a su lado.

–  Vamos a cenar–. Dijo el chico tomándole  la mano por su cuenta.

– Si–. Respondió la chica sonrojada.

– Pero Kyota-kun quiero hacerte una pregunta antes de cenar–. Añadió la chica mientras jugueteaba con sus dedos.

– Eeeeh, me podrías decir. ¿ Quién es tu padre?–. La chica hizo una pregunta un poco incómoda para Kyota.

– Mi padre es......–.

KuroHanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora