Cap 14: Sensei

44 6 0
                                    

Ha pasado casi un mes después de la partida de Ayase, por lo que Sora intentó mantener su vida cotidiana, pero no era posible Ayase es el amor de su vida y desapareció nuevamente solo por qué él era un estúpido, que no supo corresponderle. Por otro lado Hana y Kyota habían mejorado bastante, aún a Kyota le cuesta un poco mostrarse amoroso, pero ser un sádico pervertido es su especialidad. Lo cuál no molesta mucho Hana. El club de voleibol llegó a las preliminares, Sora fue sustituido ahora no juega de regular, está en la banca pues el entrenador piensa que no está en su mejor forma y se nota confuso. Mientras Kyota lleva al cien por ciento tanto el nivel de ataque del equipo como la defensa, un líder nato. El peliblanco se comenzó a estresar un poco, pues solo era voleibol y escuela. Ya no tenía el tiempo libre de antes para jugar sus eventos épicos online. Todos se dieron cuenta que los tiempos están cambiando y ellos no pueden hacer nada para impedirlo. Se acercan los exámenes finales Sora y Hana suplicaron a Kyota que los repasará.

Camino a casa:

– Por favor, ayúdanos Kyo-kun–. Dijo Hana juntando sus manos.

– Vamos Kyota sabes que sin tí no podré pasar–. Dijo el rubio.

– Ok, lo hago pero ustedes deben pagarme con algo–. Dijo Kyota con una sonrisa mientras comenzaba a caminar.

– No tengo dinero– Dijo Sora.

– Yo tampoco, pero puedes cobrarlo de otra manera–. Dijo la chica abriendo uno de los botones del pecho de la camisa.

– No es dinero–. Dijo el peliblanco.

– Lo sabía, no te preocupes Sora-san, le daré placer por los dos. !!Tómame!!–. Gritó la chica.

– Tampoco es eso–. Dijo Kyota.

– ¿Qué me rechazas?–. Dijo la pequeña un poco molesta.

– Es fácil, después de el torneo del club y las pruebas finales, ambos me darán una semana sin molestarme–. Dijo el peliblanco.

– ¿Qué pero si había echo los planes para las vacaciones de verano?–. Dijo la chica.

– Me parece bien–. Dijo Sora.

– Entonces trato echo–. Agregó Kyota.

– Mañana a las 5 pm los quiero en mi casa–. Agregó Kyota entrando con Hana a su casa.

Casa de Hana:

– De veras Yuno, ahora va a ser mi maestro personal–.

– No lo puedo creer–. Dijo Yuno

– Mmmmmm–.

– Por favor Hana deja de pensar en perversiones–.

– ¿Qué perversiones?–. Gritó Hana.

– Si, pues limpiate la nariz–. Dijo Yuno.

– Como lo sabes–. Dijo Hana

– No lo sabía, solo lo mencioné–. Se reía Yuno.

– Me cogiste de nuevo–. Se dió una palmada en la cara.

– Ahora dime otra cosa por qué debemos hablar por el móvil, si estoy en el baño–. Dijo Yuno

– Es que me pesa alzar la voz–. Agregó Hana colgando el móvil.

– Pero vamos a dormir ya, por favor–. Dijo Yuno lanzándose sobre la cama.

– Me pude desahogar, así que ya puedo dormir en paz–. Añadió Hana.

Próximo día salida de la escuela:

– Que te pasa Hana–. Dijo Sora un poco preocupado.

– Nada, que te hace pensar, que me pasa algo–. Dijo la chica mirándolo.

– Es que no paras de sangrar y empecé a precuparme–. Agregó Sora algo decaído.

– Pero solo imaginátelo, Kyota con espejuelos pegado a mí explicándome cosas–. Dijo Hana sangrando nuevamente.

– Hana-chan, sabes si no fuera mi última opción, no repasará con Kyota–. Dijo Sora bajando la cabeza.

– ¿Por qué?–. Dijo la peliroja.

– Pues en vez de un ángel conocerás al señor demonio con espejuelos y tizas–. Dijo Sora.

– No puede ser–. Todas las ilusiones de la chica se hicieron pedazos en su imaginación.

Los chicos llegaron a la casa de Kyota ya los estaba esperando, sentado en la sala con el puntero en la mano.

– Vienen 5 min tarde–. Dijo Kyota.

– Lo siento, Kyo-kun es....–. Dijo la peliroja para ser interrumpida.

– No me digas Kyo-kun, para ti ahora soy  Tora-sensei–. Gritó Kyota.

– Ok, sensei–. Respondió la peliroja.

– Regla número uno para sobrevivir, nunca, nunca pero nunca pongas un pero–. Dijo Sora.

– Suban a mi cuarto y saquen lo que necesitamos estudiar–. Dijo Kyota.

Sacaron todo de su mochila y se sentaron, era un lugar de mala muerte. Era una carrera de supervivencia, solo sobrevive el más fuerte y nuestro oponente es un Tigre gigante sin remordimiento. Sudaba la pequeña del miedo.

– Sora-sempai, son muy difícil sus lecciones–. Dijo la chica con su voz entre cortada.

– No te preocupes, entenderás........ O de otra manera no volverás nunca a tu casa–. Dijo Sora con voz de haber perdido todo en la vida.

Esto hizo entrar en pánico a la pequeña lo que trajo como resultado. Qué las lecciones para ella se extendiera hasta las 8:00 de la noche. Solo quedaba ella y Kyota, las lecciones no era complicadas pero con las palabras de Sora todo se tornaba más complicadas. Luego de poder terminar la lección y cenar Kyota la llevo a su casa. Su amiga Yuno miraba por su ventana la llegada de su amiga y la llamó.

– ¿Qué tal te fue con tu maestro de ensueño?–. Dijo Yuno.

– Ummmm, fue terrible–. Dijo la pequeña muy cansada.

– ¿Qué pasó?–. Dijo Yuno con una sonrisa.

– Tengo deberes para un año y hoy me di cuenta que no todo es como en los mangas–. Dijo la peliroja.

– De verdad–. Soltó una carcajada Yuno.

– No te rías vale–. Dijo Hana haciendo pucheros.

– Por cierto, cuando vuelven tus padre–. Añadió Yuno.

– Dentro de poco, es que yo soy la única de mi familia que vive en Japón, todos los demás están en Estados Unidos–. Contesto la pelirroja tirada en la cama.

– Pobre de tí viviendo sola–. Agregó Yuno.

– Ya con Monic, tengo suficiente–.

– Es como mi madre todo lo hace en la casa, junto con las demás criadas y me voy a bañar y a dormir por qué sino vendrá a regañarme–. Dijo Hana colgando el móvil.

Se metió en la tina llena de agua caliente, dejando salir el cansancio del día completo.

– Kyota nunca ha entrado en mi casa, mi madre viene en una semana. ¿ Cómo le explicó lo de mi novio?–. Pensó la chica hundiéndose en el agua.

KuroHanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora