Cap 1: Una salida que resulta mortal

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Es un nuevo día, Kyota se levanta y se prepara para ir a la escuela. Como siempre le espera un desayuno en familia y luego la voz de su amigo llamándolo.

– Kyota, apúrate que llegaremos tarde–.

Esta escena se repetía cada mañana, por lo que Kyota no le prestaba mucha atención. Salió de su casa y su amigo pelirrubio estaba recostado a la puerta.

– Hola, Kyota que tal todo–. Dijo el chico alegre.

– Sora, por que haces esto cada mañana, aún son las 7 y la entrada a la escuela es a las 7:50–. Dijo el chico mientras se pasaba la mano por su cabello blanco y mostraba una cara seria que hacía temblar a su amigo.

– Lo que pasa es que, usted, debe llegar primero que nadie cerebrito–. Dijo el otro chico mientras caminaban los dos camino a la escuela.

Sora  no paraba de hablar, pues este chico era humano, le gusta socializar, salir con chicas y lo natural que hace un adolescente. Kyota es completamente diferente, bueno en todo, popular en la escuela y muchas chicas piensan que es un príncipe salido de alguna novela. Llegan a la entrada de la escuela y pasan por debajo de unos árboles de Sakura.

– Satisfecho, llegamos como siempre primero que nadie–. Dijo Kyota enfadado.

– Bueno parece que sí, pero mira la parte buena, ahora podremos relajarnos hasta que llegue la hora de clases–. Dijo el otro chico mientras abré la puerta del aula.

Ambos entran y Sora se lanza sobre su puesto. Se acomoda sobre la mesa y cierra los ojos para intentar dormir, cuando recibe un golpe en la barriga que lo deja sin aire.

– A que vino eso–. Dijo Sora mientras pone sus manos en la barriga e intenta coger aire.

– Quieres que vengamos temprano, interumpes mi sueño, y ahora quieres dormir; no me parece que te deje–. Añadió Kyota mientras se sienta saca sus espejuelos y continúa leyendo el libro que el día anterior había dejado a medias.

La puerta del aula se abré y entra una chica. 

– Sabía que estarían aquí–. Dijo la chica.

– Hola, Ayase que tal todo–. Dijo Sora mientras se lanza y la abraza.

– Buenas para tí también Kyota, gracias por la atención–. Añadió Ayase.

Ayase y Sora continuaban hablando a las espaldas de Kyota, se acomodaron al final del aula, para que Kyota no los escuchará.

– Lo convenciste–. Dijo Ayase susurrando.

– Es imposible, ya sabes, no hay manera que quiera ir–. Dijo Sora susurrando.

Ambos miraron a Kyota para cerciorarse de que no los estaba mirando.

– Mira, tenemos que convencerlo, esta será la  mejor fiesta–. Dijo la chica mientras le pone en hombro.

– Ayase, lo intente convencer en varias ocaciones, cuando Kyota se propone algo ni nosotros le podemos sacar esa idea–. Dijo el chico.

– Acaso no te acuerdas cuando éramos pequeños, la vez de él campamento, dijo que aprendería todo sobre las plantas del bosque y lo pudimos parar–. Dijo el chico mientras agitaba su cabeza.

– Bueno esa vez se lo tomó muy enserio–. Dijo la chica mientras se deprime.

– Seguro que si los dos le rogamos acepta–. Dijo el chico.

– Probemos–. Dijo la chica.
Ambos se acercaron a Kyota, se colocaron frente a este y gritaron mientras bajaban la cabeza.

– Kyota-Senpai, por favor vamos a la fiesta del viernes–.

Kyota los miró, se tomó su tiempo y se quito los espejuelos:

– No–. Dijo el chico fríamente para volver a su lectura.

Los chicos aceptaron que convencer a su amigo era imposible, pero entonces Ayase tuvo una idea.

– Sora sabes, Kyota se hace el príncipe delante de todos y si se lo pedimos frente a todos los de la clase haciéndonos las víctimas–. Dijo la chica mientras suelta una risa diabólica.

– Ves por eso te quiero tanto, por lo lista que eres–.

Comenzaron las clases y los chicos esperaban pacientemente a que llegará el receso, era la hora en que las chicas rodeaban a Kyota. Llegó el momento esperado, se pararon y armaron la escena.

– Querido amigo Kyota–. Dijo Sora.

– No querido príncipe de Plata–.Añadió Ayase.

– Puedes acompañarnos el viernes a la fiesta de Sui–. Mientras los dos soltaron hasta lágrimas.

Habían logrado su cometido la lástima de las  chicas presentes. Pero no era tan fácil.

– Hay pobres–.

– Kyota-kun no los abandonará–.

– Es verdad–. Añadieron las chicas.

Kyota se levantó, los miró y pensó:

– Tan bajo han caído–.

– Bueno, mis queridos hermanos lamento con el alma no poder acompañarlos, pero tengo planes–. Dijo Kyota y todos los presentes no pudieron evitar ver la luz angelical.

Los chicos se lanzaron nuevamente al ataque, esta vez la victoria era para ellos.

– Lo entendemos, si no tienes tiempo para nosotros–. Dijeron los dos jóvenes llorando.

– No me malinterpreten, es que mi madre esta en el Hospital y tengo que cuidar de mi hermanito, además mi padre trabaja esta semana–. Kyota sabía que era su jugada a la victoria.

Sora y Ayase cambiaron su cara, en ese momento su amigo, logró la victoria implacable. No importa que dijeran solo quedarían como los malos, era indignante por lo que decidieron usar una última y desesperada oportunidad por ganar.

– Y si te ayudamos después podrías ir con nosotros, es que ya no pasamos tiempo como antes, siento que has aumentado la distancia entre nosotros–. Dijo Ayase con la mayor inocencia posible.

– Bueno, eso podría ser, pero a quién le dejo mi hermano pequeño, no sería nada bueno dejarlo solo en casa–. Dijo Kyota está vez con ganas de matarlos, pero sin perder su cara de príncipe.

– Y tu abuela–. Dijo Sora para dar el golpe definitivo, Ayase había olvidado ese punto y era el temor de Kyota pues para eso no tenía justificación.

Kyota bajo la cabeza y se quedó pensativo un momento mientras piensa:

– Todos los del aula iran si hago un compromiso y no lo cumplo, se acabo el buen Kyota–.

El chico se quedaba en silencio mientras pensaba cuando una idea alumbró su destino era la única manera de salir de aquel problema.

– En realidad, ese día irá a mi casa alguien importante–. Dijo el chico con una sonrisa.

– De verdad más importante que tus amigos–. Añadió Ayase apretando aún más la situación.

– Es mi novia–. Dijo el chico mientras da la espalda y se retira.

Todo quedó en silencio, Sora y Ayase quedaron sin palabras se dieron cuenta del poder de su amigo, estaba aún nivel superior pensar en una salida en tanta presión. Kyota ese día pudo escapar pero lo que no sabía es que provocaría el caos en aquella escuela. Todas las personas morirían por ver quién sería la afortunada.

KuroHanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora