Capítulo 7: A prueba

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Me encuentro profundamente dormida, cuando escucho que tocan la puerta o más bien, que alguien está intentando echar mi puerta abajo.

Me levanto de la cama dando un vistazo a el reloj de la mesita para darme cuenta que son las 4 de la madrugada y ni siquiera hay algún rastro del sol.

Abro la puerta, encontrándome con la persona que menos quisera toparme en estos momentos.

-Tienes un minuto para calzarte algo cómodo, ahora!.

"Enserio, ni buenos días o algo así"

Camino lo más rápido que puedo a la habitación, enfundándome unos calcetines y tenis.
Ya me estaba haciendo a la idea de que ése iba a ser el único trato que recibiría por parte de Jade y según lo que me dijo Zetina ayer, yo debía obedecer cualquier orden que me dieran ellos, en especial de los miembros del escuadrón, incluida Jade.

-Sígueme- me ordena una vez que llego a la puerta unos segundos después.

Tomo la tarjeta de identificación, guardándola en el bolsillo de mis pantalones deportivos siguiendo a Jade. Durante todo el trayecto se mantuvo a unos metros por delante de mí, con su ritmo constante.

Al sentir la brisa fresca chocar contra mí me maldigo mentalmente por no ponerme alguna sudadera.

-Bien, ahora comenzarás con tu entrenamiento.

Nos detenemos a un costado del edificio en donde según me comentó Jade se encuentra la cafetería. A nuestros alrededores lo único que logro visualizar es una manguera, todo está demasiado tranquilo, lo que me hace pensar que somos las únicas del recinto despiertas a esta hora.

-¿Por qué entrenaremos aquí?

Aquí había un gimnasio que supongo contaba con todo lo necesario para trabajar, además de que me estaba congelando y trataba muy duramente de no castañear con los dientes y no abrazarme a mí misma.

-Tú solamente limítate a seguir mis órdenes y por el frío no te preocupes, yo me encargaré de que pronto entres en calor...

Y vaya que si no me hizo entrar en calor. La mujer me puso a hacer una rutina que consistía en saltos de tijera, flexiones, abdominales, más ejercicios de fuerza y otros muchos más que me hicieron sobrepasar mis límites.
Y como olvidar la increíble idea de Jade de rociarme agua con la manguera mientras me ponía a hacer más ejercicios y me decía cosas como:

Tienes que ser fuerte para estar aquí, eres una basura, ya deberías irte a casa y otras cosas desalentadoras que tuve que evitar que me afectaran si quería demostrarle de qué estaba hecha.

No sabía exáctamente cuanto tiempo había pasado, pero el sol ya estaba calentándome justo cuando ya había terminado mi entrenamiento, o mejor dicho, mi baño torturador.

-Ve a cambiarte de ropa y después ve a la cafetería a comer algo para recuperar fuerzas, tienes 40 min.

Al llegar a mi habitación lo único que me dan ganas de hacer es lanzarme a la cama y dormir hasta la noche, cosa que no podía hacer, ya que solamente tenía 40 minutos para darme un baño e ir a comer.

No sabía que era lo que tendría que hacer después de eso, pero decidí mejor no ponerme a pensar en eso. Tomé un baño rápido, recogí el cuarto y fui en camino a la cafetería.

Había todo tipo de comida ahí, por lo que tomé un baguette de pollo enorme, un plato de frutas, jugo de naranja, gelatina y yogurt. Siempre fui de buen comer y en éstos momentos sentía que podría comerme hasta una vaca.

Tomé asiento en una mesa de la esquina para estar sola, aunque no conocía a nadie de todas formas. Justo cuando estaba por terminar el baguette de pollo veo a los chicos entrar.

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