Capitulo 2: Anidiotelís agápi

1.6K 144 21
                                    

──────── • ✤ • ────────

La joven mujer peinaba su cabello largo y quebrado hasta que escucho la campanilla de la puerta abrirse, se hecho el cabello para atrás y lo sujeto con un listón

-Buenos días – Dijo el joven caballero con una sonrisa

-Thomas que linda sorpresa – Ella salió del mostrador y tomo sus manos emocionada – ¿Lucille viene contigo?

-No Lucille está arreglando unas cosas y bueno – Hizo una pequeña pausa y continuo – también pase por tu casa y le pedí a tu madre que te dejara salir conmigo

-¿Y? – Él se rió y bajo la mirada

-Me dijo que no pero no tengo nada que hacer y quería pasar el tiempo contigo

-Bueno la tintorería cierra en 3 horas a las 4 podemos ir a caminar por ahí después, sabes tengo una idea – Lo tomo y lo arrastro hasta detrás del mostrador – Quédate aquí, acaba de llegar una enorme pila de sacos y quiero ayudarle a las chicas

-Espera, no sé cómo atender una tintorería

-Tranquilo solo dejan la ropa, tú la anotas y das un número, ya te las arreglaras

La chica estuvo lejos de él una hora y para su suerte no llego nadie aun que ya había entendido la agenda de la joven en el mostrador, también noto los libros escondidos entre la ropa y miro los extensos intereses de literatura. La joven reapareció con la vestimenta mojada y sudando

-Te ves horrible que te paso – Pregunto riendo, podía ser un caballero pero podía sentirse en confianza con su amiga, la chica hizo para atrás los mechones de su cara sin delicadeza y le aventó el delantal que se quitó rápidamente

-Bueno termine rápido y decidí lavar unos manteles – Ella se dejó caer en el que estaba sentado en una silla – Cárgame

-No deberías esforzarte tanto, tu solo debes estar en la recepción

-Mh, nah, así estoy bien, ¿Cuándo vendrá Lucille?

-Me temo que hasta el anochecer

-¿Dónde se están hospedando? Nunca habían estado tanto en el pueblo, no quieres regresar ¿cierto? – Ella se sentó en sus piernas dejando las suyas a un lado mirándolo

-Nos descubriste – Rió nervioso y ella sonrió

-No hablemos de eso

-¡Buenas tardes! – Saludo alegre el chico rubio llamado Daniel pero ella se levantó y tomo un pañuelo para envolverlo y empezar a golpearlo

-¿Por qué llegas a esta hora? Estuve preocupada por ti todo la mañana, y como castigo me vas a cubrir y pobre de ti si me delatas con mi madre te volveré a pegar – El chico se cubrió y se hizo bolita mientras recibía los golpes riendo

-Ya, ya, vengo hasta ahora por que te traje un regalo, fui a Londres desde que salir de trabajar ayer y apenas pude volver

-Mentiroso – Ella dejo el pañuelo en el mostrador y cruzo los brazos, el chico se levantó y estiro una cajita

-Ábrelo – Ella lo tomo y lo abrió, era un broche precioso con diamantes rosas incrustados

-No puedo creerlo Daniel, no puedo aceptarlo, como lo conseguiste

-Bueno el trabajo duro tiene sus recompensas, no todos nacimos con privilegios estúpidos – Ella hizo una mueca, de nuevo iban a empezar a pelear pasivamente

La Cumbre Escarlata (El juguete de los Sharpe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora