La mienne, ma passion

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Prepare la cena, corriendo de un lado a otro pues tenía que hacer aun cosas y la arcilla se estaba filtrando por las paredes de la cocina por lo que tenía que limpiarla en cierto tiempo y aunque podría dejarla así y que esta misma se seque para no dejar entrar más, prefiero hacerlo. Thomas ceno con su esposa y me miró entre sorbos de café sin que su Edith lo notara. Lucille no bajó a cenar, me pidió que se lo llevara a su cuarto que por obviedad tuve que hacer hasta que Thomas e Edith fueran a dormir, trence mi cabello y puse un listón en el para cambiar mi ropa a un camisón largo de un pálido rosa, al principio ella me pedía dormir conmigo, solo dormir así que se me hizo costumbre... Aunque eso estuviese en el pasado.

Subí al elevador con una charola de porcelana y las tenues luces me daban en la cara, hoy había una luna hermosa y desde el ventanal de su recamara podía presentir que se miraba bella y resplandeciente, deslice la reja sonriente pues debía tener hambre y quería verla sin que en el escenario estuviesen los esposos, camine por el pasillo permitido ya que en ciertos lugares di las indicaciones de no pasar pues la madera se sentía floja.

Di vuelta a la perilla y la hice abrir con mi cadera empujándola, deje la charola en una de las mesitas y la deje allí para buscar a Lucille con la mirada, no estaba en su cama e iba a voltear pero sentí sus manos tomar mis hombros con dulzura y después su aliento cálido soplar en mi cuello.

-Te espere con ansias, tardaste tanto – Susurro sobre mi cuello para dejar un beso mi hombro, lo que me hizo temblar de vergüenza

-No hagas eso – Pedí avergonzada para llevar una de mis manos a la suya

-Estás temblando, ¿acaso tienes frío? – Pregunto para dejar un beso en mi cuello lo que me hizo sobresaltar y dejar salir un pequeño resolló, me siguió de largo y miro el platón que preparé para ella con detenimiento – Siéntate conmigo, te traeré un abrigo –Obedecí y me senté para sentir como uno de sus abrigos favoritos reposaba en mis hombros

Se sentó frente a mí y me sonrió tranquila para jugar con la comida usando los cubiertos, su hermoso cabello quebradizo negro estaba suelto y usaba un camisón largo y blanco, solo había dos velas de cada lado prendidas, tome una para prender las demás pero ella bajo mi mano con amabilidad.

-La luna... quiero verte a la luz de la luna – La deje en su lugar y tome un mechón de su cabello y lo lleve para atrás – Isabella – Sonrió para mirarme y acariciar mi cabello deslizándola hasta mi mejilla – ¿Puedes traer mi cepillo? Está en mi tocador

Camine a su tocador que estaba a un lado de su cama, lo tome pero su mano empuño con fuerza mi muñeca y me tiro a la cama, empuño mis muñecas y me presiono sobre la cama con su cuerpo.

-¿Te gusta o no? Coquetear con esa americana frente a mí

-Lucille, yo no – No dejo termina, apretó su agarre y beso mis labios opresiva y desesperadamente, moví mi cabeza de un lado a otro para que parase pero provoque que mordiera mi labio inferior amenazando con aplicar más fuerza para perforar – Me retaste, me desobedeciste – Siseo con rabia sin soltar mi labio – Tu solo me perteneces a mi – Soltó mi labio y la mire asustada

-Yo no co-coquee con Edith, sabes que no haría algo así – Susurre temerosa sintiendo su pecho subir y bajar sobre el mío que repetía la acción sin en cambio lo hacía con temor y... emoción... adrenalina.

-Si llegas a resistirte, habrá consecuencia – Susurro en mis labios para apartarse de ellos y rozar con los suyos mi piel hasta mi cuello, deslizo mis muecas arriba de mi cabeza con lentitud mientras daba pequeños, tiernos y delicados besos en mi cuello, suspiré de ternura y empezando a sentirme deseosa, no podía poner atención a nada más pero un fuerte tirón en mis muñecas me hizo abrir los ojos asustada y mirar a ellas, me había sujetado a la cama con sogas, tire de ellas con fuerza y rápidamente pero solo logre lastimarme, la mire asustada y me mostro su burlona sonrisa, peinó su largo cabello con las manos y lo sujeto con la cinta que quito de mi cabello

La Cumbre Escarlata (El juguete de los Sharpe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora