Capitulo 5: América

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Escuche la puerta abrirse y pare de llorar para restregar mi cara en las almohadas secando mis lagrimas, últimamente a pesar de que mi cuarto era cálido hacia mucho frió así que puse mas sabanas, sentí como me abrazaban y voltee para encontrarme con Thomas

-Hola – Pronuncio sonriendo

-¿Qué haces aquí? – Tome su rostro y bese su mejilla la cual estaba fría

-Mañana emprenderemos un viaje a America y quiero que nos acompañes

-Pero la casa – Me interrumpió

-No podemos agradecerte de ninguna forma, al menos seria lindo que salieras de vez en cuando, te la pasas encerrada aquí... no sé como puedes soportarlo

-Está bien, preparare mis cosas en la mañana – Me dio un fugas beso en los labios para después levantarse pero entro Lucille con un cuchillo en la mano para ir tras Thomas, me levante y me puse frente a el –Lucille por favor – Tome su mano suavemente – Solo vino a pedirme que fuera con ustedes, Por favor – Le quite el cuchillo y lo puse en la mesita de a un lado, le di un beso en la mejilla y tome su mano – Estas aterrandonos Lucille

-Tú no deberías estar aquí – Le dijo a su hermano

-Tu tampoco – Lucille me aparto, pareciese que quería golpearlo pero ella nunca lo haría, me puse entre ambos

-Vamos a dormir, será un viaje largo, por favor

Terminamos durmiendo juntos pues hacia frió y al amanecer emprendimos a America, todo el trayecto me presentaron como una dama de compañía. Llegamos en una semana y nos hospedamos en un hotel, una sola habitación, no me disgustaba ya que dormir con Thomas era relajante y lindo. Thomas y lucille fueron invitados a un baile por su llegada pues conoció a una joven y aunque adinerada no cumplía los requisitos y era obvio que ella no seria la elegida, me alegre pues se veía tan débil de voluntad que con el veneno moriría en días. Lucille tocaba el piano mientras yo leía en una esquina del salón.

-Buenas noches, que sorpresa nunca pensé encontrarme a alguien aquí – Me reí y lo mire, era rubio de ojos grises, azules si no me equivoco, parecía bastante bondadoso y bueno

-Bueno era el mejor lugar para leer, lejos de ellos – Se sentó junto a mi y cerré el libro para ponerlo sobre mis piernas

-¿Puedo invitarle una copa? –

-Claro, me encantaría Ambos nos levantamos

-A decir verdad fue difícil no notarla, su vestido mi Lady es tan llamativo, ese rosa, no se usa mucho en las fiestas

-A decir verdad fue difícil no notarla, su vestido mi Lady es tan llamativo, ese rosa, no se usa mucho en las fiestas

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La Cumbre Escarlata (El juguete de los Sharpe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora