Capitulo 7: un jeu déroutant

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POV Isabella

Estoy tan feliz, tan... no sé cómo expresarlo, Lucille esta furiosa por lo que hice pero es seguro que no sepa que fui yo, no tiene ninguna razón para sospecharlo si quiera. 

-Lucille- Susurre su nombre con mi mirada clavada en mi regazo, no le había hablado ese día hasta ahora en el carruaje de regreso a casa, sin Thomas - ¿Te encuentras bien? 

-Si – Mascullo mirando al frente con mirada imponente y sus pómulos eran resaltados por la luz, había estado extraña desde que nos fuimos de américa, distante 

-Si hice algo que te molestara Lucille – Empece pero ella me interrumpió levanto mi rostro desde el mentón, no sabia interpretar su mirar, esta seria pero... melancolía y... ¿Enojo?, clavo su mirar en mis labios y yo mire a otro lado

-No has hecho nada, querida, estoy pensando, en cosas – Tomo un mechón de mi castaño cabello y puso detrás de mi oreja mientras me sonreía ahora de manera pacifica pero poco feliz – No podría enojarme contigo

-¿Q-qué quieres que prepare para comer? – Pregunte volteando al frente para mirar el bello paisaje que me regalaba el camino pero sentí como ella recargaba su mentón en mi hombro para susurrarme al cuello

-Te quiero a ti – Susurro haciendo que se me erizara hasta el ultimo bello de piel, la mire, la quería tanto que no podía decirle que me daba escalofríos escucharla hablar así

-Si – Alcance a mascullar poniendo mis manos sobre mi regazo

En cuanto llegamos, me tomo de la mano y me bajo del carruaje como una niña emocionada que quisiera mostrar algo. Me arrastro a la recamara principal y me aventó en la cama, me quede anonadada y me senté mientras la veía cerrar con pestillo

-Lucille – Susurre al verla caminar a mí, tomo el cuello de mi camisa de los dos lados y con un tirón fuerte hizo volar los botones de mi camisa blanca la cual había puesto esta mañana, no tuve tiempo de racionar cuando sentí sus labios besar mi cuello, me acostó contra mi voluntad en la cama y empezó a acariciar pechos con desesperación sin importar que tuviera el sostén el cual no tardo en romper–No, lucille, por favor – Mordió mi pezón y gemí de dolor, estaba molesta, sé que esta molesta y seguramente se desquitaría conmigo, me lastimaba con sus "Caricias" agresivas 

-Eres mía, solo mía, a ti no puedo dejarte ir, dime que te quedaras siempre conmigo -  Casi suplico su petición 

-Me quedare – Susurre mientras derramaba lágrimas y eso pareció calmarla quitando la severidad con la que me tocaba, mi cuerpo se excitaba y no era más que una respuesta incontrolable al ser tocado, se metió bajo mi falda y aunque no era la primera vez que pasaba algo así, sentía que esta vez era diferente, sin vacilar, bajo mi ropa interior – No, por favor no quiero – Masculle mintiendo sínicamente pero era provocado por miedo a que sus caricias volvieran  ser rudas 

Sentí su húmeda legua pasear por mi sexo y sin poder controlarlo solté un gemido de placer que pareció gustarle, ella engancho sus brazos con mis piernas y empezó a juguetear con mi intimidad haciéndome estremecer y gemir hasta que empezó a penetrar con su lengua mi intimidad – Lucille – Susurre llena de placer, devoraba mi sexo con tanta pasión y lujuria que no podía evitar gemir sumisamente y aunque Lucille arrebato mi virginidad hace mucho siempre me sorprendía con algo nuevo

-Dime que te gusta – Ordeno entre mis piernas

-Me g-gusta, l-Lucille me haces sentir extraña – Confesé entre suspiros y pude escuchar una risita de satisfacción 

-Oh mi hermosa mariposa – Empezó a mimar una canción de cuna que nos cantaba a Thomas y a mí con sonidos de N y M mientras seguía seguía volviéndome loca lamiendo, besando e incluso mordiendo los pliegues de mi intimidad suavemente

-L-Lucille espera – Gemí lo más bajo que pude – Si, Lucille, mas – Pedí y ella atendió mi pedido lamiendo y penetrando con su lengua mi apretada intimidad - ¡Lucille! – chille al sentir mi orgasmo llegar – Ya casi, yo A-ahhh detente, más lento – Pedí pero eso pareció molestarle y de la nada empezó a lastimarme mordiendo con brusquedad, intente zafarme o hablar pero ella me advirtió tensando sus brazos en mis muslos– Me duele, me lastimas – Gemí de dolor – Lucille basta – Ordene e intente separarla pero enterró sus uñas en mis muslos –Por favor, me duele – Llore ahora, no me gustaba, no quería así, me lastimaba – No quiero, me duele – empecé a llorar soltando suspiros de dolor y se detuvo para salir de mi falda

-¿No quieres? – Pregunto monótonamente mirándome maquiavélicamente y me di cuenta de mi error

-S-si quiero, soy tuya pero si lo haces así me lastimas- Dije con sinceridad y gateo hasta llegar cara a cara frente a mí, limpio las lágrimas de mis mejillas y me dio un beso en los labios

-No quería lastimaste – Tome su rostro y lo bese

-Yo sé que no – Susurre sobre sus labios

No sabía cómo sentir, Lucille había sido más comprensiva y cariñosa que Thomas en los últimos días, me estaba enamorando románticamente de Lucille, no podía negarlo más, era tan hermosa y aunque no quería admitirlo me gustaba demacrado la idea de que Lucille estuviera tan obsesa por mí, me encantaba ser tocada por ella pero sabia que yo amaba a Thomas con todo mi corazón

-Hazme el amor, soy solo tuya – Fueron las palabras que susurre para tenerla completamente deseosa y feliz

No pude imaginar a otra persona tocando mi cuerpo que no fuera Thomas, aun así por inercia mis labios gimieron su nombre y decían lo que ella quería escuchar para tenerla satisfecha pero poco a poco en realidad empecé a gemir su nombre pensando en ella, era su juguete, los dos jugaban con mi corazón y mi cuerpo como querían, solo espero y ruego al cielo que ninguno destroce su sumiso juguete.


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Un juego confuso


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La Cumbre Escarlata (El juguete de los Sharpe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora