Nueva Tiranía •Everlark•

Capítulo 25. Las Prímulas

Lo que le faltaba a mi día, otra entrega de X, pero por qué Haymitch no supo que alguien entraba a nuestra habitación. Yo me acerco al arreglo y tomo la nota.

Sí, por supuesto necesito que me recuerden lo que estoy haciendo, y quién es este X, y por qué me juzga. No tiene ni idea de cómo me siento ni siquiera sabe por qué lo hago.
–Peeta, deshazte de las flores, no quiero verlas.
–Katniss, creo que debemos averiguar más sobre estos envíos.
–¡Dije que no las quiero ver! –Le grité, tome algo de ropa de dormir y me encerré en el baño, no sabe lo que representan esas flores para mí, solo es un recordatorio más de que esto lo estoy haciendo por vengar la muerte de mi hermanita.

Me ducho con agua fría, necesito despejar mi mente de todo lo que ha pasado en las últimas 48 horas. Siento que mi cuerpo empieza a temblar, no sé si es por el frío del agua o por la rabia que siento dentro de mí, siento tanta ira, creí que ésta se iría cuando Snow muriera pero no es así. Finalmente dejo la ducha cuando me siento más tranquila, sé que no debí gritarle a Peeta, el no tiene la culpa de nada y sólo quiere ayudarme ¿y yo qué hago? Le grito y lo trato mal, solo lo lastimo, Haymitch siempre ha tenido razón no lo merezco, no merezco al lindo chico del pan que está conmigo, sólo le causo daño, siempre le causo dolor, por mi culpa no volverá a ser jamás como antes. Termino de vestirme y salgo a la habitación.

Peeta está sentado en la orilla de la cama con su agenda entre las manos y mirando al suelo, no me mira, no dice nada.

–Peeta, yo…
–No es necesario Katniss. –Se levantó, tomó la ropa junto a él y se metió en el baño. Está molesto, está enojado conmigo. Jamás dejo de lastimar al chico que me ha salvado tantas veces de morir.

Me meto en las cobijas, ya que la ducha fría se robó todo el calor de mi cuerpo, pido leche caliente que llega de inmediato y me la bebo a pequeños sorbos, sigo esperando a Peeta, pero no sale.

Finalmente me venció el cansancio y la leche caliente y me quedo profundamente dormida.

Despierto y estoy recostada sobre la acera de una avenida desierta, sólo veo edificios altos y oscuros, no hay ninguna luz, solo distingo un poco por la tenue luz de la luna llena, ¿Cómo es que llegué aquí? Yo estaba en la mansión presidencial, en mi habitación con Peeta, ¿Quién me trajo aquí? ¿Y cómo no lo note?

–Hola, soldado Everdeen. –Escucho la voz de un hombre, y me es familiar la voz. –No temas, no te haré daño. –Y por fin reconozco la voz, es la voz de Boggs, pero eso no puede ser, él está muerto, o esto es un sueño. –Sí, esto es un sueño, y una advertencia. –Empiezo a caminar hacia la voz, tengo que comprobar que es Boggs y no alguien que quiere que crea que esto es un sueño y que Boggs me está hablando. –Soldado Everdeen, ¿recuerdas cuál fue el motivo de la Guerra? –Sigo caminando hacia donde su voz me guía. –Soldado, ¡le hice una pregunta, responda a su Comandante!
–El motivo de la Guerra, era liberarnos de la opresión y la esclavitud del Capitolio.
–¿Está segura? ¿Está segura que del Capitolio? ¿Y no hay algo más que queríamos evitar? –Sigo caminando mientras busco una respuesta a sus preguntas. Sí.
–Era de Corionalus Snow de quien debíamos liberarnos y también quería evitar que más niños inocentes fueran a los Juegos del Hambre.
–¿Y lo logramos?
–No del todo, ahora están muriendo niños en una Arena en la que yo estoy ayudando. –Y entonces fue que la luz de una lámpara se encendió y vi a Boggs parado debajo de la luz que proyectaba, corrí la distancia que aún nos separaba y pude verlo como era antes de que perdiera las piernas. –¡Boggs, no sé cómo detener los juegos!
–Ya no hay manera de detener estos juegos, Alma Coin es una mujer no muy diferente a Corionalus, son personas a las que no se les debe confiar un poder tan grande como gobernar un país entero. Alma planea seguir creando más Juegos del Hambre, ahora que se ha estado divirtiendo tanto apostando con los Alcaldes de otros Distritos y ganado dinero, ha descubierto ideas en ellas de querer más y más. Deben detenerla, sigue tus instintos, ya una vez nos liberaron de una opresión, pueden hacerlo de nuevo, y también confía en las prímulas, a su debido tiempo descubrirás qué hay detrás de ellas y quién es quién las envía. Trata de que esos niños en la Arena tengan muertes dignas. Confiamos en ti Soldado Everdeen.

Entonces más lámparas se iluminaron y debajo de ellas pude ver a Castor, Mesalla, Jackson, Mitchel, Legg 1 y 2, Homes y lo más importante en la última lámpara veo a dos personas, corro hasta ellos y abrazo a la pequeña rubia que está tomada de la mano con un hombre.

–¡Prim, papá, no pedo creer que los vea! ¡Los he extrañado tanto! –Y mi padre nos abraza a las dos.
–Hija, también te echamos de menos, pero estamos al pendiente de ti, siempre lo estamos y también de tu madre, ella te necesita mucho.
–Pero me abandonó, prefiere cuidar a otros niños que estar conmigo.
–No Katniss, no llegues a conclusiones tu sola, debes darle la oportunidad a tu madre de que te explique, habla con ella, todo tiene un por qué.
–¡Llévenme con ustedes!, quiero estar con ustedes.
–Aún no es el momento de estar juntos, aún hay muchas misiones para ti, aún tienes mucho que vivir, vive tu vida, nosotros te estaremos viendo siempre hasta que llegue el momento de estar juntos. Te amamos Katniss.

–¡Katniss, Katniss, Katniss, despierta! ¡Katniss! –Me siento en la cama, estoy enredada en las sabanas de seda.
–¡¿Qué demonios Haymitch?!
–Deja de pensar en ti por un momento y dime ¿dónde está Peeta?
–¡¿Qué?!
–¡¿Que dónde demonios está Peeta?! –Me levanto corriendo y reviso el baño, el último lugar donde lo vi.
–Si te estoy preguntando es porque ya había revisado el baño, preciosa.
–Yo… no sé dónde está. Anoche se metió a bañar y no lo vi salir del baño, me quedé dormida, no había dormido y el cansancio me venció. ¡Haymitch, dónde está! –Y entonces las lágrimas empiezan a fluir como locas, es mi culpa, yo le grité, lo trate mal, nunca dejo de lastimarlo. –¡Haymitch, debemos encontrarlo!

¿Dónde estará nuestro Peeta? ¿Se habrá hartado de Katniss?
Karly 🖤