Capítulo 38. La Coronación

89 7 10
                                    


Estoy recostada sobre el césped verde viendo las caprichosas formas de las nubes.

–¿Estás bien? –me dice Johnson a mi lado.
–Sí, solo dame un momento para asimilar lo que acaba de pasar. –le contesto y cierro los ojos donde revivo las imágenes de las últimas horas. –¿Qué hice? –pronuncio en voz alta estas dos palabras.
– Solo hiciste lo que te ordenaron. –me dice James y yo niego.
– No, yo quise hacerlo. Me ofrecieron la oportunidad y la tome pensando que me sentiría mejor por la muerte de mi hermana, pero solo me siento peor, sucia y cruel. –Sigo sin abrir los ojos y una lagrima escapa de mi control y rueda por el costado de mi cara. –¿Cómo pude hacerle eso a esos niños? Y ni siquiera quiero saber qué le hizo Johanna a Kaitlyn.

– Trata de calmarte, no le hace bien al bebé y a ti tampoco. Piensa en que era eso o la aniquilación total de todos los Capitolinos. –me quedo callada –No digo que estuviera bien que niños se mataran entre ellos, pero ¿qué otra opción quedaba?
– Solo tengo que sobrevivir a la próxima semana y podremos irnos y nunca más saber de esto. –Me trato de tranquilizar yo sola, porque las palabras de James lejos de ayudarme me están atormentando más.
– Podemos con esta semana, no te dejaré sola. Estaré contigo en todo momento. –me tranquiliza un poco que no estaré sola, aunque ya antes alguien me había prometido algo similar y ahora nadie sabe dónde está o si sigue con vida.
– Gracias James. –le digo por fin abriendo los ojos, limpio la rebelde lágrima y me siento, es cuando veo que una figura delgada enfundada en un traje a la medida de color azul celeste se acerca a nosotros. –Viene Effie hacia nosotros.
– Seguramente Abernathy la envió. –dice James y algo en el tono en que lo dijo me molesta, pero no le digo nada.

Veo a Effie acercarse más a donde nos encontramos Johnson y yo.

– ¡Katniss! ¡Por fin te encuentro! – me dice la mujer nativa del Capitolio –Eh estado buscándote cerca de media hora, ¿podemos hablar?

Miro a James y el me da una mirada de que no se moverá de donde está.

– Estamos hablando. –le contesto y ella hace una mueca que hacía cuando Peeta y yo no mostrábamos buenos modales. –Continúa.
– Preferiría que nuestra conversación fuese privada. –insiste la desquiciante mujer
–No, lo siento, lo que tengas que decirme James puede escucharlo. –le digo a manera retadora.
– Siempre eres tan terca, pero bueno como quieras. – da un suspiro y alisa su ya lacio cabello castaño. –Haymitch quería hablar contigo, pero como Plutarch lo ha enviado a cuidar de Sydney me pidió que lo hiciera por él.

Miro a James y me da una mirada de “te lo dije”.

– Necesitamos hablar de Peeta y el bebé. –me dice Effie y me temía que fuese algo así.
– ¿Qué sobre eso? –le pregunto despreocupada.
– ¿Cómo que qué hay sobre eso? Peeta lo sabe, se fue del 4, para buscarte. No has pensado en que tú bebé necesitará de su padre.
– No, mi hijo no necesitará de Peeta, me tiene a mí, a mi madre y a James. –le contesto enojada.
– Con que ese es tu plan, negar al bebé como hijo de Peeta, y decir que es del comandante Johnson. –me dice molesta Effie. –Peeta se ha perdido en medio de Panem buscándolos, ¿no crees que estas siendo injusta con él?
– Él fue quien se marchó sin siquiera despedirse, así que esa fue su decisión no mía. Ahora yo tengo que tomar mis propias decisiones. Y esa ya está tomada. – me pongo en pie molesta – Me importa poco lo que Peeta quiera o no, así como a él le importó poco lo que yo quería o no quería. Y no pienso seguir discutiendo este tema contigo o con Haymitch. Él también se deslindó de mí poco antes de que yo me fuera. Por si no lo recuerda, dile que haga memoria de lo que me dijo en el comando el día en que propuso un romance entre Percival y Krystal.

La mujer del Capitolio, parece en shock por mis últimas palabras y boquea un par de veces, al final se queda sin decir más y se aleja de nosotros.

Nueva Tiranía •Everlark•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora