Capítulo 28. Lazos de Amor y Celos.

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Después de que el resto del equipo se fue, entraron un par de Avox para que les ordenáramos lo que queríamos comer,  yo les pedí cordero en salsa de ciruela con arroz salvaje, nunca me canso de comer ese guiso, de beber nos traen limonada con agua gasificada.

El resto del día transcurrió muy tranquilo, Beetee le armo un refugio a Krystal con ramas y follaje, muy resistente y permite que no se moje, no lo puso muy lejos de donde mato al muto, así lo encontró fácilmente la chica, aunque si pronto no recibe ayuda de un patrocinador, puede morir, se ha curado las heridas, las ha desinfectado y las ha vendado, pero toda ella esta empapada y tanto el abrigo como la manta se las quedó Percival y la mochila que se llevó no tiene comida en ella, necesita ayuda, espero que su madre haga algo pronto para conseguirle ropa nueva y abrigo. De lo contrario enfermará de hipotermia o neumonía y será más caro conseguir las medicinas. Percival mientras tanto sigue en su refugio, envuelto en la manta, no dice nada, ni llora pero su cara está muy pálida. Sin duda lo que le haya mostrado el muto lo dejó muy perturbado, además de que no recuerda lo que le hizo a Krystal y se sorprendió al no encontrarla en el refugio con él y ver mucha sangre regada en el piso cuando salió del trance del muto.

Lo noche pasa igualmente tranquila, solo Beetee va a descansar un rato, Peeta y yo nos negamos a irnos a “descansar”. Cuando estamos solos tomando té caliente, Peeta toma mi mano.

–Katniss, tengo algo importante que decirte.
–¿Qué es Peeta?
–Es sobre esta mañana, no estaba perdido como les dije, hay algo más. Tiene que ver con las prímulas. ¿Quieres saber?
–No Peeta, no quiero saber. O no por el momento. Boggs dijo que en su momento lo sabría pero no creo estar lista para saber qué es lo que hay detrás de las prímulas.
–¿Qué? Aguarda ¿dijiste Boggs?
–Sí, dije Boggs, anoche soñé con él, con papá y Prim. Me dijeron algunas cosas, no recuerdo todo lo que me dijeron, pero recuerdo que Boggs dijo que a su tiempo conocería lo que hay detrás de las prímulas, y dijo algo de Coin pero no recuerdo exactamente qué, algo sobre los Juegos y que creo que ha descubierto mucha diversión en ellos.
–¿Dices que Coin se ha estado divirtiendo mucho con los Juegos? Concuerda con lo que supe ayer.
–Peeta, ¿podemos dejar el tema en paz? No me siento de ánimos como para hablar de Coin
–Claro, ¿de qué quieres hablar? ¿O preferirías no hablar?
–De cualquier otra cosa, menos del gobierno y Coin con sus seguidores.
–Tu mamá llamó anoche.
–¡¿Qué?!
–Se me había olvidado mencionarlo, le dije que no podías responder, con el humor que traías anoche no creí que fuera conveniente que hablaras con ella en ese momento, disculpa si me tome ese atrevimiento.
–Descuida, no pasa nada, estuvo bien, no me siento preparada aún para hablar con ella, y sé que lo mejor para hablar con ella será que lo hablemos cara a cara, Prim y mi padre me pidieron que no la dejara sola, que nos necesitamos la una a la otra, o algo así, aún son borrosos los recuerdos del sueño, lo que sí recuerdo es que vi a todos los integrantes del Escuadrón que murieron, a excepción de Finnick, me hubiera gustado poder verlo y hablar con él. Prometerle que cuidaremos de Annie y su bebé por él, pero no estaba.
–Él sabe que Annie y el bebé estarán muy bien cuidados por todos los Vencedores que sobrevivimos y por la gente de su Distrito.
–Tienes razón. Cuidaremos de Annie y el bebé como nuestra familia. Ahora todos somos una familia, una familia de sobrevivientes.
–Y no cualquier sobreviviente, somos sobrevivientes de dos Arenas. –Me dice sonriendo Peeta, yo también sonrío un poco.

Seguimos platicando de cosas irrelevantes lo que resta de la noche, Beetee también se nos unió a la plática, la verdad es que nos llevamos muy bien los tres; entre las conversaciones y el café, no notamos que ya está amaneciendo. Hasta que entra Haymitch a la Sala.

–Bueno días, ¿qué tal la noche?
–Tranquila. Sin novedades. –Comenta Beetee, mientras yo me levanto para ir al baño, tanto café y té ya están pidiendo salir. Pero al levantarme me mareo, creo que me levanté muy rápido.
–Wow, Katniss ¿estás bien? –Se apresura Peeta a sostenerme antes de que me caiga.
–Oye chico, ¿ahora si ya hicieron al bebé? –Dice burlón Haymitch, a lo que yo lo fulmino con la mirada, Haymitch y sus comentarios estúpidos, y eso que está sobrio.
–Haymitch deja de decir estupideces. Debe ser porque no dormí y me levanté muy rápido del asiento. Y ahora si me permiten necesito ir a orinar. –Me suelto suavemente del agarre de Peeta y voy al sanitario. A mis espaldas escucho las voces de Peeta y Haymitch, pero no presto atención a lo que dicen, solo me apresuro a llegar al baño de damas que está al fondo de la Sala.

Nueva Tiranía •Everlark•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora