Capítulo Siete

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Me levanté por el sonido de mi celular. Ay. Suspiré. ¿Quién miércoles llamaba a las cinco y media de la mañana? Agarré el celular de mala gana y contesté sin mirar el nombre del que estaba llamando en la pantalla.

—¿Aló? —Contesté con mi voz ronca. —¿Quién llama?

—Hola, pues soy tu príncipe de colores. —Contestó y me reí. Aquim...

—Pavo, y... ¿Qué pasa?

—Umh... Perdón por levantarte. —Masculló.

—Estás perdonado, pero ya habla que me matas de curiosidad.

—Bebé ¿Hoy vendrías a cenar a mi casa?

—No puede ser. —Tomé aire. —¡Sí! ¿En serio? —Grité emocionada.

—Así es. —Se rió.

—Gracias.

—No hay por qué. Ahhh... trae tu biquini.

—¿Qué? ¿Por qué? —Pregunté con curiosidad. —¡Oh, cierto! Tienes piscina... —Exclamé al recordar su enorme casa. —Se me había olvidado. —Me sobé la nuca.

—Exacto enana. —Se rió.

—Oye, está bien que tú midas dos metros más que yo, pero ni que yo sea tan bajita. —Reclamé.

—Por favor, no seas exagerada. —Rió ¡Ja!

Bueno está bien, está bien... Aquim solo mide unos ocho centímetros más que yo, pero ¡Igual! Tengo derecho a reclamar.

—Está bien, no exagero, solo digo.

—Entonces ¿Nos vemos en el colegio?

—Así es. Te amo mi "tigre".

—¿"Tigre"? ¿Tan salvaje soy?

—Los "tigres" son sexys.

—Entonces por mí está bien. Seré tu "tigre". —Rió. —Y tú mi "tigresa".

—Umh... Por mí también está bien. —Reí a carcajadas.

—Somos sexys y salvajes.

—Sí. —Solté una risita.

—Bueno, nos vemos. Te amo princesa. —Dijo y me mandó un beso. Hice lo mismo.

—Chau mi príncipe de colores. Te amo. —Colgué.

Miré el reloj y ya eran las seis, no ¿En serio? ¿Tanto hemos hablado? Bueno dormir un "ratito" más no hace daño. Así que cerré mis ojos y volví a quedarme dormida.

*Después de dormir un "ratito" más*

Me levanté y miré el reloj... Hijo de... Ya eran las siete y veinte. Me bañé más rápido que nunca, me cambié, fui al baño, me lavé los dientes y bajé a las siete y cincuenta al comedor donde me esperaba Angie. ¡Wu! ¡Tiempo récord BITCHES!

—Hermanita querida... —Aclaró su garganta. —¿Me podrías explicar algo?

—¿Eh? —La miré tomando un poco de té del que Angie me había preparado. —¡Oh, si! ¡Claro!

¡¿QUÉ TIPO DE LOCA PSICÓPATA LLAMA A LAS CINCO DE LA MAÑANA A SU ENAMORADO PARA REÍRSE EXTREMADAMENTE FUERTE JUNTO A ÉL PARA DESPERTAR A MEDIO PAÍS CON SUS RISAS?! ¡¿EH?! —Me gritó exaltada.

+Creo que alguien está en sus días...+

*Oye sí, qué miedo*

—Oye, relaja la voz. —Traté de calmarla.

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