Capítulo Cuatro

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Apenas me desperté, me levanté de mi cama rápido, fui al baño a alistarme.
Bajé rápido a saludar a Angie y desayunar con ella. Estaba muy emocionada, comía rápido.

—¿Porqué tan contenta? —Me preguntó.

—Es que... Hoy Angela y yo hablaremos con unos chicos de la clase que son... lindos y pues me interesa eso. —Sonreí.

Malditas hormonas.

—Cuidado con los bad boys. —Hizo una mueca. —Pueden ser peligrosos.

—¿Qué? —Me limité a reír. —Son inofensivos.

—Lo dudo...

—No deberías. —Rodeé los ojos. —Bueno... ya me tengo que ir. —Cogí mi mochila y le di un beso en la mejilla. —Suerte en tu cita con Niall. —Le guiñé un ojo.

—Gracias, pequeña. —Sonrió. —Igual en tus estudios.

—Bien, chao.

Salí de casa y me dirigí al colegio... Las clases fueron complicadas pero nada del otro mundo. Estaba prestando atención a la clase y en eso cae un papelito en mi carpeta.

•[Hola!! Edward y Louis!!]•
Miré a Angela y me guiñó un ojo. Rodeé los ojos, agarré un pedazo de papel y escribí en el:
•[Ya lo sé :P No envíes papeles o nos regañarán ¬¬ ]•
Se lo pasé por debajo.
•[Gruñona >.< ]•
Me pasó otro papel, creo que no entendió el mensaje... Las horas pasarón y pasarón.

Sonó la campana y mis amigos y yo nos sentamos debajo de un árbol, como siempre y nos pusimos a conversar.

—Ya, vamos ahora. –Me dijo Angela.

—Pienso que ellos deberían de venir a nosotras, no al revés. —Hice una mueca.

—Naaaa... no te comportes como adulta anticuada, o sea estamos en pleno siglo veintiuno, niña. —Me cogió del brazo y fuimos hacia Edward, Louis y su grupo de amigos... populares, tenían que ser.

—Hola. —Saludó Angela a los chicos agitando su mano.

—Hola. —Respondieron ellos.

Yo me quedé muda sin saber qué hacer, no sé si fue por los hermosos ojos que tenía Edward y Louis o porque últimamente he estado algo rara... Angela me codeó el brazo.

Edward: Alto, delgado, para un crimen organizado, de tez blanca, con cabello castaño y ruloso, con unos hermosos ojos verde esmeralda.

Louis: Alto, delgado, también para un crimen organizado, de tez blanca, con cabello rubio y lacio, con unos hermosos ojos celestes.

—Hola chicos. —Hablé al fin y bajé la mirada.

—Hola. —Respondieron.

—¿Y qué tal? —Sonrió Edward.

—Bien. —Respondió Angela.

-¿Qué las trae por aquí? —Habló Louis.

—Ustedes... —Susurré, pero me escucharon ¡Rayos!

—¿Nosotros? —Edward alzó una ceja divertido.

Me sonrojé ¡Megan controla tus hormonas!

—Sí. —Sonreí. —Sobre todo sus hermosos ojos que tienen ustedes dos.

—Gracias. —Rió Louis. —Eres muy tierna.

Mátenme asdasdasd.

—¿Quieren ir a una fiesta? —Preguntó Edward.

—Sería asombroso. —Dijo Angela emocionada.

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