Capítulo Catorce

55 7 2
                                    

A pedido de ustedes, princesas♡❤♡
***** Maratón 2 - 3 *****

Fuck.

Me quedé en shock sin saber que decir, había escuchado lo qué Edward me había dicho ¿Cierto?

—¿Qué? ¿Qué cosa? —Pregunté nerviosa jugando con mis dedos.

—¿Eres sorda? —Preguntó él serio. —¿Cómo que Edward quiere besarte?

Y ahí fue cuando todos se dirigieron a mirarnos de una manera extraña y confusa.

—¿Edward dijo eso? —Me paré rápidamente.

Por favor, alguien sáqueme de aquí ¡Ahora!

En eso siento que alguien toma de mi muñeca y me hace correr lejos de ahí.

¡MEEEGAAN! —Escucho que Aquim grita desde atrás.

Pero yo seguí corriendo sin saber qué hacer, cuando ya estábamos lejos, frené mis pies en seco al darme cuenta que Carlos me tomaba de la mano y estábamos al frente de un callejón.

—¡Suéltame! —Grité jadeando. Me separé nerviosa y asustada.

—¡Oye! —Me miró molesto. —YO te saqué de ahí. —Bufó con la respiración agitada.

Cierto... Él me había "salvado".

—Perdón, gracias. Te debo una. —Dije calmando mi respiración.

—No es nada. —Sonrió.

—¿Dónde estamos? —Fruncí el ceño.

—Lejos de ellos. No pasa nada. —Me abrazó.

Respondí a su abrazo.

Apreté mis ojos fuertemente. No quería llorar, ahora no.
Di un largo suspiro y me separé de él.

—Carlos... Tú que eres el amigo de Aquim. Dime ¿Él está conmigo por... Agh ser Agh po-pu-agh-lar?

Él me miró confuso y luego pareció entenderlo.

—¿Tú popular? —Soltó una risita.

—Eso es lo mismo que di...

—Siempre lo has sido.

Esperen ¿Qué?

¿QUÉ? ¿QUÉ RAYOS HABLAS IMBÉCIL? ¡NO!

—Bueno... —Se detuvo a pensar. —Yo por lo que sé... Desde que llegaste al colegio, al empezar la secundaria, le has gustado a Edward y bueno... Desde que Aquim se enteró, se puso celoso, él no quiere que pares con ellos, según él son mala influencia por lo que me ha dicho y que te quiere proteger, te dijo que te quiere y... Pasó lo que pasó.

No dije nada. ¿Qué podría decir? Tragué saliva y lo miré seria.

—Nos enteramos hace tres meses.

Suspiré y tomé aire.

¿POR QUÉ NUNCA ME DIJISTE NADA? ¡HIJO DE TU MADRE!

—Yo...

—¡Eres increíble! —Reí cínica.

—No sé, pero mira el lado bueno: Ya lo sabes. —Sonrió nervioso y bajó la mirada.

—Tonto, ahora ya estuviera con Edward... —Me tapé la boca en ese instante.

¿Qué diablos he dicho?

Carlos subió su mirada a mis ojos y susurró algo tan quedamente que no lo oí.

—Carlos... —Lo llamé.

Desde el principioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora