Cap. 13 - X es...

1.8K 287 121
                                    

Era Viernes, la semana paso rápido para el pecoso quien estaba emocionado pues en esta semana recibió tres cartas más de X. El lunes recibió una, el Martes otra y hoy Viernes una más.

—¡Aww! —el pecoso estaba sentado en su sofá con ambas manos sobre su cara para ocultar su sonrojo, cosa que no logro del todo pues sus amigos lo notaron.

—¡Aww! ¡X es un chico tan tierno! —decía Ochako mientras terminaba de leer la ultima carta que habia recibido su amigo esta samana.

—¿Un chico? —preguntó Shōto. 

—Síp, he descubierto que X es un chico,  él lo menciono en la carta que recibiste el lunes. —comentó la castaña entusiasmada por su descubrimiento.

Sus demás amigos se miraron entre si y luego volvieron la vista hacia su amiga,  sin convencerse del todo de lo que afirmaba la castaña, ella al notar lo idiotas que podian llegar a ser sus amigos les enseño el error que cometio X, tomó la carta del día lunes y pusó su dedo en la palabra que confirmaba todas sus sospechas.

Los chicos miraron boquiabiertos a Uraraka al ver que lo que decía era cierto.

Izuku le arrebató la carta de las manos de su amiga y lo acercó más a su rostro para asegurarse que no habia leído mal, y no, en efecto ahí decía "preocupadO", o sea que era un chico quien le escribía.

El corazón del pecoso empezó a latir como loco y la sangre viajo rápido a sus mejillas volviendolas rojisas. Ese sentimiento creciendo de nuevo en su interior y haciéndolo sentir medio tonto y desorientado. Sí, X ya lo tenia totalmente a su merced y eso lo asustaba. Una parte de él sentía que ya conocía al escritor de dichas cartas pero no podía evitar sentir temor; temor a arruinarlo todo, pues una parte de él aún amaba a Kacchan tanto como a X.

Lo intento, de verdad se esforzó mucho toda esta semana para no ver a Kacchan y así poder olvidarlo de una vez por todas, pero el universo parecia haber conspirado contra sus planes, haciendo que ambos se encontraran a cada instante.

Izuku trato de calmar los latidos de su corazón pero la verdad es que todo su interior estaba en un total caos, su cabeza era un huracán de pensamientos, preguntas y teorías -sumado los sentimientos de amor, temor, inseguridad y ansiedad-. Sin darse cuenta empezó a murmurar cosas que para los demás presentes eran incomprendibles mientras sus manos -que aún sostenían la carta- temblaban ligeramente. Uraraka preocupada sacó a su amigo de ese agujero de desesperación en el cual se estaba sumergiendo cada vez más.

—Izuku tranquilo. —pidió en un tono dulce la castaña tomandolo de los hombros y sacudiendolo un poco, el pecoso dejo de murmurar y miró a su amiga. —Sé que aún no has olvidado a ese bastardo pero, no te preocupes, con el tiempo lo harás. Sé que X te va a ayudar, solo dale tiempo al tiempo y el colocara cada pieza en su lugar. —sus amigos le sonrieron y él también lo hizo, pues Ochako tenia razón.

—Gracias Ochako. —dijo el pecoso ya más tranquilo. —Gracias a todos.

—No tienes porque agradecernos Midoriya, los amigos estan para apoyarse mutuamente ante cualquier dilema y contrariedad. —respondió Iidea mientras ajustada sus anteojos.

—Sabes que cuentas con nosotros y siempre lo aras. —comentó el heterocromatico con una pequeña sonrisa.

—¡Sí, siempre estaremos contigo y nos meteremos en tu vida peor que una madre! —bromeó la castaña pero Izuku no pudo evitar tomarlo enserio, ya que su amiga si que se metía en su vida cada vez que le apetecía.

••••••••

—¡Ya me voy Kats! —informó la pelinegra, la cual ya estaba en la puerta principal lista para irse.

Cartas anónimas. [Katsudeku.] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora