ODIO AMARTE |+18 collab. ft Marichat8989

O8

La sensación de frío en uno de sus brazos lo despertó, provocando que buscara calor debajo de las sábanas, encontrándose al instante con la calidez del cuerpo desnudo de su vecina. 

Ante ese suave contacto, Adrien abrió los ojos de golpe, parpadeando sorprendido al ver a la chica que dormía plácidamente a su lado, misma que lo abrazaba mientras sus piernas se mantenían entrelazadas a las suyas.

« Oh, mierda... No fue un sueño »

Dudando sobre lo que tenía que hacer, la contempló en silencio. Recorriendo su hermoso rostro con la mirada y sonriendo al verla separar los labios al suspirar. 

—Qué bella eres... —Comentó en un susurro, relajándose al momento que volvía a acomodar su cabeza sobre la almohada —Toda una hermosa y dormilona gatita.

Al cabo de un rato, Marinette comenzó a removerse, abriendo paulatinamente los párpados con una expresión adormilada y la mente aún confundida.

—¿Adrien? —Se talló los ojos, soltando un largo bostezo al irse desperezando y sonreír levemente a su acompañante—. Buenos días, Bichito. —Se acurrucó contra su pecho en busca de su calor.

—Buenos días, gatita —Besó su frente, soltando un largo suspiro mientras se abrazaba aún más a ella —Sonará raro... Pero he pasado una gran noche —Bajó la mirada, encontrando sus gemas con los azules de la muchacha —Y mira que dormí contigo.

Ella liberó una tenue carcajada.

—Puedo decir que el sentimiento es mutuo. —Alzó el rostro, encontrándose directamente con ese par de esmeraldas contemplándola—. Ha sido una noche rara, pero... Agradable... —acercó una mano a sus mechones, peinándolos hacia atrás—. Aunque no sé en dónde nos deja todo esto ahora...

—Pues a mí, entre tus piernas —Guiñó un ojo, emitiendo una suave risa después —Vamos, no creo que necesitemos respuestas para todo ¿O sí? —Besó sus labios, bajando lentamente a su mentón —A veces sólo hay que dejarse llevar...

La joven se relamió, mirando algo pensativa el rostro de su acompañante.

—Supongo que llevas razón... —musitó con una sonrisa dispersa—. Entonces somos enemigos que se soportan y se gustan... Más o menos…

—Podemos intentar ser amigos —Apoyó las manos sobre el colchón, impulsándose hacia arriba para mirarla fijamente a los ojos —Tú me gustas mucho y... No sé, me gustaría conocerte más a fondo —Apretó los labios, desviando la mirada —Y no hablo en sentido literal.

—¿Estás enterrando el hacha de guerra? —Inquirió con interés, acariciando una de las mejillas del zagal—. Ahora sí que podría reírme de ti si quisiera... —se humedeció los labios—. Pero en verdad tú... También me gustas mucho... —expresó con voz tímida y los pómulos sonrojados.

« Lo que voy a enterrarte es otra cosa... » 

Adrien se aclaró la garganta, contemplando embelesado el tierno rostro de la muchacha. 

—Lo que quiero decir es que necesitamos dejar de odiarnos y no sé... Comenzar a llevarnos mejor —Apartó un mechón de su cabello, deslizando una suave caricia por su mejilla —Dejar que las cosas fluyan a su propio ritmo...

—Ah... Bien. —Murmuró de acuerdo, desviando la mirada—. Así pues... Probemos... A ver si conseguimos entendernos, o si por lo contrario, estamos destinados a odiarnos para siempre.

—Dudo mucho seguir odiándote después de nuestra noche juntos —Descendió con suaves caricias por su cuello, capturando finalmente uno de sus senos con su mano —Pero el que seas deliciosa... No te quita lo necia y berrinchuda, gatita.