ODIO AMARTE |+18 collab. ft Marichat8989

O4

Al día siguiente, Adrien se alistaba con algo de prisa para la primer clase de la mañana. Debido a sus nulas habilidades en la cocina, aún debía de pasar a alguna cafetería a comprar su desayuno y con algo de suerte, fumarse un cigarrillo antes de tomar las lecciones.

Después de terminar de vestirse y ponerse su desodorante corporal. Se apresuró a salir del departamento, andando por el pasillo mientras se desperezaba.

Sin embargo, apenas avanzó unos cuantos pasos, se topó con su vecina, quien intentaba andar en dirección al ascensor a paso cojo y su mochila colgada a sus espaldas. 

—Serás necia... —Murmuró entre dientes, apresurándose a darle alcance —Así sólo terminarás jodiéndolo más... Tonta.

Marinette se dio la vuelta al oír a ese tedioso chico despotricando a sus espaldas, mirándolo con las cejas enarcadas y un semblante de engorro. 

—No fastidies, ¿es que no vas a dejarme en paz? —Resopló, sin llegar al ascensor que el rubio se interpuso en su trayectoria—. Joder... ¿Y ahora qué quieres?

—Que regreses a tu departamento y descanses en alto tu pie —Se cruzó de brazos, clavando su mirada en la de ella —Me importas un carajo, pero si algo malo te pasa y yo pude evitarlo, yo mismo no me lo perdonaría ¿Entiendes?

Ella parpadeó incrédula, palmeándose la frente.

—Bueno, creo que das demasiadas vueltas a las cosas. —Colocó los brazos en jarra—. Estoy bien. Puedo andar y no me voy a quedar en mi piso encerrada porque tú tengas remordimientos de conciencia, así que ya estás cooperando y dejando que entre en el puñetero ascensor.

—Pues no pienso hacerlo —Respondió él con firmeza, avanzando un par de pasos hacia ella para recortar la distancia entre ambos —Así que deja de ser tan necia y regresa a su maldito apartamento —Fijó la mirada en sus labios, descendiendo luego hacia sus pechos.

« Joder... ¿Cómo es que cada día luce más guapa? »

Aquella cercanía provocó que imágenes del día anterior acudieran a la mente de la fémina, quedando hechizada por el verde de las gemas de su vecino mientras que el calor se expandía nuevamente por su organismo.

«Lo estás mirando demasiado... Deja de mirarlo...»

Marinette se aclaró la garganta y desvío la mirada, acomodándose un mechón detrás de la oreja a modo de distracción.

—N-no soy necia. —Argumentó con un ligero temblor en el timbre de la voz—. Te digo que puedo ir a clase sin problema, lo único que tengo que hacer es vigilar al andar.

—Por un maldito día que faltes no perderás la carrera ¿Sabes? —Soltó un largo suspiro, pasándose una mano por el cabello frustrado para luego mirar su reloj de pulso —Genial, ahora por tu culpa no llegaré yo a mi primera clase ¿Ya estás contenta?

—¡¿Por mi culpa?! —Se escandalizó con una mueca escéptica—. ¡Yo no te he obligado a hacerme de niñera! Así que no me vengas con historias cuando si llegas tarde a los sitios es todo por tu pura tontería.

—Si no fueras tan necia no estaríamos teniendo ésta discusión —Soltó un bufido, levantando la mirada al techo — Igual has perdido clase, ya ni siquiera le encuentro sentido a seguir con esto.

—En primer lugar, ¡deja de llamarme necia! —Exclamó irascible, clavando su mirada a la de él al reducir la separación entre ambos y señalarlo acusatoria—. Y por otro lado, tú no eres quién para decidir si he perdido o no la clase.

Él fue a protestar, sin embargo, el rugido de su estómago resonó más fuerte de lo que a él le hubiese gustado, provocando que sus mejillas se tiñeran con un leve rubor.