ODIO AMARTE |+18 collab. ft Marichat8989

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Marinette estaba que no sabía cómo ponerse. Tomando la idea del chico como a una opción, ambos se acomodaron sobre la cama y encendieron el televisor de pared en la habitación para ver una película de uno de los canales de pago.

También bebieron un poco de alguno de los refrescos del minibar, manteniéndose a una prudente distancia entre ellos. Aquello producía que los nervios de la azabache se acentuaran, no atreviéndose a mirar a su acompañante por miedo a que sus mejillas lucieran más sonrojadas de lo habitual.

«Y aún queda más de una hora para que termine la película…»

Para solo llevar el conjunto de lencería, debía admitir que se moría de calor. Obviamente sabía que el motivo era debido a la presencia de Adrien, pero… ¿Cómo combatir con lo que él provocaba en ella?

Apretó las sábanas contra su regazo, respirando profundo al mismo tiempo que luchaba porque su mirada no se desviara de la pantalla.

—¿Tienes frío? —La suave voz de Adrien la tomó por sorpresa, haciéndola ladear el rostro hacia él y ser recibida por una tierna sonrisa —Pareces un poco inquieta y… Pensé que podría ser eso —Se recorrió un poco más sobre la cama, tomando una de sus manos para acariciarla —Puedes confiar en mí, gatita.

Los colores acapararon por completo el rostro de la muchacha, obligándola a soltar una tenue risita.

—No, yo… Estoy bien. —Se humedeció los labios y sus pulmones se llenaron de aire al inhalar—. Sólo me pone nerviosa la tormenta, y… Ya sabes… —Se encogió de hombros—. Soy una miedosa cuando hay truenos de por medio…

—Sí, lo recuerdo —Se acercó un poco más a ella, quedando a escasos centímetros de distancia entre sus cuerpos —Si tienes miedo, puedes abrazarme —Ya más confiado, pasó uno de sus brazos por encima de sus hombros, mirándola de cerca —Después de todo… Hay confianza entre nosotros ¿No es así?

Ese acercamiento era una prueba de fuego para Marinette, quien no lograba desentenderse de ese dúo de esmeraldas que la contemplaban de una manera que desnudaba su alma.

Tragó grueso y controló su descompasada respiración. Notando como si cada partícula de su organismo se prendiera con virulencia como a pólvora.

—Tú… —Salivó al sentir que su boca se resecaba, costándole horrores proseguir sin que su cordura la traicionara—. ¿N-no crees que en esta habitación hace mucho calor…?

—¿En esta habitación? No —Sonrió de lado, aproximándose aún más a ella para acariciar dulcemente su mentón. Contempló sus hermosos y tentadores labios, mismos que delineó lentamente con su pulgar —Yo diría que hace calor… En esta cama.

La universitaria notó una presión en su bajo vientre, viéndose en los iris de ese chico que anulaba su buen juicio con sus sutiles provocaciones.

—A-Adrien… —Le temblaba el pulso, colocando una mano sobre su torso desnudo al mismo tiempo que se sentía una presa de sus propios anhelos—. No quiero… Complicar las cosas… —Tragó duro, luchando vagamente contra algo que deseaba con fervor.

—¿Complicar… Las cosas? —Sus dedos acariciaron la piel de sus hombros mientras su mirada y la de ella se sostenían entre sí —Marinette… Desde del día en que nos conocimos, nuestra relación ha sido complicada —Se inclinó hacia ella, depositando un corto beso sobre su frente —No tienes por qué sentirte mal.

—Ese es el problema… —Se refirió en un tono susurrante, tragando saliva con dificultad—. Debería sentirme fatal por todo, y… Hacer las cosas bien para los dos… —Sus ojos se reflejaron en los de él—. Sin embargo, ahora estoy aquí contigo, y… Lo que más me desquicia es no acercarme y besarte…