Un par de días después, llegaba el fin de semana; en concreto el sábado. Marinette ya había terminado con sus quehaceres de la Universidad y se relajaba en el sofá de casa viendo el televisor, mientras sus padres terminaban de arreglarse para salir por la tarde y hacer unos recados.
—¿Segura que quieres quedarte aquí? —Preguntó su mentora, arreglándose el peinado—. ¿No preferirías venir con nosotros?
—Estoy cansada… —Murmuró perezosa, estirándose con una expresión remolona—. Id vosotros y nos vemos después…
—No sé, no me gusta que te quedes sola. —Comentó su esta vez Tom, observando a su hija desde el pasillo.
—Estaré bien, papá. —Añadió con una sonrisa amable, despidiéndose con un movimiento de la mano—. Traedme algo de chocolate a la vuelta.
El matrimonio se miró con una mueca divertida, dirigiéndose al recibidor, donde tomaron unos paraguas por la lluvia que caía afuera.
—Tal vez uno de los dos debería quedarse para hacerle compañía… —Sugirió el varón con facciones pesarosas.
La mayor soltó una risita, acomodándose el bolso en el hombro.
—No te preocupes. —Abrió con llave la puerta de entrada, luego girando el pomo para disponerse a salir—. Mari ya es mayorcita y seguro que está…
Antes de poder seguir hablando, Sabine se quedó sin palabras al vislumbrar al otro lado de la puerta a un joven rubio salvaguardándose del diluvio bajo un paraguas de color negro.
—Disculpa, chico… —Intervino Tom, asomándose por encima del hombro de su esposa—. ¿Podemos ayudarte…?
Adrien parpadeó perplejo, apretando el mango del paraguas ante los nervios que se hicieron presentes en él.
—Ehh… Yo… —Se aclaró la garganta, bajando la mirada hacia la pantalla de su celular —¿Es aquí el hogar de los Dupain-cheng?
El matrimonio intercambió una mirada de confusión, siendo Sabine quien tomara la palabra.
—¿Se te ofrece algo?
—Busco a Marinette —Soltó de golpe, luego apresurándose a corregir sus palabras —Quiero decir… Alya me pasó su dirección y yo… Quisiera hablar con ella.
—¿De casualidad tu nombre es Adrien? —Preguntó Tom con una sonrisa divertida asomándose en sus labios a lo cual, el rubio asintió frenéticamente.
Ambos mayores se miraron en silencio, esta vez siendo Sabine quien se giró hacia el pasillo.
—¡Cielo! ¿Puedes venir? —Llamó la mujer toda sonriente—. Aquí hay alguien que ha venido a verte…
—¿Cómo? —Se escuchó la voz de Marinette desde la sala de estar—. ¿De quién se trata…? —Fue acercándose por el corredor, frotándose la nuca mientras avanzaba hacia el recibidor—. No esperaba visi… —Calló de repente al identificar al chico que se encontraba al otro lado de la puerta, quedándose quieta y sin atisbo de reacción—. A-drien…
Tom tomó a su esposa del hombro, animándola a seguirlo al exterior, al mismo tiempo que pasaba por el lado del apuesto muchacho.
—Os dejamos a solas. —Comentó el castaño, echando un último vistazo al universitario—. Esperamos verte más tarde, chico.
El muchacho asintió, sin ser capaz de decir algo más. Regresando luego su mirada a aquel hermoso par de zafiros que lo contemplaban en una mezcla de asombro y emoción.
—Marinette… —Susurró, aun permaneciendo bajo la protección de su paraguas en aquella intensa lluvia —Yo… Lamento haber venido sin avisar, mejor dicho, lamento haberme tomado este atrevimiento, pero… —Respiró hondo, sin apartar en ningún momento la mirada de la de ella —De verdad necesitaba verte.
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ODIO AMARTE |+18 collab. ft Marichat8989
RomanceDicen que ❝ Del odio al amor solo hay un paso ❞ pero para Adrien y Marinette, todo comenzó con un tropezón. ➺ ADRINETTE. ➺ CONTENIDO EXPLÍCITO. ➺ PROHIBIDAS COPIAS Y/O ADAPTACIONES. ➺ HISTORIA COLABORATIVA CON @MARICHAT8989.