Capítulo 5

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¡Enjoy!

Capítulo 5

~*~

Ya que la tripa del castaño está bastante abultada, hacer el amor requería paciencia y mucho juego previo. Hale no tenía problema con ello, aunque no niega que le gusta el sexo algo más rudo y salvaje o dinámico, poder saborear parsimoniosamente cada recoveco de la anatomía de su amante le volvía un poquito loco de amor y placer.

Le gusta porque puede descubrir los sitios donde ahora es más sensible, lugares que antes del embarazo no le estremecían como lo hace ahora. Le gusta también porque es capaz de entretenerse simplemente besándole el vientre, escuchando los latidos de sus cachorros, detectando esos sutiles movimientos y también los más bruscos como las pataditas que hacen gemir al castaño diferente, entre incómodo y avergonzado.

― Deja de mimar a tus hijos, Derek~. Soy yo quien está avergonzado por hacer esto mientras tú conversas con ellos~.

― No estamos haciendo nada de qué avergonzarse, Stiles.

― ¡Estamos desnudos! ¡Teniendo sexo! Puedes concentrarte en ello, por favor~.

― Bien, bien.

El lobo se rio sin preocuparse por ocultarlo, el castaño quiso ser capaz de patearlo, pero su cuerpo no hacía más que traicionarlo cuando más lo necesitaba. Que si le dan calambres, que si le duele la espalda, que si le estorba la tripa. Refunfuñó caprichoso cuando no fue capaz de vengarse de su amante, y él respondió besándole dulcemente mientras se tumban de costado y usa sus dedos para verificar la dilatación del idílico lugar entre sus nalgas.

― ¿Estás bien así? ― Preguntó Hale, preocupado de que la postura no fuera lo suficientemente cómoda para el vientre abultado de su novio.

― Sí~ sigue~. Ng~. ― Stilinski trató de agitar sus caderas como normalmente hacía, pero para variar, su anatomía no lo pudo obedecer.

Y es que en realidad el vientre le pesaba bastante, no era nada sencillo llevar un embarazo múltiple. Pero no se quejaba, solo extrañaba sus formas mientras tienen relaciones sexuales. Así que no tiene más remedio que entregarse más que nunca, y dejar que su amante tome el control.

Realmente no se queja. Derek sabe bien cómo y dónde le gusta, hasta hacerle perder el mundo de foco. Por eso no les importa tomarse toda la tarde, y parte de la noche para esto. Con algunos descansos entremedio y varias idas al baño, porque, bueno, la vejiga es un incordio para Stiles.

Cuando el castaño no puede más, y el lobo se apiada de él y sus limitaciones, se meten a la tina de baño, suficientemente amplia para que ambos se acomoden y el menor no se sienta de ninguna manera apretado ahí.

― ¿Cómo está el agua?

― Perfecta. ― Musita con aletargamiento.

― No te duermas todavía, Stiles.

― Nh.

― Vamos, te lo digo en serio.

― No es como si no pudieras cargarme a la cama~.

― Puedo, pero...

― Pero qué~, de todas formas, es tu culpa que esté adormilado, Derek. Te tomaste todo el tiempo del mundo, estoy agotado.

El lobo sonrió con cariño, tallando cuidadosamente los brazos de su novio con la esponja. Decidió entonces dejarle estar, porque además tiene razón. Y siendo honestos, le venía bien a su novio dormir toda vez que sus cachorros se lo permitían. Porque de todas formas no dormiría más de un par de horas continuas antes de despertarse, tanto porque la postura ya no le es cómoda, como porque necesite ir a orinar o tenga hambre.

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