CHILD OF THE MOON

Capítulo 1

¡Actu acá!

Disfruten~

Capítulo 1

~*~

La enamorada pareja estuvo otro rato disfrutando de tiernos besos y cariñosas caricias acurrucados en el sofá, hasta que Hale rompió el silencio con una pregunta que Stilinski había estado evadiendo en su propio pensamiento.

― Tenemos que decírselo a tu padre. Y luego a todos los demás.

― Lo sé. Pero, todavía estoy un poco asustado de cómo vayan a reaccionar. Un embarazo masculino solo pasa en, ¡ni siquiera en las películas! ― Gimió, levantándose y comenzando a caminar de un lado a otro con ansiedad.

― Stiles, no tenemos que hacerlo de inmediato. Pero quiero que sepas un par de cosas. Uno, estoy orgulloso y feliz, vamos a ser papás y nada me importa más que eso. Dos, entiendo tu inseguridad, pero como no soy quien sufrirá los cambios, solo puedo decir que esperaré cuanto quieras. Pero también lo sabes, llegará el momento en que ya no podamos solo dejarlo estar.

El lobo dijo de corrido, sentado en el sofá, siguiendo los pasos de su novio con la mirada, atento a los latidos de su corazón, y a las emociones que exudaba su cuerpo. Con suerte, solo estaba auténticamente nervioso, pero sin amenaza alguna para su salud.

― Cuando comience a notarse la tripa. ― Dijo el castaño, suspirando y tumbándose de nuevo en el sofá, empujando a su novio y tendiéndose a lo largo sobre su cuerpo, apoyándose en el pecho de este, más tranquilo al escuchar su corazón y sentir su calor. ― Déjame pensarlo un poco más, ¿sí? Tantear las cosas con papá para al menos darme una idea de cuánto enloquecerá con la noticia. Esto sencillamente le hará pensar que estamos jugándole una broma, o que ya perdí la cabeza.

― Está bien, Stiles. Está bien. ― Aseguró, acariciando su espalda y dejándole relajarse sobre su cuerpo.

...

La residencia Stilinski se sentía vacía desde que el único hijo de la familia se había mudado, para el Sheriff se volvía un mundo de recuerdos cuando se encontraba solo, y es que aunque había comenzado una relación con su asistente en la comisaría, no era como si Parrish viviera ahí, o pasaran cada minuto juntos.

Y esa noche, se encontraba particularmente nostálgico, tanto así, que ha tomado ya unos cuantos tragos de whiskey, y las emociones han emergido a flor de piel. Ha tomado el álbum de fotografías del primer año de Stiles, recorriendo con particular anhelo la silueta de su fallecida esposa Claudia.

― Stiles ha crecido bien, Claudia. Estoy seguro de que sientes orgullo por él. Se ha echado novio hace un tiempo, y tiene toda la pinta de chico malo pero, también es buen tipo. Se mudaron hace casi un año, y no hay día que no extrañe a nuestro ruidoso Stiles.

Bebiendo el resto del trago de whiskey que se sirviera antes, el hombre dejó el vaso sobre la mesa, junto al álbum abierto de par en par. Se recargó en el sofá y cerró los ojos unos momentos, dejando que las lágrimas que corrieron lo hicieran con libertad.

Abrió sus ojos y tras limpiar el rastro húmedo, inconscientemente miró su mano, justo ahí donde la marca del anillo de bodas que se quitara recién cuando comenzó a salir con el joven Parrish, todavía mostraba rastros. Débiles a la vista, pero fuertes en el corazón.

Con paso lento, el hombre subió las escaleras y entró en su habitación, buscando en el cajón de la mesa de noche junto a su cama, el anillo en que estuviera pensando hace un momento. Se sentó en la cama y sonriendo con tristeza, lo colocó de nuevo en su dedo, recostándose después e ignorando el sonido de su móvil en la mesa de centro en la estancia.