Shuhua por favor no te cases (cap 11)

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— ¡Detengan esta boda!

Ojalá pudiera decir que todo fue mágico, que interrumpí la boda y Shuhua corrió a mis brazos y me confesó que me amaba frente a todos, pero no fue así. Cuando entré a esa iglesia ya no había nadie, llegué tarde, muy tarde.

Negándome a creer lo que estaba justo frente a mí, observé dos veces mi reloj. Según la hora la ceremonia debería estar en pleno proceso. ¿Qué está pasando aquí?

Me senté en una de las bancas y trataba de regular mi respiración y pensar en lo que había pasado.

— Disculpe. — un señor de unos cincuenta años se acercó a mí. Tenía en sus manos algunos arreglos que supongo está quitando.— ¿Viene a la boda?

— Sí.

— Creo que se le hizo tarde

— Y bastante, ni siquiera logré llegar.

— No hubiera ganado nada con llegar tempano. La novia se arrepintió y se marchó pocos minutos después de que inició la ceremonia.

— ¡¿Qué?!

— Sí, se marchó. El pobre novio quedó destrozado.

— No puede ser posible.

— La mujer sólo dijo que se había dado cuenta que amaba a alguien más. Esa clase de mujeres me enfurecen, debería darles vergüenza por cómo se comportan ¿Usted venía de parte del novio?

—No, de la novia

Las mejillas del señor se volvieron rojas y parecía abrumado por la vergüenza.

— Bueno, si me disculpa, tengo que quitar todos esos arreglos.

— Sí, no se preocupe, será mejor que me vaya.

La cabeza comenzó a darme vueltas ¿En realidad lo hizo? ¿En verdad Shuhua canceló su ceremonia? ¿Quién es esa persona a la que ama de verdad? ¿Seré yo?

Salí de la iglesia y recordé que había abandonado mi maleta a mitad de la calle. Caminé en busca de ella, pero no lograba concentrarme, mi cerebro se negaba a razonar. En mi corazón existía una esperanza de que ella en realidad hubiera dejado todo por mí, que ella arriesgó todo por estar conmigo, como yo lo hice con ella, esa esperanza me provocaba felicidad y angustia.

Desde fuera de la iglesia traté de buscar mi maleta. A lo lejos vi a una pareja con mi maleta en manos.

— Ahí está, es de esa mujer — Me señaló una mujer de unos treinta años.

Al instante el hombre que se encontraba a su lado se acercó a mi arrastrado la maleta.

— ¿Esto es suyo?

— Sí, muchas gracias — él me entregó la maleta y regresó trotando hasta la mujer que lo acompañaba.

Tengo suerte que mi maleta haya estado en manos de buenas personas. Tomé mi teléfono celular y busqué el nombre de Shuhua dentro de mis contactos. Estaba a punto de marcarle, pero mi dedo se alejó rápidamente antes de presionar, no creo que sea apropiado, suficientes preguntas deben estar abrumándola, debo llamar a alguien más; después de pensarlo le marqué a Miyeon, creo que ella será la más prudente.

— ¿Soojin? ¿Dónde estás?... espera un poco— apenas y lograba entenderle, había mucho ruido a su alrededor—. ¿Sigues ahí?

— Miyeon, ¿Qué pasó con la boda? ¿Dónde están todos? ¿Dónde está Shuhua?

— ¿Qué te pasa?... Con la boda pasó lo que debía de pasar, todos estamos aún en la iglesia, y Shuhua está aquí.

— ¿Aquí donde?

Shuhua, porfavor no te cases // SooShu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora