Capítulo 14

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King se encontraba sentado en su cama intentando procesar lo que su esposa le acababa de decir. ¿Está embarazada? ¿Él sería padre? Miró a la mujer que se encontraba preocupada mirando la cara de su marido.

Diane no sabía la reacción que tendría King, estaba segura que no rechazaría al bebé, pero tenía el miedo de que le diera un ataque de pánico y entrara en shock por mucho tiempo o hasta que naciera el bebé.

— ¿Embarazada? —preguntó King en un susurro y ella asintió— No… no sé qué decir…

— ¿No estás feliz?

— ¿Qué si no estoy feliz? ¡Claro que sí! Voy a ser papá… Pero estoy aterrado.

— King, todo estará bien, ¿si? Vamos a estar bien.

— Pero este trabajo es muy peligroso y…  estamos en medio de una misión… No volverás al campo.

— Entiendo que en unos meses… Semanas ya no podré estar en campo, pero aún puedo…

— No Diane, no me arriesgaré a qué Estarossa o su aliada te hagan algo.

— King…

— Piensa en el bebé, no puedes ponerte en peligro.

Ella se quedó pensando y sabía que él tenía razón. No podía dejar a la pequeña vida que comenzaba a crecer en su vientre le pasara algo. Ahora ella debía cuidarse por el bien de su hijo o hija.

— Tienes razón —los dos se abrazaron.

— ¿Alguien más lo sabe?

— No, quería que tú te enteraras primero.

— ¿Y cuándo les vamos a decir?

— Planeaba que uno de los regalos para tu hermana podría ser la noticia de que será tía. Además es en dos días. 

— ¿Quieres dar la noticia en la boda?

— ¡Sí!

(…)

— De verdad que no se cansan —decía un hombre peliplata entrando a la habitación—, siguen intentando saber quién eres.

— ¿Y ese no es el plan, Estarossa?

— Sí… pero me molesta que tarden tanto en descubrirte.

— Fui muy cuidadosa todo este tiempo. No me dejaste que diera una sola pista.

— Tienes razón… Pues les daremos la pista que necesitan.

— ¿Qué planeas? ¿El vaya a tocar en timbre de su casa? —él rió.

— No, para que Elizabeth haga su parte obviamente debe saber que tú estás conmigo como mi aliada, así que… haremos que Elizabeth les diga quién eres.

— ¿Planeas que hable con ella?

— Conociéndote la terminarás matando.

— ¿Qué te dice eso?

— Las personas en quien más confiabas te traicionaron. Elizabeth y Meliodas eran las personas más importantes en tu vida hasta que los dos te dieron la espalda.

— Nunca me engañaron.

— ¿Eso crees?

— ¿De qué hablas?

— ¿Por qué estás conmigo?

— Para vengarme de ellos.

— Entonces sí sabes que te traicionaron.

¿Te arrepientes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora