2.

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Sonó la campana de inicio, Min y Kim fueron juntos a su salón, ambos siendo blanco de miradas de omegas y betas por igual. La mente de Kim siendo ocupada por la frase "nadie se puede resistir a mis encantos". Al entrar al salón, el alfa peliblanco pudo distinguir a un chico de hebras negras y de muy buenos atributos, con unos bellos ojos cafés y su pequeña fascinación fue más que evidente para su amigo.

— ¡Nam! ¿Qué te pasa? Llevas como 5 minutos contemplando a Seok-Jin. ¿Acaso te gusta? No llevas ni diez minutos acá y ya te flecharon. — Dijo riendo burlonamente.
— ¡¿Qué?! ¡Claro que no! Es solo que estaba pensando en... Mi perro. Sí en eso.
— Ajá claro, pero mira te va a ser difícil acercarte a él.
— ¿Qué? ¿Por qué? Digo, no es como que me interese, pero dime.
— No deja que ningún alfa se le acerque exclusivamente omegas y betas, todos los alfas que han intentado cortejarlo o acostarse con él son rechazados de la peor manera posible.
— ¿Cuánto apuestas a que yo logro llevarlo a mi cama?
— No apuesto nada, tú sabes que yo sí respeto a los omegas, Kim.

Un rato después, Seokjin se encontraba leyendo cuando el nuevo se le acercó, le pareció lindo, era imposible negarlo, pero también le dio la impresión de ser un tremendo hijo de perra.

— Hola lindo omega. — Dijo coqueto.
— Hola hermoso alfa. — Dijo siguiéndole el juego. — ¿Qué necesitas?
— A ti en mi cama haciendo cosas sucias conmigo, ¿aceptas?— Esta fue la gota que colmó el vaso, Seok se sintió molesto y disgustado, pero decidió seguir el juego. — Claro, ¿en tu casa o en la mía?
— En tu casa. Dame tu número y tu dirección y estaré ahí a las 6:00.
— Toma mi número es este. — Entregó al alto un papel, riéndose internamente.

El peliblanco se retiró con una sonrisa triunfante, había ganado o al menos eso pensaba.

— ¿Ves Min? Te dije que lo llevaría a mi cama, incluso ya me dio su número.
— No entiendo cómo lo lograste.
— Deberías ver tu expresión Min te ves incluso más estúpido de lo normal.
— Debe haber algún error aquí. ¿Seguro que te acercaste al Omega pelinegro de hombros anchos?
— Sí, mira, aquí está su número.

Y abrió el papelito, encontrando un "No soy un cualquiera" escrito con tinta rosa, la cara que puso estuvo como para tomar foto y su amigo al ver eso le arrebató el papel, ansioso de saber qué tenía escrito.

— ¿Ves Min? Te dije que lo llevaría a mi cama, incluso ya me dio su número. — Dijo imitándole de manera burlona, volteó a ver la cara del autor de esa bromita, pudo ver que se reía incluso más que su amigo, se sintió avergonzado.

❦︎Te declaro mío❦︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora