Capítulo 13

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Pese a las palabras dichas por Kohaku, Ryuta no conseguía sentirse del todo cómodo, una vez más su comportamiento lo hacía parecer causar molestias a los demás, que Ryusei tuviera tanta confianza en gente joven causaba cierto grado de curiosidad en Ryuta, sintiendo solo confianza hacia ese adulto que tanta protección y cuidados le daba sin siquiera conocerlo, algo lo llevaba a querer conocer a Kohaku y Seiran para poder obtener mayor confianza de aquellos chicos, sin embargo, sus intentos por conversar con cualquiera de ellos siempre parecía verse obstruida por alguna barrera invisible para él, incluso cuando preguntaba cualquier cosa sobre dichos chicos a Ryusei este mismo no se mostraba muy abierto a compartir información que parecía mejor mantenerse en eso que era, secreto.

Agobiado por sus propios pensamientos, Ryuta por primera vez en mucho tiempo pidió tener un tiempo a solas, era la primera vez desde su llegada a dicho lugar que hacía tal petición, no obstante, no hubo objeciones por parte de Ryusei mientras el menor se mantuviera dentro de la habitación. Recostando en su cama, Ryuta no podía evitar preguntarse si no estaría siendo más una carga que una compañía. Siendo alguien a quien sus recuerdos lo abandonaron, concentraba sus atenciones en la primer persona que le brindó protección, cuando su salud no fue más que un problema que amenazaba con desvanecerse en cualquier momento, fue Ryusei quien estuvo a su lado cuidándolo y día a día le complacía los pequeños caprichos que tenía ya fuera con comidas o con algún tipo de entretenimiento, además de poder ser llevado cuando deseara a esa pequeña playa privada que solo parecía ser conocida por unas cuantas personas. Mirando por la ventana, Ryuta no podía evitar preguntarse cómo serían las cosas fuera de esa gran mansión en que residían, aún si poseía una pequeña pizca de curiosidad por ir a todos esos sitios que ocasionalmente llegaba a contemplar por televisión, al mismo tiempo, algo en él le hacían sentir cierto temor, pues si Ryusei lo mantenía en dicho lugar bajo la protección de Kohaku y Seiran debía ser por una razón.

Al otro lado de la mansión, Ryusei se encontraba acompañado por Kohaku y Seiran, mientras leía algunos papeles, en su mente continuaban estando vigentes todas aquellas preguntas efectuadas por Ryuta entorno a dichos chicos que fungían como sus guardianes, era una extraña escena que Ryuta mostraba preocupación por quienes le habían destrozado las piernas a punta de martillazos aunque este no lo recordara. Pensando en alguna de las preguntas efectuadas, Ryusei encontró gracioso darse cuenta de algo que en varios años jamás contempló o puso tanta atención. Kohaku y Seiran, eran dos completos desconocidos. Aun cuando salvó a ambos chicos cuando estos ni siquiera habían pasado de los cinco años, le fue sorpresivo encontrarse que ellos no eran simples niños de la calle, poseían un linaje ancestral, los últimos descendientes de una larga dinastía de asesinos que en otros tiempos fueron conocidos como ninjas.

—Al parecer, ustedes dos han conseguido meterse en los pensamientos de Ryuta —comentó el mayor sin desviar la mirada de los papeles que sostenía entre sus manos, sabiendo que poseía la atención de Kohaku y Seiran, y que estos no parecían poseer intenciones de interrumpirlo, se ánimo a proseguir—, él comentó sentir que quizás los hizo sentir incómodos con alguna de sus preguntas.

—Ryuta-sama no debería mostrar interés por nosotros —comentó Kohaku sin mostrar expresión alguna en su rostro.

—Kohaku tiene razón —confirmó Seiran con la misma seriedad que su hermano—. Ryuta-sama, y usted, Ryusei-sama, no son como nosotros. No son muertos vivientes. Nuestra única razón de existir es brindarle usted protección y obedecerlo sin dudar.

—Cuestionaron mis órdenes cuando secuestramos a Ryuta y Shinishi.

—Queríamos saber sus motivos, incluso si tiene enfrente a gemelos, usted puede diferenciarlos, como puede hacerlo con nosotros.

Para Ryusei no resultaba extraño que ambos chicos comentaran aquello, ambos chicos desde sus nacimientos fueron tratados como gemelos por todos quienes los rodeaban, uno nacido en enero y el otro en diciembre, incluso por sus propios padres, quien nació primero fue tratado como un no nacido hasta el nacimiento de su hermano menor, conforme fueron creciendo se hizo todo lo posible por que ambos chicos fueran similares en aspecto, incluso si fuera necesario recurrir a cirugías plásticas para concretar dicho fin, más la naturaleza dictó que ambos chicos fueran idénticos pese a no haber nacido siendo gemelos. Una situación bastante compleja incluso para Ryusei que acogió a dichos menores cuando estos perdieron su familia y a los últimos miembros de su clan en una terrible masacre orquestada por altos mandos políticos para acabar con una sangre tan letal como lo eran ellos.

Secuestrado por error (YAOI R-18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora