Días han transcurrido desde la visita al hospital, para Ryusei y los suyos establecer una rutina en que pudiera haber momentos para que el mayor pasara tiempo con Ryuta fue complicado. Con tantos asuntos por atender se debieron tomar tres días para poder eliminar la mayor cantidad de actividades de la agenda de Ryusei, obligándolo a distanciarse durante ese tiempo del cuarto en que se hallaba Ryuta pues de otra forma le sería imposible negarse a la petición del menor de permanecer a su lado.
Para Ryuta ser incapaz de ver al "Maestro" le hacían sentir un poco triste, durante tres días mantuvo su vista puesta hacia la ventana contemplando las bellas vistas que el océano tenía para ofrecerle, así como hablar con el retrato de Ryusei compartiéndole alguno de sus pensamientos y sentimientos al verse obligado a aguardar por la visita de la única persona en quien confiaba—. ¿Ryusei-sama, cuando vendrá a verme? —lanzando esa pregunta Ryuta tomó el portarretrato aferrándose a este mientras se entregaba al sueño, sujetando con fuerza la foto de Ryusei, Ryuta intentaba poder cruzar caminos con él, aunque fuera dentro de sus sueños.
En la oficina de Ryusei, este y sus guardianes se encontraban dado fin a la mayor cantidad de pendientes anotados en la agenda tan apretada que el mayor siempre acostumbraba a tener. Centrando su vista en unos documentos, Ryusei escuchaba atentamente unos informes brindados por Kohaku y Seiran, la información que estaba recibiendo apenas podía ser considerada relevante para sus negocios, sin embargo, un último informe fue el que atrajo su atención.
—Así que no han podido localizar a la familia de Ryuta.
—Hemos intentado rastrear sus celulares y cuentas bancarias, pero desde hace unas semanas les perdimos antes de llegar a Kamakura —dijo Kohaku mientras le entregaba a su señor los últimos registros sobre movimientos tanto telefónicos como bancarios.
Ryusei leyendo el documento entregado por Kohaku confirmó mejor la información brindada. Le resultaba peculiar que los padres de Ryuta se hubieran ido a algún lugar pese a saber que uno de sus hijos se hallaba desaparecido, aun si "supuestamente" era el problemático, ningún padre abandonaría a su suerte a su hijo, más aún, resultaba extraño que durante todo el tiempo estos no hubieran reportado la repentina desaparición de "Ryuta". Mediando en ello, Ryusei preguntó a sus guardianes por dicho tema obteniendo miradas confusas por parte de ellos.
—No se tienen registros de alguna operación de búsqueda o registro de recompensa alguna por información sobre la desaparición de "Shinishi" —comunicó Seiran entregando un documento en el cual se hallaban escrito nombres de personas desaparecidas en los últimos meses.
Ante tales informes, para Ryusei fue más que evidente que quizás Shinishi había logrado engañar a todos fingiendo ser Ryuta, y para evitar ajustar cuentas con cualquiera que lo buscara decidió trasladarse a cualquier ciudad lejana en la cual pudiera comenzar una nueva vida valiéndose de una identidad falsa y donde no pudiera ser fácilmente localizó, dejando a cualquiera con la creencia que Ryuta era él. Sin más actividades por hacer, Ryusei dio algunas instrucciones a sus guardianes para la cena, para luego dirigirse hacia la habitación que compartía con el menor, quien continuaba sumido en un profundo sueño.
Aproximándose a la cama, con cuidado tomó el portarretrato dejándolo sobre el marco de la ventana, y acto seguido se sentó en el borde de la cama mirando a Ryuta mientras afectuosamente acariciaba los cabellos de este. Sentía pena por él, muchas crueldades le habían ocurrido en tan corto lapso que fueron a tal grado de provocar un gran shock mental en Ryuta a tal grado de hacerle perder gradualmente tanto memorias como parte de su propia cordura. Mirando el sereno rostro que poseía Ryuta, Ryusei lo giró levemente hacia él y fue inclinándose hasta fusionar sus labios en un tierno beso que duro hasta que Ryuta fue despertándose ante la falta tan repentina de aire.
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Secuestrado por error (YAOI R-18)
Romance¿Cómo paso esto? La vida normal y tranquila que tuve por 17 años se me arrebato sin que pudiera hacer nada, nunca le di un motivo a alguien para hacerme esto, siempre fui alguien quien lo único que deseaba era vivir tranquilo y poder sacar a mis pad...