Capitulo 9

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Enrique IV MonteMayor fue declarado culpable personalmente por El Rey Jacobo II de Inglaterra y sentenciado a muerte al mediodía, mientras esperaba su hora pensó en todo lo que hizo en su vida hasta ahora, se había casado, pero su esposa lo había abandonado por su sed de venganza hacia Catherine y Robert, llevándose a su hijo a punto de nacer al que nunca conoció y que ni siquiera sabía dónde estaban y si estaban con vida, eso jamás lo iba a saber ya que iba a morir dentro de unas horas más, sentado en su celda solitaria de ladrillos grises y barrotes negros verticales, fue ahí donde sintió lo que era estar sólo y que nadie, absolutamente nadie se quedara con él, su Padre el único que estuvo con él cuando fue abandonado por su esposa embarazada, lo apoyó en todo lo que pudo, pero lo que hizo fue suficiente como para que lo abandonara también.

Cerró los ojos un momento y vio pasar toda su vida justo delante de él, luego de ello comenzó a llorar arrepentido de lo que hizo en el pasado y ahora en el presente lo lamentó todavía más, ya que no iba a tener la oportunidad de remediar todos y cada uno de sus errores como buscar a su esposa e hijo, pedirles perdón a sus sobrinos nietos, a su hermano mayor Elías, a su sobrina Elisa, a su cuñada Mía Rinaldi, ya que él fue el culpable de lo que sucedió hace 39 años, porque Enrique estaba enamorado de la Madre de Elisa provocando su muerte, la del Clan Rinaldi, la desaparición de Elías y su hija, hasta el sufrimiento de Elisa por la desaparición de su propio Padre, las agresiones que Elisa y sus hijos sufrieron por parte del Reino de Inglaterra, hasta causar la muerte de su propia sobrina por tantas preocupaciones y miedos que tuvo por la seguridad de Catherine y Robert, provocando que muriera joven de un infarto a la edad de 36 años.

Todo lo que hizo fue investigado y descubierto tanto que Robert y Catherine fueron a visitarlo ya que era tío de ambos y sobretodo porque su Bisabuelo se los pidió y fueron no muy contentos, iban vestidos todavía con sus armaduras y llevaban capas negras encima.

Cuando llegaron, Enrique se levantó rápidamente y cuando iba a decir algo Robert dijo:-No hace falta que te levantes, ni digas nada, sólo vinimos a decirte algo, Catherine dile por favor.- Dijo mirándolo como si fuera un extraño.

-Enrique... tu Padre y el mío me suplicaron que te otorgara mi perdón y ya que seré Madre dentro de poco no quiero que mi hijo tenga un mal ejemplo de mí en este tipo de situaciones, así que... te perdono... te perdono por lo que les hiciste a mis Abuelos, a mi Madre, a mi hermano, a mi Bebé a punto de nacer y a mí, para ser honesta dudo mucho que pueda verte como mi tío y llamarte como tal, pero cuando mueras mi Padre se asegurará de que seas enterrado en el cementerio del Clan MonteMayor y espero que en la siguiente vida puedas tomar mejores decisiones, adiós Enrique, cuídate.- Dijo esperando a su hermano aún lado de la celda de Enrique.

-Enrique... espero que todo lo que te ha dicho mi hermana te dé La Paz que necesitas para partir sin preocupaciones y además para que tu consciencia esté todavía más tranquila te diré esto, tu esposa e hija están bien viven una vida normal siendo Médicos en España y tu hija de Nombre Theresa está casada y tiene 4 hijos dos niños de 15 años gemelos y dos hijas de 12 y 10 años y su esposo es parte de un Clan de Médicos reconocido en España, tu esposa vive con ellos y la tratan bien al igual que a tu hija y nietos los tratan con amor y cariño, Theresa siempre supo quien eras tú pero al enterarse de lo que hiciste dijo que ojalá Dios tenga piedad de ti y tu esposa también dijo lo mismo en estas dos cartas escritas por ellas, toma léelas y sabrás si te odian o no. Adiós Enrique, cuídate.-

Dijo yéndose de ahí con su hermana. Luego de que se fueron Enrique leyó la carta de su esposa Miranda que decía lo siguiente:

"Enrique... sé lo que hiciste y créeme que estoy muy decepcionada de ti, al principio odiaba que tu hija tuviera un Padre como tú, pero después de hablarlo con ella me hizo ver que el odio no me serviría de nada, entonces dejé ir ese odio, tus nietos saben quien eres y no te odian sólo están decepcionados de ti y nada más, tú Yerno Carlos cuando supo quien eras sintió mucho pena por ti y dijo: "Que lastima que mis hijos y esposa tengan un Padre y Abuelo así, pero fue decisión de él y no lo podemos cambiar." Al decir eso Carlos, Theresa se sintió más tranquila al escuchar eso y le dio la fuerza para escribirte una carta, no te diré que dice hasta que la leas, cuídate mucho Enrique, deseo que en la siguiente vida seas mejor persona de lo que fuiste en esta. Que dios se apiade de ti.
Miranda..."

Al leer la carta Enrique se soltó a llorar y después de llorar un rato, leyó la carta de su hija Theresa que decía lo siguiente:

"Padre... te llamó así, ya eso es lo que eres el hombre que me dio la vida y nada más, ya que nunca formaste parte de mi vida, debido a tu venganza si... mi Madre me contó cuando era niña y créeme que me costó aceptarlo y ahora que soy adulta lo he aceptado hasta el punto de no ser alguien rencorosa como tú, aunque creas que te odio no es así Padre, sólo siento una profunda lástima por ti al saber que no pudiste aceptar que otro hombre se casó con la mujer que amabas, te daré un consejo: "Sí amas a alguien déjalo ir" ya que es lo mejor que puedes hacer antes de morir dejar ir a Mía Rinaldi, cuando supe que pronto morirás no sentí nada en absoluto ya que jamás conviví contigo y nunca te conocí, y es más es la primera vez que te escribo una carta y también será la última, espero que Dios se apiade de ti y que en la siguiente vida sepas tomar mejores decisiones y además aprecies la importancia de la Familia ya que es con la única que cuentas, cuando te sientes solo o triste, pero ni eso tienes contigo, y te perdono por mi Madre, por mi Marido e hijos y por mi, son la razón por la por la que te estoy perdonando, ya que eres mi Padre por eso también te estoy dando este último regalo como agradecimiento por darme la vida y por todas la veces que te necesité, cuídate mucho... Adiós Enrique...
Tu hija... Theresa..."

Después leer la carta dentro del sobre de la misma había un relicario que en el había una foto de sus 4 nietos y dos de ellos tenían sus rasgos y los otros dos supuso que se parecían a su hija o a su Yerno, no lo sabía con exactitud y nunca lo sabría.

Luego de ello comenzó a reír de forma patética hasta llorar otra vez, después de un rato ya había llegado su hora de irse de este mundo, lo llevaron a la guillotina y finalmente murió siendo decapitado.

Al enterarse su Familia en España no sintieron nada más que lástima por él y pesar. Se llevaron su cuerpo junto con su cabeza y lo enterraron en el Cementerio MonteMayor aún lado de sus antepasados, quienes estarían enojados y decepcionados de él y lo verían en el otro mundo como una deshonra.

Enrique vivió como quiso y murió de una manera lamentable, que lo único que provocó en su familia fue lástima hacia él.

Pero antes de morir... se imaginó la bonita vida que hubiese tenido si tan sólo no se hubiera obsesionado con Mía Rinaldi y sobretodo buscar venganza atentando contra las vidas de Catherine y su bebé en camino, y la de Robert.

El Renacimiento De La Princesa  (EDITADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora