《Luna Nueva Pt:1》

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Me acerqué a la ventana y busqué con desespero aquel cuerpo celeste en la inmensa oscuridad. No estaba, sólo podía apreciar escasas estrellas.

Un grito hizo que me sobre saltara e, inconscientemente, llevé mis manos hacia los oídos. Me arrastré hasta la esquina del pequeño dormitorio y, aún con los oídos tapados, cerré los ojos.

Por favor, que se detengan.

Era lo único en que pensaba mientras sentía los chillidos de mamá, los cuales pedían clemencia. Presioné más las manos contra mis orejas y apoyé mi frente en las rodillas, intentando crear una coraza que me separara de la realidad, pero no podía, aún lo escuchaba todo.

Odiaba las noches porque papá siempre venía ebrio y listo para golpear a mi madre, pero estas eran las peores. Mi única amiga desaparecía, dejándome sola entre los gemidos de dolor de mamá.

Desearía que todo cesara. Que los gritos de enfados y los sollozos dejaran de existir. Que la Luna no desapareciera cuando más la necesito.

Abrí mis párpados al percatarme que el silencio había reinado por el lugar y suspiré aliviada. Me levanté y caminé hasta la salida. Entre abrí la puerta con cuidado y miré lo que sucedía.

Otra vez mamá contenía sangre, moretones y rasguños en su deteriorado rostro y mi padre le acariciaba la cabeza mientras repetías las mismas palabras de siempre.

"Lo siento, mi amor. No lo volveré hacer."

Llevo escuchando esa frase durante 14 años y, aunque parezca tonto, cada vez que la oigo sonrió y me digo a mi misma:

"Esta vez es verdad. Dejará de golpear a mamá y seremos una familia feliz."

Pero siempre caigo en la decepción y el círculo vicioso de dolor se repite.

Me alejé de la entrada y subí a mi cama. Me aferré a la vieja almohada y miré por la ventana.

¿Por qué desapareces?

Me dejé caer de espaldas y observé el techo. Luego mi atención fue dirigida al pequeño Atrapa Sueños que colgaba del marco de la ventana.

Siempre me he preguntado el por qué aún lo conservo. Dicen que purifica los sueños, haciendo que las pesadillas nunca lleguen, pero era una total mentira. Desde el día que dejé de creer en los finales felices, solamente he tenido oscuridad en mis sueños.

ㅡMi amor, ¿estás dormida?

Mis ojos viajaron hasta el cuerpo de una devastada mujer; mi madre. Ella se acercó a mí y reposo su peso en el borde de la cama.

ㅡ¿No puedes dormir, amor? ㅡpreguntó acariciando mi cabello.

ㅡEs que... hoy no hay Luna ㅡrespondí mientras señalaba el negro cielo.

ㅡSi hay ㅡme corrigióㅡ. Sólo que no logras verlas, pero ahí está. Observándote desde lo alto de las estrellas.

ㅡ¿Y para qué desaparece?

ㅡNo sabría decirte, pero eso no es lo importante, sino que siempre regresa ㅡargumentó y besó mi frente con sus pálidos y golpeados labiosㅡ. Dulces sueños, mi amor.

Se levantó y caminó hacia la salida. Antes de retirase del cuarto, le hice una última pregunta.

ㅡMamá, ¿tú crees que la felicidad es como la Luna? Aunque no la veamos, siempre está allí.

ㅡSí, sólo que, como la Luna, necesitamos de alguien más para brillar ㅡfinalizó y se fue.

Me acomodé en el incómodo colchón y aprecié la noche. Mientras mis ojos se cerraban, producto del cansancio, una estrella cayó, convirtiéndose en una bola de fuego, la cual parecía que pintaba el nocturno cielo con luz. Antes de caer rendida en los brazos de Morfeo, pedí un deseo a ese ser lleno de resplandor.

Quiero ser brillo en un lugar tan oscuro.

~☆~

Un gruñido escapó de mi boca al oír la estrepitosa alarma. Tanteé con mi mano la mesita de noche en busca del objeto resonante. Al sentirlo, lo golpeé suavemente para que se detuviera. Tras unos intentos fallidos, el silencio reinó por la habitación.

Me senté y, con el dorso de mi mano, froté mis ojos. Una vez estos se adaptaron a la luz que entraba por la ventana, me levanté, dispuesta a prepararme para otro día de colegio.

Mis pies tocaron el frío suelo, ocacionando que un escalofrío recorriera toda mi espina dorsal. Me paré y me dirigí hacia el armario del fondo. Por el camino me tambaleé varias veces, aún no me encontraba del todo despierta.

Una vez estuve frente al closet, saqué de él una percha con mi horroroso uniforme. Era una típica y cliché falda negra que me llegaba por debajo de las rodillas y una blusa blanca, la cual era acompañada por un chaleco oscuro.

Giré sobre el lugar y di unos pasos hacia la cama, pero me detuve al percatarme que mi Atrapa Sueños en forma de Luna no estaba. Dejé caer el perchero con nerviosismo y corrí hacia la ventana.

Busqué por todos lados, desesperándome cada vez más al no ver rastro del objeto.

ㅡ¿Buscas esto? ㅡdijo de pronto una voz.

Me paralicé y giré lentamente. Mis ojos se encontraron con un chico de mi edad vestido de blanco. Este me sonreía mientras mostraba el collar que colgaba de su cuello, el cual tenía de adorno un pequeño Atrapa Sueños idéntico al mío.

ㅡ¿Q-quién eres? ¿C-cómo llegaste aquí? ㅡpregunté mientras sentía como mi cuerpo comenzaba a temblar por el miedo.

Se acercó, conteniendo todavía esa sonrisa. Se agachó en el suelo, hasta llegar más o menos a mi altura, e hizo que la comisura de sus labios se alzara aún más. Sus ojos oscuros se fijaron en los míos, creando algo de incomodidad en mí, la cual fue sustituida por tranquilidad al percatarme del brillo que emanaban estos. Peinó su cabellera plateada hacia atrás, dejando ver unas pequeñas lunas que tenía grabadas desde la muñeca hasta el hombro, y habló de nuevo con su angelical voz.

ㅡMe trajo la Luna ㅡrespondió con felicidad, para después envolverme entre sus fuertes brazos.

Me hubiese separado, pero quedé endulzada por el aroma a vainilla de su cuerpo. Me recordaba a alguien de mi pasado.

Acomodé mi cabeza en su pecho y me concentré en sentir los rítmicos latidos de su corazón.

ㅡ¿Y a qué has venido?

ㅡA hacerte brillar... Haneul.

The Moon Boy || Jin [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora