The Moon Boy || Jin [EN PAUSA]

《Sueño Lunar》

Imágenes borrosas de una niña pequeña inundaron mi mente.

Cabello castaño y largo, el cual era recogido en una coleta alta, y un vestido rosa pálido. Eso era lo único que podía ver con nitidez porque, cuando mis ojos intentaban enfocar su rostro, este se difuminaba cada vez más.

Cerré mis párpados y los abrí a los pocos segundos, haciendo que mi cabeza chocara con la imagen de un niño, al cual podía apreciar perfectamente.

Me acerqué a él, cosa que ocasionó un gran asombro en mí tras ver el gran parecido que teníamos.

Era un pequeño de unos 6 años, cabello castaño oscuro y ojos almendrados.

Me detuve frente a él y me agaché para llegar a su altura.

ㅡ¿Quién eres? ㅡpregunté con voz ronca mientras apoyaba mi mano en su hombro.

Nuestras miradas se encontraron y me dedicó una sonrisa. Mostró sus dientes y sus mejillas se tiñeron de rosa.

ㅡ¿Quién-?

Mi pregunta quedó a medias al percatarme de una diminuta grieta que nacía en su pálido rostro. Esta se fue extendiendo poco a poco.

ㅡ¿Qué te sucede? ㅡcuestioné con desespero mientras lo sacudía levemente.

Amplió la comisura de sus labios, pero, aunque estaba riendo, de sus orbes negros escaparon varias lágrimas.

El tintineo de una gota salada al caer al suelo retumbó por la blanca habitación.

Miré hacia el piso, encontrándome con un charco de sangre. Este reflejaba a dos infantes jugando en un parque.

Levanté la vista para apreciar al chico. Su grieta había abarcado toda su cara y cuello y, mientras esta se iba ampliando, pedazos de su cuerpo se iban desprendiendo para volverse polvo.

ㅡTranquilo, todo estará bien ㅡle dije abrazándolo, sintiendo como su cuerpo se descomponía entre mis manosㅡ. Todo estará bien... ㅡrepetí aferrándome más fuerte al casi inexistente niño.

Mis orbes divisaron a lo lejos a la chica de minutos atrás, la cual no dejaba de llorar mientras sostenía un Atrapa Sueño en forma de Luna. El pequeño objeto brilló, cubriendo toda la habitación con su resplandor.

La luz se intensificó y sentí que me quemaba. Ahora era yo el que se transformaba en polvo.

Mi brazo derecho, el cual contenía los pequeños tatuajes de Luna, comenzó a arder ferosmente, haciendo que varios gemidos de dolor escaparan de mis labios.

Una voz retumbó por el lugar.

...Cuando la última Luna desaparezca, tú también lo harás...

Tras esas palabras, dejé de sentir mi cuerpo y los alrededores habían vuelto a la normalidad. Miré mis manos, la cuales estaban llenas de grietas y desprendían un blanco y brilloso polvo.

¿La última Luna?