WooYoung tiene una gran obsesión por el niño adorable de su salón que posee el nombre de San. Y tiene grandes deseos de ver sus marcas en el pequeño y blanco cuerpo de San, que luce tan delicado e inocente.
San tiene interés en ese chico que lo mir...
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WooYoung se quedo en la entrada de su casa hasta que San se perdió en el campo visible, sin pensarlo mucho regreso hasta su habitación para quitar todo, tomo su celular y marco al número más recurrente en su lista de llamadas. Chae-Won.
El primer tono paso y con cada segundo la desesperación de WooYoung aumentaba.
— Oppa ¿qué sucede? —, preguntó la chica al otro lado de la línea como si no hubiera estado esperando ese llamada.
— Ven a mi casa ahora mismo —, Habló con la voz dominante que causaba que todos dijeran que sí siempre, aquella que por alguna razón generaba deseo y temor en cantidades iguales.
— Llego en 10, oppa, llevo algo muy lindo —, contesto la chica esperando remover algo en el que la busco.
— No tardes —, contesto WooYoung frio para después colgar la llamada.
WooYoung sonrió satisfecho por lo complaciente que es esa tierna pero coqueta chica, saco de su cajón la caja de condones, a sabiendas de lo mucho que disfrutaba pasar tiempo con esa chica. Pocos minutos antes de que se cumplieran los acordados 10 minutos llego la hermosa chica, vestida con un atuendo que parecía ser de colegiala, pero mucho más corto, escotado y sobre todo pastel.
— Oppa —, grito la chica en cuanto lo vio.
Seguido de esa acción lanzarse sobre él en busca de un beso que los llevara al siguiente nivel, WooYoung la tomo en brazos y como pudo cerro la puerta y camino a su habitación, en cuento estuvo en su cuarto lanzo a la chica a la cama.
Mientras se acercaba a la chica con una mirada de satisfacción al ver como el rostro ajeno tenia un matiz de susto, se desvistió viendo como la chica hacia lo mismo, dejándose solo la ropa interior que WooYoung con la mirada pidió que dejara, puesta pues él quería ser quien la quitara. La lencería que ella llevaba puesta era un conjunto transparente en un rojo cereza, aquello le fascino a WooYoung pues remarcaba la blanquecina y delicada piel de la muchacha y aquello solo logro que la erección se volviera aun más molesta de lo que ya era.
WooYoung se lanzo a la menor, comenzando con fuertes mordidas en las costillas, las cuales comenzaron a subir hasta llegar al pecho donde se detuvo un momento, pero siguió subiendo hasta el cuello donde empezó a jugar con el área, generando que la chica empezara a jadear deseosa. WooYoung tenia la deliciosa (según él) costumbre de jugar con su comida.
Cuando el juego termino para WooYoung y ya no soportaba generarle más a la chica, llevo su boca a la tanga que ahora se encontraba completamente mojada por las acciones de WooYoung, él paso su lengua por donde estaba la humedad y ella ante eso solo logro soltar un ahogado gemido para después llevar sus manos al cabello ajeno y jalarlo a causa del placer.
— Oppa, por favor —, jadeo la chica suplicando y deseando que él le diera más atención.
Y sin más WooYoung mordió aquella área para con sus dientes después solo jalar la tanga hasta que la chica ya no la tuviera puesta y una vez que ya no había nada estorbando WooYoung tomo un condón para colocarlo en su ahora completa y molesta erección, con aquello puesto llevo su mano al cuello de la chica la cual le pido que fuera dura con ella con dificultad y tal como ella pidió él entro de manera brusca hasta el fondo, escucho como un agudo y fuerte gemido salió de la boca de la chica.
