Capitulo 12

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ES UN MALDITO EGOCÉNTRICO

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Venus miró el papel y leyó: 

1. ¿Cuál es el color favorito de Gilderoy Lockhart?

2. ¿Cuál es la ambición secreta de Gilderoy Lockhart?

3. ¿ Cuál es, en tu opinión, el mayor logro hasta la fecha de Gilderoy Lockhart?

Así seguía y seguía, a lo largo de tres páginas, hasta:}

54. ¿Qué día es el cumpleaños de Gilderoy Lockhart, y cuál sería su regalo ideal?

Por supuesto que no se sabia ninguna, o tal vez por lo menos unas dos, pero obvio que iba a poner cualquier cosa.

Media hora después, Lockhart recogió los folios y los hojeó delante de la clase. 

—Vaya, vaya. Muy pocos recordáis que mi color favorito es el lila. Lo digo en Un año con el Yeti. Y algunos tenéis que volver a leer con mayor detenimiento Paseos con los hombres lobo. En el capítulo doce afirmo con claridad que mi regalo de cumpleaños ideal sería la armonía entre las comunidades mágica y no mágica. ¡Aunque tampoco le haría ascos a una botella mágnum de whisky envejecido de Ogden! 

Volvió a guiñarles un ojo pícaramente. Ron miraba a Lockhart con una expresión de incredulidad en el rostro; Seamus Finnigan y Dean Thomas, que se sentaban delante, se convulsionaban en una risa silenciosa. Hermione, por el contrario, escuchaba a Lockhart con embelesada atención y dio un respingo cuando éste mencionó su nombre. 

—... pero la señorita Hermione Granger sí conoce mi ambición secreta, que es librar al mundo del mal y comercializar mi propia gama de productos para el cuidado del cabello, ¡buena chica! De hecho —dio la vuelta al papel—, ¡está perfecto! ¿Dónde está la señorita Hermione Granger? 

Hermione alzó una mano temblorosa. 

—¡Excelente! —dijo Lockhart con una sonrisa—, ¡excelente! ¡Diez puntos para Gryffindor! Y en cuanto a... 

De debajo de la mesa sacó una jaula grande, cubierta por una funda, y la puso encima de la mesa, para que todos la vieran. 

—Ahora, ¡cuidado! Es mi misión dotaros de defensas contra las más horrendas criaturas del mundo mágico. Puede que en esta misma aula os tengáis que encarar a las cosas que más teméis. Pero sabed que no os ocurrirá nada malo mientras yo esté aquí. Todo lo que os pido es que conservéis la calma.En contra de lo que se había propuesto, Venus asomó la cabeza por detrás del montón de libros para ver mejor la estupidez que mostraría. 

Lockhart puso una mano sobre la funda. Dean y Seamus habían dejado de reír. Neville se encogía en su asiento de la primera fila. 

—Tengo que pediros que no gritéis —dijo Lockhart en voz baja—. Podrían enfurecerse. 

Cuando toda la clase estaba con el corazón en un puño, Lockhart levantó la funda. 

—Sí —dijo con entonación teatral—, duendecillos de Cornualles recién cogidos. 

Seamus Finnigan no pudo controlarse y soltó una carcajada que ni siquiera Lockhart pudo interpretar como un grito de terror. 

—¿Sí? —Lockhart sonrió a Seamus. 

—Bueno, es que no son... muy peligrosos, ¿verdad? —se explicó Seamus con dificultad. 

—¡No estés tan seguro! —dijo Lockhart, apuntando a Seamus con un dedo acusador—. ¡Pueden ser unos seres endemoniadamente engañosos!Los duendecillos eran de color azul eléctrico y medían unos veinte centímetros de altura, con rostros afilados y voces tan agudas y estridentes que era como oír a un montón de periquitos discutiendo. 

En el instante en que había levantado la funda, se habían puesto a parlotear y a moverse como locos, golpeando los barrotes para meter ruido y haciendo muecas a los que tenían más cerca. 

Venus sabia como eran los duendecillos de Cornualles, tomo todas sus cosas y se la metió a la mochila, Harry lo miraba extrañado y Venus le hacia gestos para que hiciera lo mismo que ella pero ya era tarde 

—Está bien —dijo Lockhart en voz alta—. ¡Veamos qué hacéis con ellos!—Y abrió la jaula. 

Se armó un pandemónium. Los duendecillos salieron disparados como cohetes en todas direcciones. Dos cogieron a Neville por las orejas y lo alzaron en el aire. Algunos salieron volando y atravesaron las ventanas, llenando de cristales rotos a los de la fila de atrás. El resto se dedicó a destruir la clase más rápidamente que un rinoceronte en estampida. Cogían los tinteros y rociaban de tinta la clase, hacían trizas los libros y los folios, rasgaban los carteles de las paredes, le daban vuelta a la papelera y cogían bolsas y libros y los arrojaban por las ventanas rotas. 

Al cabo de unos minutos, la mitad de la clase se había refugiado debajo de los pupitres y Neville se balanceaba colgando de la lámpara del techo. 

—Vamos ya, rodeadlos, rodeadlos, sólo son duendecillos... —gritaba Lockhart. 

Se remangó, blandió su varita mágica y gritó:—¡Peskipiski Pestenomi! 

No sirvió absolutamente de nada; uno de los duendecillos le arrebató la varita y la tiró por la ventana. Lockhart tragó saliva y se escondió debajo de su mesa, a tiempo de evitar ser aplastado por Neville, que cayó al suelo un segundo más tarde, al ceder la lámpara. 

-pero que inteligente - dijo sarcástica Venus al ver como su profesor se escondía debajo de la mesa

Sonó la campana y todos corrieron hacia la salida. En la calma relativa que siguió, Lockhart se irguió, vio a Harry, Venus, Ron y Hermione y les dijo:—Bueno, vosotros cuatro meteréis en la jaula los que quedan. —Salió y cerró la puerta.  

—¿Habéis visto? —bramó Ron, cuando uno de los duendecillos que quedaban le mordió en la oreja haciéndole daño. 

—Sólo quiere que adquiramos experiencia práctica —dijo Hermione,inmovilizando a dos duendecillos a la vez con un útil hechizo congelador y metiéndolos en la jaula. 

—¿Experiencia práctica? —dijo Harry, intentando atrapar a uno que bailaba fuera de su alcance sacando la lengua

— Hermione, él no tenía ni idea de lo que hacía. - dijo Venus mientras golpeaba a algunos duendecillos con su mochila y luego los metía dentro de la jaula

—Mentira —dijo Hermione—. Ya has leído sus libros, fíjate en todas las cosas asombrosas que ha hecho... 

—Que él dice que ha hecho —añadió Ron.

-punto para Ron- dijo Venus y se gano una mala mirada de parte de Hermione

-punto para Ron- dijo Venus y se gano una mala mirada de parte de Hermione

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Venus y la cámara secreta [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora