—¿Realmente tengo que ir?—Habló frustrado y su madre al otro lado de la línea tan solo dedicó a reprenderlo por el tono de voz con el que le había hablado, seguido de mencionarle lo tan importante que era su asistencia a aquella reunión.
Minho suspiró y se acomodó el uniforme.
—Pero mamá, ya tengo planes...— Intentó zafarse del compromiso como fuera.
—¿Con tus amigos? Los cancelas, así de simple.
Minho apartó el aparato un momento, temiendo de que la mujer pudiera ver su mirada de fastidio.
Sin querer, su hombro había chocado con un chico.
Fingió su mejor sonrisa, pero aquel rubio pareció haberse levantado de mal humor.
—Mira por donde caminas, pedazo de imbécil.
Consternado por la reacción del chico que se marchaba junto a una gran caja en brazos, Minho se interesó por el papel tirado en el piso. Con parsimonia se agachó ignorando a su madre en el teléfono y tomó aquel panfleto.
—"fiesta de recaudación de fondos..."— Leyó en susurro.
—¿Qué? ¿Qué dijiste?
Una idea surgió en su mente, al igual que una sonrisa se le dibujó en el rostro.
—Desearía que mis planes fueran simples y banales, mamá. Pero no, son de la escuela.—Sus ojos enfocaron ambos nombres, intentando recordar a los alumnos de aquel lugar.
—¿No lo puedes cancelar?
Exageradamente jadeó mostrándose ofendido.
—¡Mamá, por favor!—Chasqueó la lengua— ¿Qué tan mal me dejaría a mi Lee MinHo, cancelar una reunión importante en la escuela? ¿Qué dirá la gente? Papá y tú me enseñaron siempre a cumplir con mi palabra ¿No? Pedir que cancele sería como ir contra mis principios.— Se lamentó tratando de que su risa no saliera por la bocina.— ¿Qué tan mal nos veríamos si la gente nota que la familia Lee le daría la espalda a sus principios? ¿Crees que confiarían sus acciones a la compañía?
Era absurdo lo que decía, pero conociendo a sus padres quienes se preocupaban más por el bien de la compañía familiar que por su propio, caerían sin esfuerzo en dicha mentira solo para no perjudicar ni ensuciar su nombre a vista del público.
—Está bien, le diré que tenías asuntos escolares.
—Si lo piensas así, me hace ver incluso más responsable—Sonrió—Eso es bueno para mí imagen ¿No?
Cegada por la mentira dicha por su hijo, la mujer tras la línea sonrió.
—Realmente piensas en todo, eh.— Minho rió.— Definitivamente eres mi hijo. No llegues tarde a casa.
Y sin más, colgó la llamada cansado de fingir. Miró el papel entre sus manos y sonrió.
Él era bueno para las fiestas ¿Por qué no?
—¡Espérame!— Changbin intentaba seguir los pasos del más alto y este solo lo encontraba como una diminuta molestia.— ¡Caminas muy rápido, espérame!
Felix se detuvo abruptamente a mitad del pasillo, logrando por fin que Changbin llegara a su lado. Lo miró con cierta molestia y extrañes por su comportamiento.
—¿Por qué me sigues?— Soltó luego de juntar algo de valor.
Changbin le brindó una de sus radiantes sonrisas.
—¿Por qué más? ¡Para ayudarte!— Felix ladeó la cabeza, confundido.
¿Lo quería ayudar? ¿Entonces por qué era él solo quien cargaba la pesada caja de invitaciones?
Con valentía le tendió la pesada caja al más pequeño.
—Si tanto quieres ayudarme lleva esto por mí.—Sonrió y palmeó la cabeza de Changbin como si fuese un perro.— Hasta luego.
-¡Espera! ¿A dónde vas?
Felix viró los ojos, incómodo de que el chico lo quisiera seguir a todas partes.
—Mira...
—Changbin.— Le recordó.
—Eso.—Le restó importancia con un gesto al aire.—Mira Changbin, no sé para qué me sigues o te intereso, pero te aseguro que no me importas en lo más mínimo y me resultas molesto e incómodo.
A Changbin le fue inevitable no hacer un puchero ¿Por qué no le agradaba?
—Yah, solo quiero que seamos amigos.— confesó.— Jamás te había visto por aquí y sinceramente me da curiosidad.
Felix lo miró desconfiado ¿Changbin era nuevo? Porque conociendo su historia y su expediente era imposible que no fuera blanco de vistas y susurros en su tiempo, aunque tenía muy bien entendido que toda la escuela lo tachaba como un matón desalmado con problemas de ira, aún cuando Felix intentase todo lo posible por pasar desapercibido, aún cuando evitaba la luz entre las sombras de la oscuridad, aún cuando intentaba huir del pasado siempre terminaba siendo atrapado.
Era imposible que alguien no conociese su rostro.
¿Realmente estaba diciendo la verdad?
Miró al chico frente suyo, el pelinegro lo miraba con los ojos abiertos a esperas de una respuesta, pero Felix no sabía qué hacer.
¿Estaría bien darle una oportunidad?¿Estaría bien lanzarse al vacío sin saber si el paracaídas estaba roto o no?
Tal vez, no estaría tan mal volver a tener amigos ¿No? Había pasado tanto tiempo.
Lo merecía.
—Bien, vayamos rápido que nos están esperando.
A pesar de lo frío que había sonado, Changbin esbozó una sonrisa por la respuesta y se apresuró en seguir el paso del rubio.
(~_~メ)
VOLVÍ
perdí el separador de nuevo y me tocó cambiar completamente la historia, ahora será peor AJSJSJSJA.