Capítulo 9: 𝐴𝑔𝑒𝑛𝑡𝑒 𝐶𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟

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Estados Unidos, Nueva York.

En un callejón, se encontraba la agente Cárter con el mayordomo de los Stark, tratando de descubrir del por qué al señor Howard Stark se le culpa de ser desleal al país. La agente Cárter, sabía que había algo más, algo que Howard estaba ocultando, inclusive los agentes alrededor de ella se habían puesto a investigar de fondo todo lo relacionado al señor Stark, pero no habían encontrado nada interesante, salvo que él es padre y que nadie sabía dónde se hallaba su hija. Peggy, en ese momento agradeció que su sobrina haya ido a esa escuela lejos de este país, si no, seria buscada por las fuerzas especial de Estados Unidos. El mayordomo de la familia Stark, se encontraba al lado de la señorita Cárter, mientras está última observaba si no había nadie siguiéndolos. Hasta que observó la silueta de un hombre yendo hacia ella, el hombre tenía en el cuello una especie prototipo, el hombre apuntaba a la agente Cárter con un arma, mientras que, con la otra mano, tenía lo que, al parecer, controlaba al prototipo.

- ¿Dónde está? - Pregunto el hombre con la voz casi de robot.

La agente Cárter no sabía a lo que ella se refería, al principio pensó que era la esfera que ella guardaba en su bolso, pero dudo.

-Dije, ¿Dónde está? - Volvió a pregunta el hombre.

-No lo sé- Dijo la señorita Cárter.

-La chica Stark ¿Dónde está? - Pregunto otra vez

Peggy se sorprendió, no era normal que alguien quiera saber el paradero de la única hija de Howard Stark. Ahora mismo, ella entendía del porque su amigo había llevado a su hija fuera del país.

-Ella no se encuentra aquí- Respondió la agente Cárter, sosteniendo su cartera.

El hombre la miro con duda, mientras que, con su mano derecha, sostenía un arma. La agente Cárter, lo miro, se acercó a él para intentar dar pelea, peo el hombre fue más hábil hasta que la agente Cárter lo pudo noquear y salir del lugar.

Al parecer no solo buscaban el cofre del señor Stark, sino también a la hija de este último, ¿Para qué?, ni ella misma lo sabía, pero agradeció a Howard de enviarla a Londres.

Al dejar al hombre noqueado, la agente Cárter volvió hacia donde estaba el mayordomo de Howard Stark, Jarvis, este último la miro con preocupación mientras miraba la herida que tenía Peggy en ese momento. Jarvis se apresuró a llevar a la agente Cárter hacia la mansión, para luego curarla, el viaje transcurrió con total normalidad cada tanto Jarvis se fijaba por el retrovisor si la señorita Cárter se encontraba en perfectas condiciones, pero la herida empeoraba.

-Señorita Cárter, ¿se encuentra bien? - Pregunto el hombre, mientras tenía su mirada fija en la carretera.

-No- Contesto Peggy- Ese hombre no quiere la formula del señor Stark, quiere otra cosa más- Le respondió mientras trataba de acomodarse en los asientos de atrás del auto.

- ¿Sí? - Pregunto dudando si era verdad o no- ¿Qué más busca? - Volvió a preguntar.

-A Mía- Contesto Peggy, haciendo que Jarvis casi choque con el auto.

- ¿A la señorita Stark?, ¿Por qué? - Pregunto

-No lo sé, ¿Por qué querrían a Mía? - Pregunto ella, mientras Jarvis ante esa pregunta casi se pone pálido.

-La señorita Stark es alguien muy especial- Contesto Jarvis- Todos querrán tener los poderes que ella tiene, por eso el señor Stark la mando lejos de aquí, a decir verdad, el Señor Stark hizo bien en llevarla a esa escuela

La agente Cárter no podía negar que eso era cierto, pero a su vez le preocupaba su sobrina. No había tenido noticias de ella, desde hace dos meses y eso le aterraba y bastante. Jarvis estaciono el auto, en lo que parecía ser, la mansión Stark. Sin duda, era un lugar bastante lujoso, en la sala de estar, se encontraba una mesa bastante grande y sofás de un color negro bastante raro, típico de Stark.

-Señorita Cárter, permítame acompañarla a su habitación- hablo amablemente Jarvis, mientras esperaba a que Peggy subiera las escaleras con él.

La agente Cárter asistió, mientras que Jarvis la acompañaba a su respectiva habitación. Sin duda el señor Stark, tenía unos gustos asombrosos. Al llegar a la habitación de la agente Cárter, Peggy pudo notar que era bastante grande, era una habitación casi parecida a la sala de estar. Era amplia, con un gran ventanal y un gran baño. Sin ninguna duda, algo hermoso. La agente Cárter se acostó en la cama, mientras que, con una mano, trataba de taparse la herida que aquel hombre le había causado.

Jarvis, por otro lado, trato de currar a la agente Cárter lo más que pudo, hasta que observo que su herida era bastante profunda. Eso hizo, que le ponga demasiadas vendas para que al menos las heridas no le duelan bastante, luego trato de dormirse no sin antes de obtener unas buenas noches por parte de Jarvis.

Destino |Tom Riddle| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora