Destino |Tom Riddle| (Editando)

𝙲𝚊𝚙í𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟹: 𝙿𝚛𝚘𝚏𝚎𝚜𝚘𝚛 𝚁𝚒𝚍𝚍𝚕𝚎 𝚢 𝚕𝚊 𝚙𝚛𝚎𝚜𝚎𝚗𝚝𝚊𝚌𝚒ó𝚗 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚎𝚡𝚙𝚘

Hoy era el día. El día de la exposición. Su trabajo estaba ya terminado, era algo en lo que ella en verdad se sentía orgullosa. Sentía que todo su esfuerzo por fin daba frutos. Presentar como proyecto la expo-Stark, con tecnología de última generación, era sin duda, uno de los logros más importantes que tenía.

Obviamente la tecnología, mucho no le favorecía. Industrias Stark, era el más famoso a nivel país y a nivel mundial. Su principal objetivo, era ayudar al ejército de Estados Unidos y eso claramente paso en la segunda guerra mundial. Mía, creía que era bueno ayudar, pero a su vez sentía que en cualquier momento el gobierno mismo querría tener toda la tecnología y eso podría ser ahora mismo o en un futuro.

Se levanto más temprano de lo habitual y controlar todo lo que tenía, se volvió su ritual del día a día. Sentía que hoy tenía que impresionar a todos los que se encontraban en ese lugar. Principalmente, porque creía que ella era la única que podía hacerlo, era la única que tenía tal conocimiento. Había, años anteriores, viendo los proyectos que los demás-La gran mayoría hombres- llevaba para competir y podría decir, que esos trabajos, algunos eran totalmente desastrosos.

Pero con él hallazgo del teseracto, las cosas para la joven Stark cambiaron bastante. Era una fuerza nunca antes vista y muy difícil de controlar. Mía supuso que, si no tenías el poder suficiente para, sostener un poder tan similar como el teseracto, este mismo te desterraba o peor, morirías. Claramente, eso es lo que paso con cráneo rojo o al menos era una de las teorías que tenía en la cabeza.

Ella creía, que el ser humano, era incapaz de poseer tal poder. Ni siquiera los magos. Era un poder, mucho más grande y fuerte, algo nunca antes visto en la tierra. Ella había leído todos los libros que encontraba sobre el teseracto, hasta inclusive en los libros de la mitología nórdica. Creía que todos los libros habidos y por a ver, era la mejor manera de que su mente esté dispuesta a todos los cambios posibles. Creía que, en cualquier momento, todo lo que conocía podía cambiar, tanto para bien, como para mal.

Hoy a la noche tenía que estar lo más presentable posible, era una Stark, su apellido en si ya causaba muchas controversias y esa noche no sería la excepción. Mía Stark, para la sociedad, era una niña malcriada y que no merecía aportar dicho apellido, cosa que eso a la joven le causaba mucha gracia. Según su padre, ella se parecía mucho a él, salvo por sus ojos. Mía no había conocido nunca a su madre y era por el hecho, que, según su padre, su madre había muerto dando a luz.

Su maqueta con la tecnología ya estaba lista, solo faltaba su discurso. No era de escribir uno a la hora de su presentación, no le hacía falta, todo lo que ella pensaba estaba en su mente y era utilizado a la perfección.

Su padre, por otro lado, preferia tener que escribir.

- ¿Señorita Stark?- Llamo Jarvis mientras abría la puerta de su habitación- El señor Stark requiere su presencia de inmediato

La joven elevó ambas cejas mirando a Jarvis, este le sonrió y cerró la puerta de su habitación. Jarvis es el mayordomo de la familia Stark, era el hombre más leal que ella había conocido, junto con su esposa, era la pareja que ella tanto adoraba.

Mía bajo hacía el comedor, viendo a su padre con su tía Peggy, ella era su favorita, sentía un gran cariño especial por su tía.

- ¿Cómo te sientes?- Pregunto su tía, mientras se servía un vino tinto

- Bien- Contesto la joven Stark- Trato de no pensar en lo de mañana, o eso creo- Termino diciendo, a su vez que se servía unas papas fritas.

Su padre río, el mismo sabía que su hija era igual, a su vez, sentía que era completamente diferente a el. Adoraba a su hija más que a nada y siempre le hacía recordar que era su mejor creación, que siempre estaría orgulloso de ella, pase lo que pase. Si bien, estaba conciente de que no criaba a su hija como corresponde, el sentía la necesidad no solo como padre, de tener que protegerla de este mundo.