Destino |Tom Riddle| (Editando)

Capítulo 5: 𝐸𝑙 𝑝𝑟𝑜𝑓𝑒𝑠𝑜𝑟 𝑅𝑖𝑑𝑑𝑙𝑒

La joven se despertó, y observó que sus compañeras aún no se habían levanto, así que aprovechó para irse a tomar una ducha e ir directo hacia el gran comedor. Al terminar de bañarse, y ponerse el uniforme, se dispuso a ir a desayunar. Al entrar al gran comedor y sentarse en la mesa de Gryffindor, el profesor Dumbledore, paso por la mesa para entregar los horarios de cada curso, y al pasar por el lado de la joven Stark, este le entrego el suyo.

La joven vio su horario de clase, y observó, que en su primera hora empezaba con pociones, junto con los Slytherin. Dejo su horario al lado suyo, para disponerse a comer. Observó, que, en la mesa de Gryffindor, era la única que estaba en la mesa, pero a lo lejos pudo divisar a su prefecto Charlus Potter entrando al gran comedor. Este último sonrió, mientras se dispuso a sentarse frente a ella mientras le dedicaba una sonrisa amigable.

_ ¿Cómo te fue anoche? _ le pregunto Charlus, mientras bebía su zumo de calabaza.

_ Creo que bien_ Le respondió la joven. _ ¿sabes dónde es la sala de pociones? _ Pregunto Mía, mientras miraba a la gente que estaba a punto de llegar.

_ Claro que si_ Contesto el joven_ es la clase que tenemos juntos, acordate que yo también estoy en quinto año_ Bromeo Charlus, mientras le dedicaba una sonrisa amigable.

Mía le devolvió el saludo, y siguió con su desayuno. Al ser el primer día de clases, no quería llegar tarde, pero espero a que Charlus terminara de comer, e ir a su primera clase, pociones. Charlus quiso establecer conversación con la joven, pero se dio cuenta de que ella, no era tan sociable.

_ Ya es hora_ Le dijo Charlus, mientras se levantaba de su mesa_ La primera clase ya está por comenzar_ Le volvió a decir.

La joven asistió, y ambos partieron rumbo hacia la clase de pociones. La muchacha, al salir del comedor, era vista de reojo por muchos alumnos de Hogwarts. No es que era por presumir, pero Mía tenía una belleza que hacía a la mayoría de las jóvenes, tenerle envidia. Era morocha, con ojos marrones, ambos rasgos sacados de su padre; el señor, Howard Stark, y de su madre, ni ella misma lo sabía. Según su padre, el carácter y la facilidad de meterse en problemas, y eso lo comprobó, cuando fue a detención la primera vez que entro a Ilvermorny, no duro un día que ya se había metido en problemas.

La joven miraba el castillo con un poco de asombro, ya que, había escuchado hablar de Hogwarts y estar ahí le causaba mucha curiosidad.

_ Ya llegamos, y al parecer somos los primero_ Interrumpió Charlus.

_ Gracias_ Murmuro la joven.

Este solo asistió, de hecho, aún que fuera la segunda vez que estaba en compañía de la joven, sentía la necesidad de establecer un vínculo con ella. Le agradaba.

_ tenemos que esperar a que el profesor nos de la orden de entrar, al parecer es muy estricto_ Dijo el muchacho, mientras miraba los ojos de la joven.

_ Es el nuevo profesor, ¿verdad? _ Pregunto la joven en un susurro

_ Si, al parecer repartió los horarios con el profesor Slughorn, es el jefe de la casa de Slytherin_ Le comento Charlus, mientas observaban como la puerta de la clase se abría, dejando ver al supuesto profesor. Tom Riddle.

Tom Riddle; era de seguro, el profesor más joven de Hogwarts, perteneciente a su ex casa -Slytherin- a su vez era conocido por ser bueno en pociones, por eso, el profesor Dippet lo contrato. De hecho, todos estaban encantados con el profesor Riddle, salvo uno, el profesor Dumbledore.

El profesor Dumbledore, era profesor de defensas contra las artes oscuras y jefe de la casa de Gryffindor, que al parecer no le agradaba el nuevo profesor.

Al abrirse las puertas del aula, y dejando ver al supuesto Tom Riddle, la joven Stark quedó maravillada por el encanto de dicho profesor. Con el pelo azabache, ojos negros y su personalidad casi aristocrático, hacía que sea el candidato perfecto para cada mujer. El profesor Riddle, miro a ambos jóvenes, observando su escudo, y no dudo un segundo en saber que eran de Gryffindor. Aún que el joven mago no lo dijera en voz alta, la mayoría sabía, que este detestaba a los Gryffindor.

_ ¿Qué hacen aquí?_ Pregunto el profesor Riddle, tumbándose en la puerta de su clase_ La clase comienza dentro de una hora_ Inquirió el profesor.

_ Veníamos antes, ya que le mostraba a la nueva, el camino hacia aquí profesor_ Contesto Charlus, con una voz que parecía casi como un susurro

El profesor Riddle miro a la joven que estaba al lado del muchacho Potter. Este la miro por unos segundos, y observo como la joven miraba el piso con algo de nerviosismo. Observo su pelo, pelo azabache y ojos color negro. Era sin duda algo parecida a él, solo algo.

La joven dejo de mirar el suelo, para observar al profesor que estaba en frente de ella. No iba a negar que el profesor Riddle era atractivo, de hecho, había a la multitud femenina de Hogwarts hablar de él. La única vez que había visto al profesor Riddle, era en el banquete de bienvenida.

Ambos se miraron unos segundos, y sus ojos hicieron contacto con los de él, sin ninguna duda; la joven sintió como los ojos del profesor, eran fríos y sin ninguna pizca de emoción en el rostro. Este último aparto la mirada de la joven, para dirigirse directo hacia el joven Potter

_ Pueden entrar_ Dijo Riddle_ Pero no toquen nada_ Le advirtió, mirándolos a ambos.

Ambos asistieron, a su vez que entraban al salón. El salón de pociones no era para nada agradable, ubicado en las mazmorras; cerca de la sala común de Slytherin, era uno de los lugares más fríos del castillo, capaz por el hecho de que estaban cerca del lago negro.

Los jóvenes se sentaron en unas mesas que daban al final del aula. Eran los primero en llegar. Ninguno dijo nada. Era un silencio demasiado tranquilo para el muchacho Potter, capaz por el hecho de que quería establecer una conversación con la joven.

_ ¿De qué parte de Estados Unidos eres? _ Le pregunto el azabache, mientras miraba la joven.

_ Nueva York_ Respondió la muchacha

Potter asistió. La puerta del aula se abrió, dejando pasar a la mitad de los Gryffindor que asistían a la clase del profesor Riddle. Algunos, se sentaron alrededor del joven Potter, que Mía pudo deducir que eran sus amigos.

La clase había comenzado, el profesor Riddle observaba a sus alumnos, la mayoría le prestaba atención y otros solo fingían escucharlo. La clase transcurría con normalidad, algunos alumnos haciendo las pociones correctamente, mientras que a la mayoría ya sabía a quién desaprobar.

Paso por las mesas de cada uno, hasta llegar a la de la muchacha Stark. El observaba como la joven con total delicadeza preparaba su poción, su pelo rojizo estaba inflado y sus ojos concentrados en la preparación. La joven no noto que el profesor Riddle la estaba mirando y eso en cierto modo lo calmo un poco.

El profesor Riddle siguió caminando hasta la última mesa, y luego sonando el timbre, aclaro su garganta para que todos lo escuchen

_ Se término la clase, todos dejen ya sus pociones en los recipientes correspondientes_ Dijo mientras todos guardaban sus pertenencias_ Y para la próxima clase, quiero un pergamino de tres hojas_ Término de decir, a su vez, que los demás se marchaban para su próxima clase.