Idiotas Enamorados

Fin de semana

Para serles sincero, los fines de semana en la mansión son los mejores cuando eres alguien a quien no le gusta salir ni a la esquina. También para aquellos quienes les encanta el futbol y no se cansan de gritar "Pendejo" cada que el Cruz Azul falla un gol aun sabiendo que no va a ganar el partido. Por lo general, durante estos días las parejas salen a fiestas, bailes, bares o simplemente a citas románticas con un final un tanto erótico.

O sea, desconozco si realmente ocurra eso después de cada cita, pero supongo que sí sucede en una que otra.

En fin, el viernes finalmente había llegado y, para la fortuna de todos había "puente" hasta el miércoles. Nunca supe el por qué Master Hand nos había dejado tantos días pero le agradezco. En muchas ocasiones se llevaban a los más pequeños y la mansión se convertía en un lugar tranquilo... Pero sobre todo no debíamos preocuparnos porque la puerta de Ike se cerrara "mágicamente."

— ¿Vamos a ir a algún lado? —Cuestionó el príncipe, quien estaba sentado al revés sobre el sillón, es decir, con sus piernas en la cabecera de este.

— Ay no, que aburrido. ¿Y si mejor nos quedamos a ver algún partido? No sé, como de futbol.

— Tú sólo piensas en futbol, Link. Prefiero ver artes marciales mixtas a ver ese deporte tan aburrido.

— Yo digo que mejor lavemos ropa. —Todos los presentes me miraron como si hubiese dicho una broma de mal gusto. Aclaremos algo. Sólo en muy pocas ocasiones podemos utilizar la lavadora sin tener que esperar un siglo a que la desocupen. ¡Hay que aprovechar! Además, el clima es perfecto para que las prendas puedan secarse en una hora o menos. ¡En una gran oportunidad!

— ¿En serio, Meta Knight? ¿Lavar ropa? Deberíamos no sé. Jugar juegos de mesa o algo así. Digo, no están los chamacos y la princesa esa mamona que me tiene hasta la fregada. —Exclamó Pit con bastante fuerza y hasta cierto enfado, refiriéndose a Peach. También debo de admitir que esa mujer es de lo peor. ¡No sé cómo es que Mario se enamoró de ella! Es una de esa que lava su ropa aparte porque no quiere que se haga "fea". Critica todo lo que no le gusta aunque desconozca totalmente del tema y empieza a discutir casi por cualquier cosa.

Es una persona horrible y de lo más desagradable a nuestro punto de vista.

— Ni que lo digas. Se queja hasta por el lugar en donde colgamos la ropa. Digo, el tendedero es de todos no sólo de la vieja esa. —Aclaró Ike, quien jugueteaba con la cinta que siempre traía en su frente al luchar.

— Bueno, dejen de hablar sobre personas que no les caen bien y lavemos la ropa. —Seguí insistiendo. Hace algún tiempo que no lavo en lavadora, así que poco recuerdo sobre cómo se usa. No me culpen, a mí se me olvida hasta mi nombre... En algunas ocasiones. Al final, todos suspiraron resignados, levantándose cada uno de su lugar para llevar la ropa que se iba a lavar.

— ¿Cómo cuánto tardará en terminar? —Cuestionó el ángel, quien movía sus alas levemente. Respondí que no tardaría más de una hora, pues aún con las prendas de los cinco la carga no estaba del todo completa. — ¿Y qué haremos en lo que se termina de lavar?

— Yo decía que ver el futbol, pero la princesa no quiere. —Respondió burlesco, dirigiendo su mirada hacia Marth.

— ¿A quién llamas princesa, Peter Pan? —Así pues, comenzó una pequeña discusión sin mucho sentido en realidad. Como la mayoría que protagonizamos nosotros.

Antes de hacernos amigos y pelear por cualquier estupidez sin que desatara una guerra, éramos un tanto crueles. Siempre queríamos ganar aún si la disputa terminaba en golpes. En lo personal, nunca fue de mi gusto incitar a alguien fuera de torneos o entrenamientos. La intención era que nos lleváramos bien, no que cada tres segundos intentáramos matarnos.