Alba caminaba por el estadio, a punto de desmayarse de un momento a otro. Era uno de los días más calurosos que habían vivido en todo el año. A pesar de que eran las siete de la tarde, la humedad presente provocaba que ni los abanicos hicieran efecto.
Estaba agradecida por haberse puesto una de las camisetas cortadas de Natalia y unos pantalones cortos negros.
- ¡Ahí estás! - exclamó Carlos de lejos mientras caminaba hacia ella - Te he estado buscando, ¿por qué no me contestas al móvil?
Alba estaba a medio camino del último bocado del perrito caliente que se había pedido al entrar al estadio. Se palpó los bolsillos y se dio cuenta de que no llevaba el teléfono encima.
Encogió los hombros.
- No pasa nada - volvió a hablar el muchacho - ¿Siguen en el vestuario?
-Sí -dijo Alba.
- ¿Qué tal la cita? - preguntó el chico moviendo las cejas de arriba abajo.
No pudo evitar sonreír de nuevo cuando los recuerdos de la noche anterior volvieron a ella.
- Genial, gracias por preguntar.
- Seguro que lo fue - le dio un golpecito en el hombro, haciendo que Alba pusiera los ojos en blanco - No, pero en serio, estoy muy feliz por vosotras. La conozco desde hace mucho tiempo y... nunca la había visto así de feliz.
- Ya... - dijo Alba sin poder evitar que el estómago le diera un vuelco.
- Hola Albi - Natalia apareció detrás de Alba, apoyada contra la valla.
- Hola Natalia - Carlos le sonrió.
- Hola, Nat.
- ¿No me das un beso de buena suerte? - preguntó la morena astutamente.
- Por supuesto - Alba se inclinó para darle un beso prolongado con bien de lengua.
Natalia jadeó al separarse, se quedó mirando sus ojos fijamente, olvidando la presencia de su amigo ahí mismo.
- Gracias - susurró antes de darle otro beso y salir corriendo hacia el campo - ¡Os veo luego!
- ¡Buena suerte! - gritó Carlos haciendo gestos con la mano - Bueno, señorita encoñada, vamos a buscar asiento.
Alba lo empujó por detrás.
Imbécil.
- ¿Estás nerviosa? - preguntó mientras caminaban por las gradas.
- ¿Por qué tendría que estarlo?
- Porque tu novia va a jugar las semifinales - señaló - Supongo que a pesar de ser rivales, quieres que gane.
- Bueno, claro que quiero que gane, pero no estoy nerviosa - dijo.
Era una mentira como una casa de grande, porque sabía que en el momento en el que empezara el partido, su nerviosismo iba a aumentar considerablemente.
Llevaba en la mano una pancarta, como si fuera una fan, que le habían dado justo antes de entrar al estadio.
Que vergüenza, quién me ha visto y quién me ve.
El partido empezó bastante lento. Se notaba que el calor estaba afectándolas. De hecho, no podía imaginarse a sí misma en ese momento jugando el partido. Nadie corría más de lo necesario. Pese a que la morena estaba jugando un partido bastante bueno, sus compañeras parecían estar medio dormidas, lo cual la estaba empezando a frustrar.
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Una fina línea
FanficAlba ha odiado a Natalia desde siempre, empezando por todas aquellas veces en el instituto cuando se metía con ella por cualquier cosa, hasta la actualidad. Ahora, enfrascadas en una competición de fútbol local de Elche, Alba y Natalia se convierte...