Oh Dios, Julia tenía razón.
- Joder, por fin - murmuró Natalia entre besos.
Alba apenas se había dado cuenta de que había hablado, en realidad no le importaba. Podría terminar odiándose a sí misma después de esto, pero tal vez conseguía dejar de odiarla un poco si por fin conseguía saciar un poco de su frustración.
Con ella.
¿Matar dos pájaros de un tiro, verdad?
Reflexionó un poco sobre la idea de arrancarle la camiseta negra que llevaba puesta, pero eso le daría mucho trabajo, así que se apartó de ella por un segundo e hizo que levantara los brazos para quitársela por la cabeza.
Tan pronto como la lanzó a una esquina del vestuario, los labios de Natalia se posaron sobre el cuello de la rubia, quién gimió de placer. Su ropa interior, probablemente, para el arrastre. Estaba bastante segura de que, si Natalia se enteraba de ello, se burlaría de ella hasta el final de los tiempos. Ese fue el motivo por el cual agarró con sus manos errantes su cintura y la sujetó contra el casillero.
Esperaba algún tipo de comentario por parte de la morena, pero cuando Alba se apartó y la miró, todo lo que vio fueron unos ojos oscuros llenos de deseo.
Y esa estúpida sonrisa.
Alba gruño antes de centrar su atención en el cuello de la morena que apretaba su culo contra su cuerpo para provocar el roce que tanto necesitaba.
Era mucho más fácil cuando no la miraba de cerca. Mientras, bajaba una de sus manos en dirección a sus pantalones vaqueros para poder desabrocharlos.
Natalia gimió.
- ¿Qué pasa con los preliminares? - preguntó descarada.
Alba suspiró y le mordió el hombro. No podía más. La hizo quejarse cuando finalmente consiguió desabrochar el botón y se los bajó para poder quitárselos. Natalia salía de ellos cuando Alba volvía a estar frente a ella, cambiando las manos de posición, utilizando la izquierda para sujetar con dificultad los brazos tatuados de la morena contra el casillero. Era realmente alta, lo que hizo que la morena tuviera que agacharse un poco para que la otra pudiera salirse con la suya.
- Parece que no necesitas ningún preliminar - bromeó Alba con voz ronca cuando metió su mano dentro de la ropa interior de Natalia.
Las caderas de la morena se sacudieron hacia adelante en busca de contacto. Se mordió el labio, intentando esconder las ganas que tenía de que Alba hiciera algo con sus dedos.
Alba paseó sus dedos por los pliegues mojados de Natalia, rozando su clítoris, consiguiendo que la morena soltara un quejido. Sonrió antes de meter dos dedos dentro de ella. Vió como sus ojos se cerraban por el placer mientras su cabeza se echaba hacia atrás provocando un ruido sordo al golpearse contra el casillero. Levantó una de las piernas de la morena y la colocó alrededor de su pequeño cuerpo para así darle más espacio.
- ¿Feliz? - susurró Alba mientras movía sus dedos dentro y fuera de ella con brusquedad, aumentando la velocidad con cada empuje.
Natalia dejó escapar un sonido apagado mientras luchaba por mantener la respiración bajo control. Alba sintió que las los brazos de la morena se retorcían sobre su cabeza, probablemente se le habían quedado dormidos. O alomejor estaba ansiosa por tocarla.
Lo cierto es que podía haberse escabullido fácilmente de ellos, pero le gustaba aquel jueguecito que estaban haciendo.
Satisfecha por tenerla retorciéndose entre sus brazos, Alba volvió a posar sus labios sobre el cuello de Natalia, chupando, mordiendo y lamiendo de arriba a abajo, dejándole una marca que hizo que otro sonido saliera de entre sus labios.
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Una fina línea
Fiksi PenggemarAlba ha odiado a Natalia desde siempre, empezando por todas aquellas veces en el instituto cuando se metía con ella por cualquier cosa, hasta la actualidad. Ahora, enfrascadas en una competición de fútbol local de Elche, Alba y Natalia se convierte...