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•✎↻ •あたまはさらはさ . . .
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✿*:«Vida destrozada»・:*✿

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Ese tono en el que las palabras fueron dichas me hicieron estremecer sobre mi lugar

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Ese tono en el que las palabras fueron dichas me hicieron estremecer sobre mi lugar. 

— Ah, pero si eres Clishert. La adorable sobrina de Kumeko — dijo una externa voz, esa misma que pude reconocer al instante. Llena de estupor, miré la imponente figura del líder, Fuji, ese colega de Sehung y amigo íntimo de Kumeko. — ¿Ahora qué haces aquí, siendo que todo lo que tienes está en estado inmóvil? 

Él encendió un cigarro, fumando, desinteresado. Fuji era el único ghoul, sus secuaces eran simples humanos.

— Jefe. ¿Nos permite juguetear con esa virgen? 

— Me da igual lo que hagan, sólo seré yo quien inicie el entretenimiento. — dejó escapar una maldición, desechó el tabaco, pisándolo con la suela de sus botas militares. Se acercó a mí, y entre sus grandes manos, sostuvo mi mandíbula sin cuidado. Esa sonrisa era aterradora. — Y, honestamente, siempre he tenido ganas de ti. Sólo pórtate bien, ¿quieres? 

Me tumbó contra el sofá con violencia, allí sentí una inmensa intimidación y pavor, toda esa incertidumbre me empujaba a una petrificación que me impedía el saber cómo reaccionar, quizá debería salir corriendo, pero mis piernas no respondían ante mis súplicas. Se abalanzaron contra mí, como bestias salvajes que esperan el momento oportuno para atacar a su presa, y la presa era yo. No hubo lástima en despojarme de mi ropa, rogar por libertad era inútil y los intentos por fugarse eran en vano. No encuentro razones del porqué me hacen esto, ¿puro placer de mi sufrimiento?, cólera en su contra emergía, creando una terrible mixtión contra el pánico, en mi mente sólo estaba un cúmulo de desconcierto. Me sentía indefensa, completamente entregada a su merced; esos maleantes gozaban con mi tormento. 

Cada golpe. Cada mancha de sangre. Cada tocamiento indebido. Cada mutilación en mis adoloridas extremidades. 

Todo ese dolor me hacía empezar a dudar de si los ghouls éramos los únicos monstruos, como estos seres perversos llamados «humanos» nos habían catalogado. El cuerpo era una pesadumbre, al igual que el alma. Me sentía humillada y mal conmigo misma, creía que yo permitía lo acontecido... ¡Pero por supuesto que no es mi culpa! es porque ellos son unos sádicos enfermos. Sin pudor, me arrebataron la inocencia, en ningún minuto colmaron con esta cruel tortura para prolongarla a varios días.

❀ 𝐕𝐈𝐃𝐀 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎𝐙𝐀𝐃𝐀 ¦ 𝔗𝔬𝔨𝔶𝔬 𝔤𝔥𝔬𝔲𝔩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora