el matiz agrisado de tu mirar me ha arrebatado el aliento, he caído a los alevosos encantos de lo prohibido; de aquello que jamás podrá corresponder mi desgraciada infatuación, porque sé que esto no es recíproco. lentamente me estás asesinando, duel...
abe decir que ya me olvidé de algunas partes del manga, así que estoy leyéndolo nuevamente. si hay algún error de cualquier tipo, por favorháganme saber =p (estoy muy cabeza tonta).
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Veía el horizonte sin interés, reuniendo el valor suficiente para abandonar aquel edificio abandonado y empezar a preocuparse por ella misma.
La desgracia aconteció meses atrás, pero aún era tan cercana, incluso si su cerebro dejaba de razonar, algún fragmento invadía su pensar, sin saber cómo lidiar con tanta presión. No podía más, de eso estaba segura.
Hey, vamos. Jamás pensé que mi patética vida se volviera un drama perturbador.
Abandonado el estremecedor hospital en medio de la destrucción, comenzó una caminata desinteresada por las transitadas calles de Tokio, eso evitaba cualquier concentración mínima hacia su persona. Un arrebol era el indicador del sombrío anochecer, entre la pluralidad de matices cálidas, un rincón de suprema oscuridad invadió su campo visual; era un callejón. Volteó a sus alrededor, visualizando una armoniosa cafetería todavía abierta, mas sin clientela, que anteriormente ya había visto.
«Anteiku, en el distrito 20. una vez la señorita Kumeko dijo que era el mejor café que jamás había probado.»
Su mirada centrada llamó la atención de un señor mayor que salía a cerrar su negocio, asegurándose de que afuera no hubiera una anormalidad. Ahí, al roce de la penumbra, una niña descuidada con un brillo fascinado en sus verdosos ojos lo conmovió.
