3. Un nuevo comienzo

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2 AÑOS DESPUÉS

Fred caminó por las calles de Los Santos. Recorría sus barrios observando todo lo que podía. Le gustaba analizarlo todo. Las personas y sus formas de caminar, los coches que pasaban, sus matriculas...  

Nunca había visto una ciudad tan llena de vicio. Drogas, alcohol, dinero negro... Y todo ello controlado por un solo hombre, Jack Conway. El responsable de todo, un policía corrupto que según Calavera controlaba  toda la ciudad desde las sombras. La misión de Fred era sencilla, acabar con Conway y con su mano negra. Así la ciudad seria libre. 

Antes de llegar a la ciudad había estudiado el perfil de Conway. Un hombre de cuarenta años, ex militar y actual agente del Cuerpo Nacional de Policía. En secreto era agente del CNI. De personalidad cerrada y manipuladora, no tenia nada que perder según los informes pero Calavera le había contado su pequeño secreto. Su secreto era Horacio Perez, uno de sus agentes de policía, subinspector, al que quería como un hijo. 

Decidió pasear por las calles de alrededor de la comisaría e investigar. De momento no iba a actuar. Calavera le había ordenado recabar toda la información posible. El plan de Fred era entrar en comisaria, pero primero debía saber como y cuando. 

La comisaría estaba tranquila, habían un par de personas paseando por la acera y varios coches de policía aparcados. Fred se tapó un poco más con la capucha para que las cámaras no le vieran bien el rostro. Se apoyó en una pared que estaba en sombra y sacó un cigarrillo. Entonces vio  al  subinspector Horacio aparcar su coche en la comisaría y salir de el con paso ligero. Era alto y tenia el cabello cortado en forma extraña, una cresta pero peinada hacia un lado y de color rojo. 

 Fred frunció el ceño cuando una sensación amarga le recorrió el cuerpo. 

¿A que venia esa sensación? 

Pero lo echo todo al fondo de su mente como siempre hacía y siguió mirando. Estaba hablando con alguien por la radio, se le veía feliz. Fred se acercó inconscientemente un poco más para observarle. Quería alargar la mano como para llamarle. La palabra "cerdo" le vino a la mente. 

¿En que coño estaba pensando?

De pronto Horacio se quedó parado y se giró hacia donde estaba Fred, con rapidez el encapuchado se escondió en la oscuridad y comenzó a andar. Casi le pillaban, debía ser más cuidadoso. 


Horacio se quedó mirando hacia la otra acera, le había parecido ver a alguien en las sombras, pero quizás había sido su imaginación. Siguió caminando hacia la comisaría y entró para comenzar su turno. Dentro se encontraba Volkov hablando con Greco parecían un poco tensos.

- ¿Que ocurre comisario?-preguntó Horacio, hacia mucho tiempo que había dejado de hacerle bromas y de insinuarse. Desde el secuestro Horacio había dejado de hacer muchas cosas que antes le habían parecido divertidas, pero ya no sentía esas ganas de hacerlas. Su otra mitad ya no estaba. 

- El superintendente quiere hablar con los mandos - contestó Volkov serio, parecía que algo importante había ocurrido. 

- Pues vamos a ello - contestó Greco.

Los tres subieron las escaleras hacia el despacho de Conway y llamaron a la puerta. La voz grave del hombre les indicó que entraran. Estaba sentado en su silla mirando unos documentos. Y estaba serio, muy serio. Horacio no lo había visto tan mal desde su secuestro y el de... de... Horacio sacudió la cabeza alejando esos pensamientos de su cabeza. Gustabo había sido un traidor y un manipulador, no merecía que pensara en el.

- Sentaros super nenas, ha ocurrido algo - Horacio se sentó en su silla mientras que Volkov y Greco se quedaban de pie. La silla de Gustabo vacía, sin que nadie se atreviera a sentarse en ella, como si aun le estuvieran guardando su sitio. Horacio apretó los puños con fuerza. 

- ¿Que ocurre? - preguntó Greco cruzándose de brazos.

- Me ha llegado esta nota - contestó el hombre.

Conway les pasó un papel. En el había escrito una carta dirigida al superintendente y firmada por Calavera, amenazando con la muerte de Conway de manos de uno de sus policías. Una traición. 

- Hay un topo en el cuerpo - murmuró Horacio un poco asustado - ¿Quien en su sano juicio querría aliarse con Calavera para intentar matarle? 

- No lo se Horacio, pero quiero que averigüéis quien es - ordenó el jefe reclinándose en su asiento - No puedo permitir que haya un topo en el cuerpo. 

- 10- 4 - contestaron los agentes. 


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¡Hola! Vengo con un nuevo capitulo de la historia. Esta vez con dos puntos de vista distintos , por una parte Fred y por otra Horacio. Espero que os haya gustado. Y os recuerdo que podes dejar comentarios de que os parece la historio o que esperáis que pase. 

Muchas gracias por leer y os espero en el próximo capitulo.

Vera. 

Hazme Recordar ~ INTENDENTEPLAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora