TIEMPO DESPUÉS.
Horacio caminaba a paso ligero saliendo de la clínica, había tenido una de sus sesiones con la nueva doctora. El Doctor Muerte había transferido su caso a una compañera de trabajo experta en psiquiatría. Y la verdad es que Horacio había notado el cambio. Poco a poco se encontraba mejor. Había sido difícil encontrar una medicación que le funcionara pero al final habían dado con una que le sentara bien y que no le hiciera ningún efecto secundario.
La doctora le había aconsejado volver a retomar relaciones con su pasado. Ella sabia todo lo que le había ocurrido, tanto el secuestro como sus relaciones personales. Horacio sacó su móvil pensando en volver a hablar con Volkov, abrió el último chat que tuvo con el pero chasqueando la lengua lo cerró. No se sentía preparado para volver a hablar con el. La doctora le había dicho que fuera paso a paso, aunque fueran pequeños. Y volver a hablar con Volkov lo único que le hacia era sentirse mal y abandonado. En el fondo Horacio sabia que aún no había perdonado a Volkov por su indiferencia y su frialdad. Pero poco a poco iría llegando y al final sabia que lo perdonaría.
Pensándolo mejor, Horacio abrió un chat con Conway. Desde que había ocurrido el incidente con el detenido y la charla en el cementerio no había vuelto a hablar con el. Además Horacio creía que Conway se sentiría orgulloso al saber que le iba tan bien en sus sesiones. Pensó en enviarle un mensaje pero un mensaje era demasiado frio así que pensó en pasarse por comisaria.
Cogió su coche, un mini rosa que estaba aparcado en la puerta de la clínica y condujo hacia comisaria. Ese coche le encantaba. Aparcó en la puerta y entró al edificio a paso ligero. Al entrar vio a Greco en el mostrador de la entrada dejando unos papeles en un archivador. Greco al verlo le sonrió y saludó.
- ¿Cómo estas Horacio? - le pregunto apoyándose en la mesa con los brazos cruzados. Greco siempre había sido amable con el y Horacio se lo agradecía de corazón. Al contrario que Volkov, el hombre era todo sonrisas y abrazos. Se podía hablar y contar con el.
- Mejor, gracias por preguntar Greco -le sonrió Horacio - ¿Está Conway?
- Mmm -murmuró Greco sin contestarle y mirando hacia otro lado. Eso hizo saltar las alarmas dentro de la cabeza de Horacio que se apoyó en el mostrador con ambas manos.
- ¿Qué ocurre? -preguntó preocupado mirando a Greco a los ojos. Sabia que la mafia aún hacia estragos y si a Conway le había pasado algo... Su corazón comenzó a palpitar deprisa.
- Nada, nada - levantó las manos en señal de calma - No te preocupes, Conway esta trabajando en un caso nuevo, pero no le ha pasado nada.
- Ah - Horacio suspiró aliviado, con la mente más tranquila decidió salir de comisaria e ir a pasear a la playa. Pero justo cuando salía del edificio se encontró de golpe con Volkov. El ruso tenia mala cara, parecía estar pasándolo mal, el solo hecho de verle hacia que su corazón palpitara demasiado. Y recordando las palabras de la doctora Horacio decidió tenderle una mano.
- Hola comisario ¿Cómo está? - le preguntó de manera amable. Volkov pareció sorprendido por el inicio de la conversación.
- No estoy en mi mejor momento - contestó brevemente con el ceño fruncido. Horacio suspiró mirando al suelo.
- ¿Le apetece hablar un rato? Iba a tomarme un helado - ofreció el joven con esperanza. El ruso relajó la cara visiblemente y asintió con la cabeza. Horacio se sintió feliz por primera vez en mucho tiempo y le señaló el coche - Si quiere venir conmigo...
- Dejo unos papeles en el despacho y salgo - el ruso entró en la sala desapareciendo en uno de los despachos y salió al segundo, se había cambiado la chaqueta del uniforme por una de cuero negra y se había colocado las gafas de sol. La verdad es que a Horacio le pareció muy atractivo en ese momento, entró al coche para desviar su mirada del hombre mientras le esperaba. Respiró hondo intentando tranquilizarse, estaba nervioso de verdad.
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Hazme Recordar ~ INTENDENTEPLAY
FanficGustabo y Horacio son secuestrados por una mafia que se la tiene jurada al superintendente.. Gustabo es torturado y manipulado hasta tal punto que no recuerda quien es, solo recuerda que tiene una misión: matar a Jack Conway.