8. Obteniendo información

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Fred accedió a la comisaría por la puerta trasera. Una vez dentro se ajustó la cremallera del mono de limpieza y miró a su alrededor.
Desde la primera planta hasta el despacho de Conway habia un piso de por medio y tres cámaras, si actuaba con decisión y sin titubear podía conseguirlo. Si no lo conseguía... Tenía su pistola dentro del mono.

Cogió el carrito de la limpieza y comenzó a andar por el pasillo hasta el ascensor. Cada vez que habia una cámara agachaba la cabeza y se tapaba con la gorra para que no le grabase.
Justo cuando iba a llegar a los ascensores una pareja de policías bajó por las escaleras y se cruzaron. Fred miró al suelo e hizo como que sacaba varios rollos de papel higiénico del carrito. Los policías pasaron sin mirarle. Fred sonrió.

"Que descuidados..."

Entró al ascensor y rezó para que no se subiera nadie más en el. En esos momentos la comisaría estaba bastante tranquila y no estaban ni Conway ni el subinspector Horacio, pero no sabía nada del comisario Volkov o de Greco, así que debía andar con cuidado.

Llegó al tercer piso sin problemas. Salió del ascensor y caminó hasta la puerta del despacho de Conway. Allí se acercó a ella y prestó atención a algún ruido. No escuchó nada así que con cuidado abrió la puerta y entró al despacho.

Una vez allí rápidamente sacó una bolsita de dentro del carro y se acercó a una mesa auxiliar al lado de un sofá donde habían varias botellas de whisky.

Abrió la más gastada y echó los polvos en ella, después la removió un poco y la volvió a dejar en el mismo sitio. Con un poco de suerte Conway se bebería esos polvos y se marearia de camino a su casa, el estaría atento y lo interceptaria en su coche.
Así podría sacarle información antes de que Calavera lo supiera.
Después colocó un pequeño micrófono debajo de la mesa de Conway. Con ello esperaba obtener algo de información.

Cuando estaba a punto de marcharse se quedó mirando un archivador de documentos que había al lado del escritorio. Mordiendose el labio sopesó las consecuencias. ¿Tenia suficiente tiempo? Con un suspiro lo mandó todo a la mierda y se acercó al archivador. Abrió los cajones y buscó un nombre.

Gustabo.

Pero no encontró nada. Con el corazón palpitando  miró hacia el ordenador. Quizás allí... Se acerco rápidamente al ordenador y se puso a investigar.
Encontró una carpeta con el nombre Gustabo Garcia. En el documento salían pocos datos, la mayoría del documento estaba encriptado. Fred dió un golpe en la mesa con furia. Le molestaba no poder encontrar nada sobre ese nombre, era como un fantasma. Pero Fred estaba seguro de que iba a encontrar algo en algún momento, no tenía dudas.

Con el mismo cuidado Fred salió de la comisaría sin ser visto. Una vez dentro de su coche se quitó la ropa de la limpieza y conectó el micrófono listo para escuchar. Mientras escuchaba condujo hasta su casa y se instaló allí listo para oír a Conway las 24 horas del día.

Volkov aparcó su coche delante del edificio donde vivía Horacio. Salió del coche y se apoyó contra el capó entendiéndose un cigarrillo. Se quedó mirando el horizonte decidiendo si entrar o no.

Por una parte quería preguntarle a Horacio que le estaba pasando y averiguar algo sobre el incidente del otro día pero por otro no quería cabrear a Conway.

Decidiéndose lanzó la colilla al suelo y entró al edificio. Llegó al ascensor y presionó el botón del piso de Horacio. En su mente planeaba como iba a ser el encuentro. ¿Como estaría Horacio? ¿se encontraría bien? No se le quitaba de la mente esa imagen de Horacio pegándole puñetazos al sujeto en el suelo y lleno de sangre.

Cuando salió del ascensor se quedó parado detrás de la pared. Escuchó voces.

- Espero que vaya bien Horacio - esa voz era la de Claudio, el Doctor Muerte.

- Muchas gracias Claudio - Volkov se asomó un poco para observar la escena, Horacio tenía la mano del Doctor Muerte entre las suyas. Volkov apretó los dientes con fuerza. ¿Que hacia el doctor ahí? ¿Sabria algo de Horacio?

Volkov se escondió mientras el doctor salía del pasillo y subía al ascensor. Cuando desapareció se acercó a la puerta con decisión y cuando iba a llamar se quedó parado, estaba indeciso, pero sacudiendo la cabeza se quitó las dudas de encima y llamó.

Se escucharon pasos rápidos y golpes por el pasillo.

- ¿Se le ha olvidado algo doctor? preguntó  Horacio mientras abría la puerta pero se quedó parado y con los ojos abiertos, sorprendido - Oh, comisario Volkov...

Horacio iba en pijama, con una camiseta  y unos pantalones de tela rosa. En la camiseta habia un osito dibujado. Llevaba el pelo despeinado, ojeras y parecía no haber dormido bien.

- ¿Necesita algo? - le preguntó Horacio al ver que el hombre no decía nada y se le quedaba mirando.

- ¿Me va a contar que le ha ocurrido? - pregunto serio.

- Mmm...No se a que se refiere - contestó nervioso. Volkov se acercó mirándole a los ojos, Horacio se apartó rápidamente y Volkov aprovechó para entrar en la casa.

- Lo sabe perfectamente Horacio, no me mienta -  Volkov recorrió la casa con la mirada y vió encima de la mesa unos botes de pastillas y papeles del hospital.

- A ver Volkov, no se a que se refiere y la verdad me importa muy poco que no me crea - Horacio se cruzó de brazos - Asi que le pido que se marche de mi casa y me deje en paz.

- Se que le pasa algo Horacio, su actuación del otro día fue...

-Mire Volkov, lo del otro día es mi problema y la verdad, estoy intentando ser amable pero ya me ha cansado, me importa una mierda lo que usted quiera - Horacio apretó la mandíbula con fuerza, estaba muy enfadado y no le apetecía nada discutir con Volkov, justo hoy que se encontraba bien y podía pensar con claridad.

- Pero...

-Pero nada - le cortó Horacio - No le importe cuando me secuestraron, me dejó solo y destruido después de lo de... de los de Gustabo, sabía cómo me sentía y pasó de mi, así que ahora no venga con la autoridad que no tiene a pedir explicaciones.

Volkov se quedó de piedra al escuchar esas palabras. Recordaba el secuestro y recordaba también haber dejado a Horacio solo, pero no por que quisiera sino porque pensaba que lo que le había ocurrido era tan fuerte que necesitaba su espacio para sanar.

- Lo que me ocurra o deje de ocurrir es cosa mía, de Conway y de Claudio así que se lo pido por favor, siga pasando de mi como hasta ahora.

- Así que ahora esta con Claudio... - murmuró Volkov.

- ¿Como puede decir eso? Volkov por si no se acuerda, me gustaba, pero me dió largas, asi que ahora no tiene derecho para exigir nada - Horacio sentia muchas ganas de llorar pero aguantó, por orgullo - Para que se quede tranquilo, Claudio solo está conmigo en calidad de medico.

No sabía porque pero Horacio sentia ganas de explicarle a Volkov que no estaba con Claudio. Pero aún así decidió ser mala persona, porque ya era hora de pensar en si mismo y ser egoísta.

- Aunque no descarto hablar con el, me interesa y creo que yo a el también - observó como la cara de Volkov se transformaba en una mueca de tristeza - Vayase ya de mi casa.

Horacio abrió la puerta de par en par y esperó a que se marchara. Volkov salió por ella rápidamente. No le había sentado muy bien lo que le había dicho Horacio. ¿Horacio se pensaba que habia pasado de el? La verdad es que desde el secuestro no habia hablado nada con el. Ni de como se encontraba. Ni de si necesitaba ayuda. Habia pensado que necesitaba espacio. Y nada más. En el fondo sabía que se merecía ese desprecio. Con la cabeza agachada se metió a su coche y golpeó el volante con fuerza. Tenia que hacer algo para remediar toda la mierda que había hecho. Tenia que recuperar al Horacio de antes.

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¡Hola! Por fin capítulo nuevo, perdonad la tardanza pero estoy con la mano mal y no puedo escribir durante mucho tiempo.

¡Espero que os guste y espero los comentarios!

Un saludo y nos vemos en el próximo capítulo.


Hazme Recordar ~ INTENDENTEPLAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora