Fragmento 6

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De cuando Annabeth se enteró.

Si bien era cierto que Annabeth Chase era el antigüo amor del héroe del Olimpo, también conocido como Percy Jackson, era aún más cierto que el chico la había dejado en el olvido como un bonito recuerdo.

En la actualidad, el hijo de Poseidón amaba a Nico Di Angelo y su relación era lo segundo más importante en su vida, después de su madre, por supuesto.

Apenas llevaban un mes y dos semanas de relación, pero ellos sentían que el amor solo crecía y cada momento se volvía especial.

Sorprendentemente, desde aquella vez que Nico lo besó frente a Ellie, Lilly y sus amigos, la noticia de su noviazgo no se propagó por todo el campamento. Tal vez tenía que ver con qué las chicas le temian al hijo de Hades y los amigos de estos no lo divulgarian.

Por supuesto, todo tenía que tener un pero y en aquel momento era una rubia platinada de gran intelecto.

Annabeth Chase, quién sostenía un libro sobre arquitectura romana, dejó su lectura a un lado para mirar con una ceja arqueada a Rachelle Dare. La oráculo se había vuelto su mejor amiga luego de separarse de Percy y tomar distancia de los seis elegidos.

—En serio, no te estoy mintiendo, Annie –insistió–. Hace semanas lo había visto en un sueño, pero no lo creía posible hasta que hoy los vi en vivo y en directo.

La pelirroja se veía tan confiada que le quitaba la posibilidad de protestar y contradecirla. Suspiró y cerró su libro, resignada y procesando toda la información.

—Entonces me estás diciendo que mi ex novio, el muy heterosexual Perseus Jackson, se está acostando con el muerto viviente de Nico di Angelo, ¿es eso?

Rachelle hizo una mueca de desagrado, Nico y Percy eran sus amigos.

—No, ni siquiera creo que se estén acostando, parece que son novios o casi.

La rubia frunció el entrecejo, eso no podía ser cierto. Dejó con fuerza el libro sobre la mesa, ambas estaban tomando café en el porche de la casa grande, y luego se levantó para caminar en una sola dirección: la cabaña número tres.

Al llegar no se lo pensó mucho, la chica simplemente comenzó a tocar una y otra vez, con fuerza. Escuchando la respuesta casi de inmediato.

—¿Qué demonios quieres? –gritó un malhumorado Nico al abrir la puerta sin importarle quién estaría allí–

—¡El lenguaje, Di Angelo! –le retó Percy acercándose, viendo quién era– ¿Annabeth? ¿Pasó algo? –preguntó confundido–

Nico estaba cruzado de brazos, viendo a la ex de su novio con desconfianza. No le encontraba razón lógica a que ella estuviera ahí y que sus intenciones fueran buenas. La chica, por su parte, solo los miraba, sus ojos estaban rojos y Percy sabía que pronto comenzaría a llorar. Para mala suerte suya, Nico también lo supo.

Antes de que el instinto de Percy lo impulsara a abrazar a la chica y consolarla, Nico colocó un brazo obstruyendo su paso.

—¿Qué quieres, Chase?

Annabeth sorvió su nariz antes de responder.

—¿Ustedes... ustedes están saliendo? –preguntó viendo al suelo– como novios, quiero decir.

—Manipuladora de mierda –pensó Nico, pero no se atrevió a responderlo–.

Al contrario, giró su cabeza para ver a Percy, esperando que él respondiera. Poniéndolo a prueba.

Percy suspiró.

—Así es, Nico es mí novio hace más de un mes.

Lo que ninguno esperaba que pasara a continuación, pasó.

Annabeth no se soltó a llorar pidiéndole que volviera a ser su novio, que habían cometido un error y que se amaban locamente. No. Ella se puso furiosa y le gritó un poco sobre haberla usado para tapar su homosexualidad y otro tanto sobre haber perdido "al mejor partido de su vida."

Claro que Nico solo se encogió de hombros, dudando a qué hacía referencia, él definitivamente era la mejor decisión que Percy había tomado.

Pequeños momentos || PERCICO ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora