capítulo 2.

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Billie.

Hago un chequeo rápido en la habitación del hotel cuando ______ y Finneas salen. Agarro la bolsa de basura vacía del pequeño cesto debajo de la mesa y meto todas nuestras notas. Cuando estoy segura de que tengo todo, sigo a ______ y Finneas afuera.

______ sigue sonriendo cuando llegamos al coche. De verdad cree que esto es un sueño, y no tengo el valor para decirle que no lo es. No es un sueño. En realidad es una pesadilla y hemos estado viviéndola durante más de una semana.

Finneas sube dentro del coche, pero ______ me espera en la puerta de atrás.

-¿Quieres ir adelante con tu hermano?.--pregunta, formando comillas en el aire con sus dedos. Niego con la cabeza y la alcanzo para abrirle la puerta.

-No, puedes viajar en la parte delantera.--comienza a dar la vuelta cuando le agarro el brazo. Me inclino a su oído y susurro:--No estás soñando, ______. Esto es real. Algo nos está pasando y debes tomarlo en serio para que podamos averiguarlo, ¿de acuerdo?

Cuando retrocedo, sus ojos están muy abiertos. La sonrisa se ha ido de su rostro y no asiente. Solo entra en el coche y cierra la puerta.

Reclamo mi lugar en el asiento de atrás y saco el teléfono de mi bolsillo. Hay un recordatorio programado, así que lo abro.

Ir a la comisaría primero. Conseguir la mochila y leer cada entrada de nota y diario registrado que puedas... tan rápido como sea posible.

Cierro el recordatorio, sabiendo que tendré unos cinco recordatorios en las próximas dos horas. Sé esto... porque recuerdo programar cada uno de ellos en la noche anterior.

Recuerdo haber escrito todas las notas en esta pequeña bolsa de basura de hotel que estoy aferranda fuertemente en mi mano.

Recuerdo sujetar el rostro de ______ justo antes que el reloj diera las once de la mañana.

Recuerdo susurrarle Nunca Nunca, justo antes de besarla.

Y recuerdo diez segundos después que nuestros labios se tocaron... ella retrocedió y no tenía idea de quién era yo. No tenía ningún recuerdo de las últimas cuarenta y ocho horas.

Sin embargo... Recordé cada minuto de los últimos dos días.

No podía decirle la verdad. No quería asustarla, y hacerle creer que me encontraba en la misma situación que ella parecía ser la opción más reconfortante.

No sé por qué no olvidé esta vez, o por qué ella sí lo hizo. Debería estar aliviada de que lo que haya estado sucediendo con nosotras parece haber terminado para mí, pero no me siento aliviada. Estoy decepcionada. Preferiría haber perdido mi memoria de nuevo con ella que hacerla pasar sola por esto. Por lo menos cuando estábamos juntas en esto, sabíamos que era algo que podríamos resolver juntas.

Lo que parecía ser un patrón ahora se ha roto, y sentirme así solo lo hace aún más difícil de averiguar. ¿Por qué lo evité esta vez? ¿Por qué ella no? ¿Por qué siento como si no pudiera ser sincera con ella? ¿Siempre he cargado con tanta culpa?

Todavía no sé quién soy, o quién solía ser. Solo recuerdo las últimas cuarenta y ocho horas, que no es mucho. Pero sigue siendo mejor que la media hora de recuerdos que tiene ______.

Solo debo ser honesta con ella, pero no puedo. No quiero que esto la asuste, y tengo la sensación de que el único consuelo que tiene en este preciso momento es saber que no está sola.

Finneas sigue echándome vistazos, y luego la mira a ella. Sé que piensa que hemos perdido la cabeza. En cierto modo, perdimos nuestros recuerdos, pero no como él cree.

Jamais, jamais (III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora