Capítulo 13.

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¡Por Dios! Que pena /.\ ¿hace cuanto que no escribo? La última vez a penas iba a llegar a los 200 seguidores y ¡ahora tengo casi 300! Tenía un bloqueo mental horrible D: .Es una locura, bueno, al parecer no vieron que tenían que mandar un correo :3 y debido a que sólo una la envío, ella va a estar en mi novela. Espero disfruten el CAP.
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Nahiara iba caminando juntó a sus amigas por los pasillos de Hogwarts, a duras penas se lograban escuchar entre ellas, desde que las otras escuelas llegaron Hogwarts estaba más lleno de ruido que de costumbre.
-Date prisa Raven-escucharon a una chica de Slytherin chocar contra ellas, sin disculparse después. Digna Slytherin.

-Ya voy, lo siento- se disculpó una rubia platinada de ojos verdes tímidamente con las cuatro. Al parecer era Raven.

-No te preocupes- le sonrió Ana y la rubia siguió su camino.

- Hay mucha gente aquí- se quejó Paulette- ¡Lo peor es que no siquiera aprecian mi belleza!- rió junto con sus amigas y la metamorfomaga cambió su pelo a un blanco y sus ojos a azules oscuros.

-¿Paulette...?- rió Nahiara.

-¿Qué? ¿Acaso no me veo sensual así? - todas rieron y Paulette puso su cabello naranja y sus ojos rojos.

-Por supuesto- respondió Nahiara y rieron nuevamente.

-Te noto algo cansada Nahi- comentó Lula al verla algo somnolienta.

-Mmm, si, es que ayer no dormí muy bien- hizo una mueca y Paulette alzó una ceja y la miró picara.

-¿Se puede saber por qué?- Nahiara se sonrojó levemente al recordar y negó.

-Creo que iré a dormir un rato- Paulette y Ana se quejaron ya que querían saber y Lula hizo una mueca.

Nahiara rió y se alejó sonriente hacia su sala común, cuando llegó al llamador contestó el acertijo y subió hacia los dormitorios.

Decidió quitarse el uniforme y cambiarse por un jersey que hizo su madre con una "N" blanca y un fondo azul y unos pantalones deportivos.

En cuanto su cabeza tocó su suave almohada cayó en un profundo sueño.

Había un remolino, Weasley se sentía mareada cuando sus pies aterrizaron en una mansión lúgubre donde las llamas de la chimenea se lograban oír.

Camino a paso lento, sus pasos imperceptibles, ahí, cerca de la chimenea se encontraba una mujer, la misma joven de la otra visión y otro joven que le sostenía la mano con miedo.

-¿Qué pasa aquí?- preguntó el muchacho a la mujer rubia y a la joven.

-Queremos que te nos unas- contestó una voz que Nahiara conocía bien, sintió como un escalofrío le recorría el cuerpo.

-¿Qué...?- preguntó confundido.

-Eres un elemento muy fuerte- contestó la mujer y él frunció el ceño.

-¿Qué ganaría yo con eso?- preguntó algo enojado, soltando la mano de la joven y colocándolas en su cara, desesperado.

-El privilegio de vivir- entró la misma mujer que marcó el brazo izquierdo de la muchacha en su otra visión. Nahiara notó como un escalofrío recorría el cuerpo de él.

-Es...está bien, sólo... No la dañen- dijo tartamudeando al principio y muy decidido al final, Nahi lo miró incrédula.

-Muy bien, Bella...- pidió la mujer rubia y la de cabellos negros esbozó una sonrisa maniática para luego posar su varita sobre el brazo izquierdo del chico.

Él soltó un grito de dolor y Bella rió a carcajadas, finalmente, la marca tenebrosa estaba grabada en su brazo.

-Ahora servirás a mi señor- sonrió y a Nahiara no pudo darle más miedo.

Fue así como ella vio a Max convertirse en mortífago frente a sus ojos.

Despertó agitada sin creer lo que acababa de ver, alterada, sin importarle la ropas en las que estaba y el hecho de que estaba descalza, Nahiara corrió a toda velocidad hacia la oficina del director.

Corrió tanto como aguantó hasta que en un descuido, resbaló.

-Nos volvemos a encontrrrrar- sonrió Aleksander ayudándola a levantar, ella lo miró alterada.

-Aleksander, ahora no puedo hablar pero te prometo que después lo haremos- intentó correr de nuevo pero él no la dejó.

-¿Y como planeas que hablemos?- preguntó suertudo con una sonrisa de lado y ella lo miró frustrada.

-Lo que quieras- contestó desesperada por irse.

-Una cita- la miró sonriendo.

-Lo que sea- aceptó sin pensar y él le abrió el paso feliz.

-Adelante señorita- ella ignoró sus palabras y corrió hacia su destino inicial.

Al llegar a la puerta de Dumbledore, dijo la contraseña y entró sin tocar.

-Tengo algo que contarle señor- el director la miró confundido e intrigado.

-Toma asiento querida- Nahiara cerró la puerta y de sentó.

. . .

Al salir del lugar, Weasley sólo podía recordar las palabras de Albus con temor...

"Si tu don sigue cumpliendo visiones, me temo que no podemos esperar más que se cumpla..."

Confusiones de una Weasley.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora