⋰ ⌑ Actualmente El Rey ⌑ ⋱ ; Taekook~

⋰ ⌑ Capítulo 5 ⌑ ⋱

【3/3】

¿Por qué lo perseguían? No lo sabía, pero mucho menos quería saberlo. Si sirvientes y guardias de la Corte Real te persiguen, tu solo debes huir. Sabio consejo que se dio a sí mismo.

Abrió la puerta de su departamento, metiendo la llave torpemente por la abertura, nervioso de que lo fuesen a encontrar. Se adentró a su hogar y cerró rápidamente, con la misma angustia.

Caminó por la estancia cerrando ventanas y cortinas, sin dejar lugar alguno para lo pudiesen espiar.

Se dejó caer sobre el sillón de su casa, bastante cansado. Solo quería dormir y dormir más, pero antes debía pensar. Pensar por qué rayos lo perseguían, o qué querían de él.

— No robé... — Murmuró para sí mismo, recapitulando su corto día.

Todo el tiempo sin preocuparse por sus amigos, quienes podrían haber sido atrapados.

— Comí, bebí, compré, empujé... — Siguió su conteo hasta llegar a algo que era dudoso — Miré sus ojos. —.

¿Estaba prohibido? Tal vez, el no lo sabía. Tal vez estaba prohibido conectar miradas con su majestad y nadie se lo había dicho. Además de que, en todo caso, habría sido culpa de su alteza, quien había movido su vista hasta la suya, como si estuviese buscando algo.

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— Su majestad, aquí tenemos a uno de sus acompañantes. — Un guardia del palacio entró con otro chico que traía a rastras.

— ¿Cómo te llamas? — Preguntó seco y directo.

El chico parecía algo asustado o intimidado — Yoongi, Min Yoongi, su majestad. — Dijo lo último rápidamente, por miedo a equivocarse incluso en su forma de respirar.

— Supongo que conoces al chico que estaba corriendo enfrente de todos los demás, ¿Me equivoco? — El pelinegro negó con la cabeza — Dime su nombre. —

— Jeon Jungkook. — Respondió, ocultando lo mejor posible su alto nerviosismo.

— Quiero que consigan información de Jeon Jungkook. Que encuentren su paradero y lo traigan aquí, es una orden. — Concluyó, dirigiéndose hacia guardias y sirvientes que se encontraban allí — Y tú te quedarás en el palacio, ya que si mentiste te irá mal. — En ese momento hizo un ademán con su mano para que tomaran a Yoongi, quien estaba algo aturdido por sus palabras, y se lo llevaran a una habitación, de las tantas que tenían.

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Simplemente estaba sentado, la pierna izquierda sobre la derecha, moviendo la primera como un tic de nerviosismo, aparte de golpear continuamente el posa brazos del sillón con la yema de sus dedos.

Se carcomía por dentro pensando en qué sucedería cuando alguien tocase la puerta y se lo llevase. Estaba preparado para recibir un castigo por haber hecho algo prohibido, que aún no sabía que era.

Pensó en sus amigos, en lo tristes que se pondrían al saber las cosas por las que tendría que pasar, en un calabozo encerrado.

«Mis amigos...» Y con eso se levantó de un respingo de su asiento. Ni siquiera se había preocupado por ellos. El llegó a salvo, pero ¿Qué tal si atraparon a sus amigos? Debía llamarlos a todos. Pero cuando estaba apunto de marcar el número de Seokjin, sucedió lo esperado.

Toc...toc...toc...

Debía abrir, pero no tenía ni la más mínima intención de querer hacerlo. Quería escapar, saltar por alguna ventana como en las películas, pero eso era imposible sabiendo que vivía en un octavo piso.

Inhaló y exhaló, se acercó a la puerta y, con mucho pesar y angustia, la abrió. Unos tres hombres vestidos con trajes formales, con cucarachas en las orejas y una expresión seria estaban frente a él. Al instante supo que eran guardias de la Corte Real.

Sin decir nada, lo tomaron de los brazos y cerraron su departamento, mientras lo arrastraban por el pasillo. En ningún momento se resistió, le parecía totalmente estúpido hacerlo ya que sería inútil, no podría contra tantos.

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Sentado en su estudio, el primer estudio, el segundo era el importante y en el que pocas personas entraban. Estaba en su escritorio revisando algunos papeles, la mayoría del reporte semanal anterior. Con sus lentes puesto, ya que los necesitaba para leer.

No muy lejos suyo, en la misma habitación, estaba Yoongi, tomando una taza de té, sentado en un pequeño sillón individual y nervioso, por supuesto que estaba nervioso, la ansiedad lo comía por dentro, tanto así que ya no le quedaban uñas por morderse.

La "paz" que reinaba en la estancia fue interrumpida por un golpeteo, algo fuerte, en la puerta.

— Pase. — Dijo simple, mientras dejaba las hojas a un costado y se quitaba los anteojos.

Tres de sus guardias entraron, más otra persona que podía reconocer a la perfección.

El chico observó a su amigo con una mirada de confusión y molestia, el contrario solo alzó sus hombros y sorbió de su taza.

— Pueden dejarlo aquí y liberar a Min. — Ordenó, a lo que sus guardias dijeron en unísono "Si, su majestad".

Luego de que todos salieran y solo quedasen ellos dos, Taehyung se paró de su silla y rodeó su escritorio, hasta quedar frente a este y recargarse un poco, sin llegar a sentarse.

— Su majestad, discúlpeme por cualquier acto malicioso, inapropiado o ilícito, no fue mi intención faltarle el respeto a la corona. — Tenía la cabeza gacha a varios metros de él — Solo le pido misericordia y que no me haga daño. Debo decir que no tengo hijos, pero si tengo amigos que me necesitan, por favor tenga piedad, se lo ruego. — Dudó bastante si agacharse o no, pero antes de que pudiese hacerlo, una risa sonora y angelical resonó por las paredes.

Levantó la vista bastante confundido, y vio a su rey con la cabeza hacia atrás, soltando una carcajada. Nunca había escucha tal risa, tan perfecta.

— ¿Pensaste que te busqué por que rompiste una ley? — El chico pelinegro asintió y Taehyung volvió a reír. — No, no, no. Tranquilo, no te busqué para castigarte, en lo absoluto. — Paró de reír, casi al borde de las lágrimas, ya que la imagen de Jungkook pidiendo perdón se repetía en un bucle interminable en su mente.

— Si no...no hice nada malo, ¿Qué hago...aquí? — Preguntó dudoso, aún teniendo dificultades para entender la situación.

— Algún día te lo diré. —.

Desde los siete años me regalan jades.

[Revisado]

Atte ; {℘;℘}