⋰ ⌑ Capítulo 10 ⌑ ⋱

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— 35 por 127 menos 4 dividido 81 más 90 — Volvió a decir otra operación matemática.

— 4.534,950617283 — Y, otra vez, contestó correctamente.

El pelinegro bufó y dejó caer la calculadora sobre el escritorio. En verdad quería que dijese algo mal, pero era completamente imposible.

— Bueno, ¿Me haces un té especial? — Le pidió haciendo un puchero mínimo. Si, a ese punto de confianza habían llegado luego de varios días, ¿Fue costoso? Más para Taehyung, hacer que Jungkook lo tratara como alguien cercano fue difícil, pero terminó atrapandolo.

— ¿Un té especial? Pero si es medianoche. — Dijo a la vez que observaba su reloj de muñeca.

— Lo sé, pero el rey quiere un té especial, y solo es especial si Jungkook-ie lo hace. — El pelinegro levantó su vista con un rostro de pocos amigos, pero el castaño le sonrió con esa sonrisa tan peculiar, hermosa y cuadrada, que al verla le contagió.

_ Bien, te traeré un té. — Se levantó y dirigió a la salida del segundo estudio, pero al sentir pasos tras el se volteó — ¿Algo más? — Inquirió.

— Voy contigo, te quiero ver cocinar. — El mayor comenzó a reír.

— Pero si no voy a cocinar, voy a hacer un té. —

— Eso ya es cocinar para mí. — Jungkook rodó los ojos y salió de la estancia, seguido de su majestad.

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— ¿Y esto qué es? — Tomó otra hoja que, según el, se veía igual que la anterior.

— Eso es menta, debes olerla. — Le respondió, a lo que el menor la llevó a su nariz e inhaló el fuerte olor, por lo que hizo una mueca de desagrado, que derritió de ternura al mayor.

— No huele rico. — Anunció — ¿Y ésta? — Preguntó nuevamente.

— Eso es albahaca — El castaño frunció el ceño por el raro nombre, pero antes de que pudiese decir algo, Jungkook volvió a tomar la palabra — Pero ya, aquí tienes tu té. — Le entregó un plato y luego encima colocó la taza de cerámica.

— Oye, ¿Quién te enseñó a hacer este té? — Preguntó curioso después de sorber un poco de la bebida.

— Mi abuela... — Dijo con un tono tranquilo que ocultaba el dolor.

— ¿Tu abuela? Me gustaría conocerla. — Nuevamente sorbió el té.

— No podrías, ella ya no está aquí. — Desvío la mirada del castaño para no observar su reacción.

— Oh...yo siento haber dicho lo anterior... —

— No te disculpes, no lo sabías. — Habló sincero, sintiendo como se le habían humedecido un poco sus retinas.

Un silenció tenso reinó la estancia, solo se escuchaba el sonido de la bebida pasando por la garganta de Taehyung y la cerámica chocar.

— Tuve cáncer. — Soltó. Lo dijo por la necesidad de que su rey supiera de su vida y no tuviese que preguntar para luego sentirse mal.

Mientras tanto, el castaño quedó en shock por la repentina declaración.

— ¿Q-qué? — Solo esas palabras era capaz de pronunciar.

— Si, como lo escuchaste. Hay una razón por la que me encanta el jade, algo que ya te dije, y es que de pequeño tuve cáncer y ese era el mayor regalo que me daban. Terminó siendo glorioso para mí cuando me recupere. — Concluyó cabizbajo.

El menor lo tomó de la barbilla para que este lo mirara a los ojos.

— Es muy bonito, yo también tengo una razón por la que me gusta el jade. — El mayor ladeó la cabeza con su nariz sonrosada y al borde de las lágrimas — ¿Sabes por qué soy rey? — Inquirió, el pelinegro se lo pensó.

Ahora todo tenía sentido. Al llegar al palacio y comenzar a pasearse por ahí, había encontrado distintas oraciones talladas por diferentes paredes, no le tomó mucha importancia, hasta que al día siguiente apareció otra inscripción, y al otro día otra. No entendía muy bien quien ponía eso o por qué lo hacía, pero con la pregunta del menor todo se hizo claro.

Comenzó a recordar cada una de las oraciones.

«Me gusta mucho el jade, es verde como el color de la esperanza.»

«¿A ti también te gusta el jade?»

«Si te gusta el jade me caes bien.»

«¿A ti también te regalaban jades?»

«Desde los siete años me regalan jades.»

«¿Sabes lo qué me pasó a los siete años?»

«Por eso el día de hoy soy Rey del Reino de Corea.»

«Mi madre murió en el parto, y a los siete años...»

«Y a los siete años...»

— ¿Qué te sucedió a los siete años? -—

— Asesinaron a mi padre. —

«Entonces si.» Pensó Jungkook «Tu fuiste quien tallaba su historia por las paredes.»

Observó como el menor desviaba la mirada y bajaba la cabeza, por lo que imitó la acción que el mismo había hecho minutos atrás. Tomó su mentón y alzo su cabeza.

— Oye, tal vez no sufrimos las mismas tragedias, pero si el mismo dolor. — A el castaño también se le habían comenzado a humedecer los ojos. — Tranquilo. — Con sus dedos acarició tiernamente la barbilla del menor.

Y sus vistas se conectaron. Taehyung simplemente se perdía en ella, no entendía porqué. Tal vez era el hecho de que, como decían, se podía ver el alma a través de los ojos, y por ello pudo sentir que conocía a Jungkook y que se había enamorado de él en aquella feria.

Pero el pelinegro interrumpió aquel intercambio de sentimientos, guardados desde el punto de vista de Jeon, al bajar su mirada a los labios contrarios. El castaño tomó aquello como una invitación y simplemente se acercó sin dejar que Jungkook pudiese reaccionar.

Al principio simplemente chocó sus labios, dejando más que sorprendido al mayor, que luego se impacto más al sentir como los labios del castaño se comenzaban a mover, pero, apesar de que no quería admitir que tal vez sentía algo por ese rey que lo "secuestró", de igual forma le siguió el beso.

Sus bocas danzaban una música que solo ellos podían escuchar, algo que los hacía ir a la par, al mismo ritmo y sintonía.

Solo cuando se separaron por falta de aire cayeron en lo que realmente habían hecho.

Era el primer beso de Taehyung, y, aunque no fuese el mismo caso para Jungkook, era el primero que se había dado con su rey, y, realmente, el primer beso no es tan especial. El que realmente importa, es el que te das con esa persona especial, que convierte todos los besos en únicos.

Se volvieron a mirar a los ojos, los cuales brillaban a más no poder por ambas partes. Empezaron a analizar el rostro del contrario, viendo mejillas sonrojadas, labios algo hinchados y rojos por igual.

Pero su burbuja estalló con un fuerte grito.

— ¡REY! — Una voz que sonaba desgarrada se hizo más fuerte, una persona que parecía aproximarse con prisa — ¡LOS JAPONESES NOS ATACAN! — Avisó al llegar a la puerta. Con la simple voz ya había podido reconocer a Nari, que parecía haberse levantado de un largo sueño, despeinada y con una bata de dormir encima.

Y ahora que lo sabes todo, escribiré cosas para que solo tú las entiendas.
















[Capítulo sin revisión]

Atte ; {℘;℘}

⋰ ⌑ Actualmente El Rey ⌑ ⋱ ; Taekook~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora